Los frutos de la labor educativa del proyecto Sonrisas Guardería Infantil fueron palpables en la fiesta por el primer aniversario. Autor: ORC Publicado: 11/03/2024 | 10:33 pm
SANTIAGO DE CUBA.— Para madres trabajadoras como Katherin César, es la confianza de ver a su Wilfredito crecer y desarrollarse arropado por el cariño y la profesionalidad de muchos.
En niños como Amaya, que dio aquí sus primeros pasos, hilvanó por vez primera frases completas y consolidó hábitos que hoy la convierten en monitora de su salón, el lugar tiene los colores de comienzos que nunca olvidará.
Al decir de educadoras cálidas y empáticas como Inalvis Acosta Téllez, una de las seños de segundo año de vida, equivale a la realización de transmitir lo que sabe y lo gratificante de ver el avance de sus niños, fomentar en ellos habilidades, prepararlos para la escuela, educarlos…
Para los socios fundadores y líderes del proyecto, Isabel Torres Berenguer, Williams Boix y Norma Torres, es un sueño hecho realidad desde el amor, la sensibilidad y el abrazo perenne de personas e instituciones diversas.
Así de tiernas y firmes son las huellas que ya deja en la vida de muchas personas Sonrisas Guardería Infantil, un emprendimiento santiaguero que el pasado 6 de marzo celebró su primer año de vida con la satisfacción de contribuir al cuidado y acompañamiento de niños en la primera infancia (con énfasis en su desarrollo físico, intelectual, emocional y en valores) y a la educación complementaria de escolares de la enseñanza primaria en materias como el idioma inglés, las artes plásticas, la música y la expresión corporal, entre otras.
Mucho más que un «Cuido»
Más que una alternativa ante la insatisfacción de tantas madres trabajadoras que no logran acceder a una plaza en un círculo infantil; más que un simple «cuido», como popularmente se nombra a este tipo de servicios, Sonrisas Guardería Infantil es un empeño de amor que defiende la felicidad de educar.
Así lo definen sus líderes y lo han constatado más de un centenar de pequeños en edades prescolares y unos 300 del nivel primario, primeros acreedores a los servicios de esta iniciativa, ya en camino de convertirse en proyecto de desarrollo local, signado por la entrega y la sensibilidad de sus protagonistas.
Si por algo destaca el creativo proyecto, es por el rigor pedagógico con que asumen su labor con la primera infancia y la puesta en práctica de novedosas concepciones educativas, como la temprana familiarización con el idioma inglés y el aprovechamiento de las manifestaciones artísticas para complementar el desarrollo de los pequeños.
Con la misma resiliencia de su nombre, Sonrisas Guardería Infantil descuella igualmente por su capacidad para tejer alianzas con otros proyectos de la urbe santiaguera vinculados al trabajo con la infancia, como Almas, dedicado a la atención a pacientes oncopediátricos, y Sin Barreras, donde el arte es camino para sobreponerse a cualquier limitación.
También colaboran con instituciones educativas como el círculo infantil Bebé, para niños con necesidades educativas especiales, y el hogar para niños sin amparo familiar La casita, de Vista Alegre, entre otros.
A ese gusto de sentirse una familia que apuesta por el bienestar de sus hijos se suman más de 50 emprendimientos, instituciones y nuevos actores económicos de la urbe, quienes apoyan de diversas maneras la materialización de un entorno de confort para los niños en este enclave. Entre ellos sobresale la pequeña empresa WBoix Fábrica de Juguetes, cuyos líderes (socios y fundadores de Sonrisas…), han desplegado todas sus potencialidades para el aseguramiento del mobiliario, los juguetes, otros medios de enseñanza y cuanto haga falta para el bienestar de tan
peculiar «clientela».
Como evidencia del crecimiento de este empeño y muestra de que sus líderes no se cansan de soñar, aunque los tiempos sean difíciles, el proyecto anunció la entrega de tres becas comunitarias durante el año, para hacer más expedito el acceso a sus servicios a padres vinculados a los sectores de Salud y Educación y a una familia en situación de vulnerabilidad, previo estudio sicosocial. La primera de esas facilidades fue otorgada durante la celebración del primer cumpleaños al pequeño Nicolás Garcés.
Reconocido por la dirección municipal de Educación por su aporte al propósito de formar a las nuevas generaciones, Sonrisas Guardería Infantil ha dado sus primeros pasos como escenario de oportunidades, paciencia y dedicación.
Entre los salones de la casona situada en Barnada, entre Bayamo y San Gerónimo, unos 60 infantes (desde el 2do. hasta el 5to. año de vida) y un amoroso colectivo pedagógico se empinan hacia un mañana mejor, pues, como enfatiza Adriana Morales, coordinadora de procesos, les anima la satisfacción de ser un emprendimiento que genera sonrisas y se esfuerza por el bienestar de la infancia santiaguera.