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El regocijo de Fernando

Por las inventivas de los especialistas cubanos, y pese al recrudecimiento del bloqueo norteamericano, miles de equipos médicos funcionan en los centros de salud del país. La resonancia magnética matancera es uno de ellos.

 

Autor:

Hugo García

MATANZAS.— Fernando Maden Hernández es constante, estudioso y disciplinado. Sufre cuando conoce de algún equipamiento averiado, pero sin amilanarse nunca, emprende con celeridad la búsqueda de soluciones. Lleva 23 años de labor en el Centro provincial de Ingeniería Clínica y Electromedicina de Matanzas, donde ha devuelto a su vida útil infinidad de equipos, muchos de ellos ya obsoletos, cuyo rescate ha requerido ingenio para la innovación.

Uno de ellos es el mamógrafo del Hospital provincial Clínico Quirúrgico Docente Faustino Pérez, en funcionamiento gracias a la recuperación de una tarjeta electrónica. «Se había dañado la celda de movimiento de la compresión y resolvimos ese problema», menciona.

Sin embargo, su obra más significativa por el aporte social fue la recuperación del servicio de resonancia magnética de esa misma instalación hospitalaria.

Por estos días está feliz, pues le fue otorgado, junto a los licenciados Orlando González y Mario Aguilar, el premio Relevante en el Fórum de Base de Ciencia y Técnica del Centro provincial de Ingeniería Clínica y Electromedicina, por el trabajo investigativo titulado Modificación del módulo de Gradiente del eje de las Y de la Resonancia Magnética Magnetón C.

Según rememora este ingeniero en telecomunicaciones, especializado en Imagenología, cuando supo que ese sofisticado equipo, único en la provincia, se había detenido, su mente comenzó a escudriñar cada chip, soldadura y elemento electrónico de ese recurso, vital para prestar un servicio de excelencia.

«Lo reportaron porque no ajustaba su frecuencia y eso impedía que trabajara. Cuando analizamos los posibles errores, entre ellos aparecía el bloque RF de gradientes en segunda posición. Detectamos que uno de los protectores (breakes) que alimentan los gradientes estaba disparado, el del módulo de las Y, lo cual indicaba un corte eléctrico; por eso no funcionaba correctamente. Como la compañía Siemens ya no tiene piezas para suministrarnos, nos autorizaron, si éramos capaces, a revisarlo.

«Cuando abrimos la parte de alimentación, apreciamos puentes de diodo abiertos; luego nos facilitaron un módulo roto de otro equipo para recuperar un componente conocido como Mofets. Primero tuvimos una respuesta alentadora al comprobar que no había corte, lo bajamos de nuevo, y al montarlo completo ajustó la frecuencia correctamente. Después de la adaptación, el equipo no ha dejado de trabajar con óptimos parámetros».

Con orgullo, Maden explica que esta resonancia atiende a pacientes de los 13 municipios matanceros y algunos remitidos desde la provincia de Mayabeque: «Siento mucho regocijo al verlo funcionar. Estuvo detenido apenas una semana, porque enseguida le dimos respuesta a la avería, pero esa solución recabó de valores exactos para lograr las imágenes», detalla, y recuerda también los días en que lo instalaron por primera vez, en 2008.

La resonancia magnética (RM) es una técnica de imagen médica desarrollada en el marco de la radiología y la medicina nuclear para investigar la anatomía y fisiología del cuerpo. Con su ayuda se detectan tumores, inflamaciones, afecciones neurológicas, como el ictus, trastornos musculares y articulares. En las RM de alto campo aparecen anomalías en el corazón y los vasos sanguíneos, entre otras patologías.

Para facilitar la visualización se pueden inyectar agentes de contraste al paciente por vía intravenosa o en una articulación, porque eso mejora la imagen y viabiliza el diagnóstico.

Con este equipo se logra la detección temprana de muchas dolencias en las que un tratamiento a tiempo mejora la calidad de vida y salva pacientes.

En la actualidad, en el servicio de RM de Matanzas se realiza un promedio de casi 20 exámenes diarios: unos 130 pacientes estudiados por semana.

La reparación del bloque averiado en momentos en que el país no cuenta con financiamiento para adquirirlo nuevo, representa una garantía para la continuidad del servicio, además de un ahorro considerable, ya que solo esa pieza cuesta alrededor de 55 000 euros.

Apuesta por la soberanía tecnológica

A lo largo de más de seis décadas son innumerables los mecanismos e inventivas que se han logrado en la Isla para burlar todas las trabas que genera el bloqueo norteamericano.

Las tecnologías médicas en nuestro país transitan por varias etapas, la gran mayoría con más de 20 años de explotación, que no se pueden reponer por no poder acceder a créditos bancarios y ahora también porque estamos en la injusta lista de países patrocinadores del terrorismo internacional, afirmó a este diario el ingeniero en Automática Zholem Jorge Isaac, director del Centro Nacional de Electromedicina.

Fernando (izquierda) recibe el premio de Relevante en el foro, de manos de Zholem Jorge Isaac (centro), director del Centro Nacional de Electromedicina. Foto: Hugo García 

«Salir al mercado con la divisa también es complejo y dificulta la adquisición de partes y piezas de repuesto, por eso las soluciones, que constituyen uno de los objetivos de trabajo de la entidad, parten de la innovación e incremento de proyectos que posibiliten la soberanía tecnológica», subrayó al concluir el fórum de base de ciencia y técnica del Centro provincial de Ingeniería Clínica y Electromedicina.

Destacó como innovaciones más relevantes en el país la recuperación de los tanques de alta tensión de los tomógrafos, pues antes cuando se rompían había que importarlos; y la recuperación del amplificador de instrumentación (encargado de captar una señal, compararla y amplificarla) de módulos de gases de los ventiladores, logro de los especialistas de Cienfuegos y que ya alcanza a varias provincias tras su generalización.

«Los de mayor impacto son los que se llevan a la generalización, con proyectos de encadenamiento con la industria, y en ese sentido ya hemos logrado el desarrollo de nuevas tecnologías, al producir las lámparas quirúrgicas de salón, que salieron de proyectos de innovación, al igual que los sistemas de control de los sillones estomatológicos, que antes se importaban y ahora estamos en capacidad de desarrollarlos en el país», resalta Jorge Isaac.

Cuenta anécdotas de la presencia en el país de especialistas de compañías de otras naciones que cuando ven los equipos se preguntan cómo es posible que todavía funcionen, pues son tecnologías de más de 20 años de explotación, como máquinas de anestesia o equipos de soporte de vías.

El Centro Nacional de Electromedicina es el órgano rector del Ministerio de Salud Pública para todo lo relacionado con las políticas de tecnologías, la adquisición e introducción de nuevas tecnologías, instalación, puesta en marcha, mantenimientos y recuperación de todo el equipamiento médico que existe en las unidades del sector.

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