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La excelencia distingue

El Instituto Preuniversitario Vocacional del Ministerio del Interior Hermanos Martínez Tamayo es referencia por la calidad en la formación de los futuros oficiales y cuadros de esa institución armada. Próximo a sus 20 años de creado, se renueva y transforma a tono con los nuevos tiempos

Autor:

Raciel Guanche Ledesma

A punto de cerrar su etapa como estudiante en el capitalino Instituto Preuniversitario Vocacional Hermanos Martínez Tamayo, la joven Melissa Bárcenas Ricardo asegura que no existe mayor orgullo para ella que portar el uniforme característico de la institución, con sus colores verde y blanco, junto a una boina en su chamarreta.

Para la alumna de 12mo. grado más integral este año, se trata de una vestimenta única que llena de satisfacción. Así lo sintió ella cuando en abril último representó con ese uniforme a sus compañeros de «la Tamayo» en el 12mo. congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).

Ahora a Melissa acaban de otorgarle la carrera de Relaciones Internacionales, que siempre anheló desde que cursaba la secundaria básica. «Realmente no pude haber escogido mejor el lugar para prepararme integralmente en ese camino y propósito», explicó.

En cuanto a la formación militar, comenta esta joven que también irá con una base sólida a pasar el servicio militar en la Brigada de la Frontera. «Es una preparación que uno tiene adelantada».

Así también piensa Alegna Riverón Bonet, estudiante de 11no. grado en la propia institución, quien afirma que desde niña quería transitar la vida militar, al igual que sus padres.

Tan temprano como en la primaria ya conocía la existencia de un preuniversitario vocacional para la formación militar y, desde entonces, fue indagando cómo era todo hasta que en 9no. grado se decidió a hacer las pruebas de ingreso a la institución.

«Cuando entré no me resultó difícil asimilar el rigor de las clases y a los profesores con la exigencia de las notas. Sin embargo, sí me costó un poquito acostumbrarme al rigor de las marchas», reconoce Alegna.

La disciplina es una palabra de orden en este preuniversitario. Es la base para salir como mejores personas, asegura Tulio Daniel Arias Jiménez, estudiante de 11no. grado. Él aclara que el centro ha cumplido con sus expectativas. «Es el tipo de vida que yo quiero», agrega el joven.

A los que por algún temor no se acercan o no conocen de nuestro preuniversitario, aclara, les diría que busquen información y que dejen a un lado algunos prejuicios, porque aquí nos forman como muchachos íntegros.

Cantera principal

Precisamente el capitán Alfredo González Iglesias, subdirector docente de la prestigiosa institución, cataloga que la principal misión de la escuela es formar jóvenes de la enseñanza medio-superior y prepararlos con adecuadas capacidades físicas y mentales, así como valores político-ideológicos, éticos y humanos, para que constituyan cantera de los futuros oficiales y cuadros del Minint.

Con ese objetivo la escuela, que arribará el próximo 6 de septiembre a sus 20 años de creada, continúa renovándose y transformándose al ritmo de los nuevos tiempos en cuanto a métodos de trabajo y formación.

Según destaca González Iglesias, los estudiantes se captan desde la secundaria básica, pero existe un grupo de requisitos para ingresar al plantel luego de concluir el 9no. grado. Entre ellos, subraya que los muchachos deben tener un promedio de 85 puntos como mínimo entre 7mo. y 8vo. grados.

Dentro de nuestra institución, los estudiantes se forman como bachilleres de nivel preuniversitario y pueden optar por dos perfiles de salida: los cadetes propios, que son los estudiantes que eligen carreras que se cursan en el Instituto Superior del Minint Eliseo Reyes Rodríguez Capitán San Luis, y los cadetes insertados, que aspiran a los diferentes perfiles de carreras, de acuerdo con las necesidades que tiene el organismo.

El de La Habana resulta el único preuniversitario del Minint con esas características en el país, porque en las demás provincias existen aulas anexas. El subdirector docente añade que el proceso de captación incluye visitas a las 176 secundarias básicas que tiene la capital. A través de esos intercambios se explica la esencia de la institución, se guía, se transmite información y se muestran audiovisuales para que los alumnos comprendan mejor.

Esto último ha permitido que hoy el Instituto cuente con una matrícula superior a los 300 estudiantes. «Tampoco tenemos problemas de cobertura docente, y está garantizado el claustro completo en correspondencia con la matrícula actual», asegura.

La exigencia como base

Si alguien ha podido ver bien de cerca el crecimiento desde todo punto de vista de la institución en estos 20 años, ese es Vivencio Rodríguez Menéndez, fundador y profesor docente del preuniversitario. Desde los inicios, comenta, la escuela se ha ampliado en cuanto a cantidad de matrícula, de aulas, se construyeron los laboratorios de Física, Química, Biología, Informática e Inglés.

Y llegamos hasta hoy, próximos al aniversario 20 de la institución, donde las condiciones son bastante buenas, de una escuela modelo, refiere. Precisa que aquí tienen garantizada la base material de estudio, la bibliografía, un centro de investigaciones y el rigor de nuestros profesores, agrega.

El propio Vivencio se siente satisfecho con los resultados académicos obtenidos hasta ahora, que a su juicio se pueden catalogar de satisfactorios, pues llevan 12 años consecutivos con el cien por ciento en la promoción del 12mo. grado.

En el caso de los estudiantes con algún atraso en la asimilación de los contenidos, dice, les indican trabajos extracurriculares, y se les suspenden las actividades generales de recreación para que prioricen la docencia. Y es que tras la exigencia están al final los buenos resultados, reconoce.

Sobre la preparación integral que reciben los jóvenes, la mayor Ilien Pérez González, jefa del grupo metodológico de la escuela, asegura que como parte del currículo básico los estudiantes tienen una asignatura que es específicamente de Preparación Ciudadana para la Defensa.

Aquí, expresa, reciben clases de infantería, dan preparación en el terreno y se les enseñan elementos relacionados, además, con la ética y la disciplina que deben mantener como futuros miembros del Minint. Todo eso les aporta un comportamiento responsable ante la vida, de respeto, los prepara para enfrentar diferentes situaciones y sobre cómo actuar ante cada una de ellas, manteniendo siempre la ética que debe distinguir a los oficiales del Ministerio del Interior.

Dentro de dicha preparación integral desempeña también un papel preponderante la UJC. Y así lo reconoce la primera instructora de la organización en este preuniversitario, Bárbara Argote Menéndez. En este camino, afirma, estamos presentes en los diferentes municipios de la capital para ser parte de la captación y formación vocacional de los estudiantes de secundaria, promovemos encuentros deportivos, intercambios con diferentes personalidades y realizamos visitas a museos.

Quienes salen de nuestras aulas lo hacen incorporando los valores más apegados a nuestros ideales, enfatiza. Tal vez por eso, uno de los retos que siguen anhelando en el Instituto Preuniversitario Vocacional Hermanos Martínez Tamayo, es declarar la escuela como institución de excelencia en la educación. Méritos sobran para ello cuando se asoma un feliz cumpleaños.

 

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