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Sin cuadraturas

La política de cuadros y el papel de quienes lideran el empeño transformador de la organización de vanguardia de la juventud cubana serán temas claves en la agenda de debates del 12mo. Congreso de la UJC

Autores:

Odalis Riquenes Cutiño
Lisandra Gómez Guerra
Raciel Guanche Ledesma

Abran Sánchez González es un joven muy parecido a su contexto. A una velocidad vertiginosa muestra su entorno en las redes sociales. Con solo dar un clic en su perfil de Facebook se conoce de cerca a parte de la juventud espirituana.

Se le puede encontrar siempre junto a los colectivos estudiantiles o de trabajadores para conocer de primera mano su quehacer, sus preocupaciones y sus aspiraciones. Es algo que lo distingue desde mucho antes de ocupar la responsabilidad de ser el primer secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), en Sancti Spíritus.

«Para ser un cuadro lo primero es tener compromiso, mucha responsabilidad y, sobre todo, empatía», asevera, y la sentencia es su carta de presentación.

Habla desde el ejemplo. Este joven de mediana estatura y con orígenes en Jatibonico, municipio dividido por la Carretera central, no pierde la oportunidad para generar el diálogo, sean o no militantes sus interlocutores.

«Vivimos en medio de difíciles circunstancias y quienes asumimos el reto de conducir procesos en la construcción del socialismo dentro de una crisis estructural, y con un enemigo histórico que intenta hacer creer que somos un Estado fallido, tenemos que ser capaces de llegar a la espiritualidad de cada joven según sus particularidades. Solo así lograremos que la juventud sienta a la organización cercana. Eso nos toca a nosotros, los cuadros».

Aprendió de quienes le antecedieron que poner la mano sobre los hombros y conversar, escuchar, compartir... son claves exactas para un acertado ejercicio de liderazgo.

Es parte de ese gran grupo de noveles que con disposición y entrega asumen el desafío de dirigir dentro de la UJC, la vanguardia política joven de la sociedad, que apuesta por la transformación de sus maneras de actuar, conducir los procesos y relacionarse con militantes o no, para atemperarlos a los tiempos que vivimos, difíciles en lo económico, y retadores desde lo ideológico.

Abran Sánchez y otros tantos hacen tangible eso que se define como política de cuadros, uno de los asuntos que ha motivado hondas reflexiones en el proceso del 12mo. Congreso de la organización que ahora llega a sus sesiones finales; y en el cual todos coinciden en lo importante que resulta hoy estar a la altura de los momentos actuales y asumir la tarea de dirigir, sin cuadraturas.

Prototipo de un cuadro joven

Preparación, empatía, espíritu de vanguardia, liderazgo, firmeza ideológica, ejemplaridad, pero también sensibilidad, disposición al diálogo, ética, son elementos que coexisten en el prototipo del dirigente juvenil que necesita hoy la nación, según un sondeo entre dirigentes de base de la organización santiagueros.

Aunque en la práctica, lamentablemente, no siempre son los más idóneos y capaces quienes conducen los múltiples procesos de la organización, existe consenso en que renovar la vida de la UJC exige que quienes estén al frente, además de la disposición para «asumir la tarea», sean referentes de esa juventud proactiva, solidaria y comprometida, que abunda en todos los sectores de la sociedad.

Con una extensa trayectoria como dirigente estudiantil, el secretario del comité de base del Tribunal Municipal Popular de Santiago de Cuba y delegado a la magna cita juvenil, Frank Enrique Castilla, asegura que dirigir entre los nuevos cubanos de hoy implica hacer lugar a la discrepancia de opiniones, acceder a las herramientas de la política moderna para construir consensos y ser capaz de preservar la unidad de las diversas juventudes que pueblan nuestro día a día.

Para Dainier González Romero, protagónico entre los nuevos de la Delegación Territorial de Etecsa en Santiago de Cuba, ser un cuadro preparado no es sinónimo de hablar bonito, sino de juntar conocimientos y valentía, para argumentar y sostener lo que se piensa en el momento preciso; para criticar y cuestionar lo que se considere incorrecto, y también buscar y ofrecer soluciones lógicas, alternativas concretas que les permitan avanzar a las juventudes y al país.

Según González Romero se precisan dirigentes decididos a motivar a una juventud llamada a militar, que «es más que pertenecer a un comité de base —insiste—, es pensar y sentir nuestra realidad actual desde esa estructura juvenil, y desde allí, entre todos y con las ideas más revolucionarias y renovadoras, cambiar, participar en la construcción de la felicidad que merecemos.

Todo cuadro hoy, recalca, debe ser líder, saber escuchar y estar en contacto con las personas, ser ético e incorruptible y pensar en lo que tiene más allá de la vista, pensar en el futuro.

Rescatar la belleza de los espacios de la organización, aportan los entrevistados, implica para quienes hoy ocupan cargos ser conscientes de la importancia de autogestionar los conocimientos, dominar en profundidad los documentos rectores de la vida interna de la organización y aprovechar todos los mecanismos que toca también crear desde la propia UJC para garantizar la superación política y cultural de quienes lideran el trabajo.

Un retrato exacto lo ofrecía Aldeydis, dirigente juvenil de  la Empresa de Proyectos 15, de Santiago de Cuba, cuando en la asamblea 12mo. Congreso de la provincia aseveraba que solo la ejemplaridad de sus dirigentes, única cualidad que mueve a la admiración, dará calidad a la organización.

Formar el relevo

Al decir del profesor universitario y por largo tiempo dirigente juvenil de la Universidad de Oriente, Enrique Estrada Pato, los cuadros son hoy más que nunca el pilar de la sostenibilidad de la Revolución y la UJC tiene la posibilidad —y la responsabilidad— de formar dirigentes no solo para ella y el Partido, sino de preparar los cuadros que necesita la Revolución.

Y en esa cuerda insiste en la atención a los dirigentes estudiantiles, un camino que en la cotidianidad tiene no pocos desafíos en pos de conseguir que de manera natural los actuales líderes de la FEEM, la FEU o la Organización de Pioneros lleguen a ser luego los dirigentes políticos que precisa la nación.

El esbozo de ese tránsito, da la medida de las enormes potencialidades que tiene la UJC para contribuir a que quienes conduzcan los procesos a todos los niveles en el país sean a la vez idóneos y probados en la práctica, pero la vida, también deja claro que urge engrasar el mecanismo.

El primer secretario de la UJC en la provincia de Sancti Spíritus, Abran Sánchez González, suscribe esa idea.

«Los cuadros de nuestra organización reciben acompañamiento, pero creo que también debe ser mucho más cercano. La mayoría de los cuadros del Partido transitaron por la UJC, quiénes mejor que ellos para enseñarnos cómo conducirnos».

Tras la lógica cantera

Para Danhiz Díaz Pereira, al frente del trabajo de la organización en el municipio habanero de Marianao, el deseo sincero de serle útil a Cuba, el interés de estar y aportarle y el alto nivel de compromiso con el proyecto social que construimos, son valores que identifican a los cuadros de la juventud.

Aunque ocupar un cargo de dirección lleva implícito, ante todo, voluntariedad, —sostiene—, también demanda desprenderse de descansos y aspiraciones personales, para ponerlas en función de un proyecto superior.

«Si ocupamos un puesto de dirección es porque creemos en lo que defendemos, enfatiza; aún así, se necesita que los jóvenes miren a sus líderes generacionales y encuentren en ellos valores humanos dignos de imitar.La pasión de Danhiz no le impide, en cambio, reconocer carencias reales y objetivas.

«Falta que las personas vean en la juventud ese poder de cambio, y que venir a la organización sea realmente una oportunidad de transformarles la vida a los demás, de ayudar a que el país avance y a sostener el socialismo».

Díaz Pereira enumera entre los obstáculos que enfrenta hoy la política de cuadros, el diseño incorrecto de una cantera lógica y advierte que se hace impostergable buscar las vías para que quienes ocupan responsabilidades no pierdan el vínculo directo con su formación profesional de origen.

En opinión de este joven habanero la necesidad que tiene muchas veces la UJC de ir a buscar sus cuadros en personas que no están activamente vinculados con la organización, rompiendo así con la cadena de dirigentes estudiantiles en formación, no sucede por un simple propósito o política, sino porque en la actualidad el factor económico está ocupando un papel preponderante, de peso.

«Algunos jóvenes valiosos los perdemos en el camino porque deciden enrumbarse hacia otro futuro», refiere, y asegura que el tema, sin duda, será clave en los debates en el 12mo. Congreso pues, para pensar y trabajar por una Cuba y una organización juvenil de vanguardia mejores, hay que buscar, enamorar, atraer, formar y entrenar a quienes deben conducir desde la primera línea los procesos de construcción colectiva de crecimiento y mejoramiento.

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