Los nuevos santiagueros fieles a la épica de Frank

SANTIAGO DE CUBA.—Santiagueros de varias generaciones, con el compromiso de niños y jóvenes como protagonista, conmemoraron desde sus propios escenarios históricos el aniversario 67 de la gesta del 30 de noviembre de 1956, en la que esta oriental ciudad se levantó vestida por primera vez de verde olivo en apoyo al desembarco del yate Granma.

En la otrora sede de la Policía Nacional de la Loma del Intendente, hoy Museo de la Lucha Clandestina, uno de los principales escenarios de la acción, temprano en la mañana fueron depositadas ofrendas florales a nombre del General de Ejército Raúl Castro Ruz y del Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

Ante la tarja que perpetúa la memoria de Pepito Tey, Tony Alomá y Otto Parellada, los mártires de aquella jornada, fueron colocados también arreglos florales del Presidente del Consejo de Estado y la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo Hernández;del pueblo de Cuba y delos familiares.

En emotivo acto que estuvo encabezado por el comandante del Ejército Rebelde José Ramón Machado Ventura, junto a José Ramón Monteagudo y Manuel Falcón, primer secretario del Partido y vicegobernador de la provincia, respectivamente, los pioneros acompañaron a los protagonistas de la acción, estudiantes y trabajadores destacados recibieron el carnet que los acredita como nuevos militantes de la UJC y el PCC y entre banderas, versos y canciones se reverenció la gesta.

En nombre de los nuevos Lisbhet Ramírez Hernández, primera secretaria del Comité Provincial de la UJC, ratificó que los noveles siguen fieles a la épica de Frank País y sus compañeros.

Con sentido de sacrificio, poniendo por delante a la patria, asumimos con orgullo la tarea de seguir construyendo con heroísmo cotidiano un mejor país, sentenció la dirigente juvenil desde la emoción y el compromiso.

El tributo se extendió hasta la sede la antigua Policía Marítima, hoy capitanía del puerto Guillermón Moncada, donde otra representación del pueblo indómito, liderada igualmente por el relevo, evocó el asalto de aquel amanecer de coraje y metralla y hasta el cementerio patrimonial Santa Ifigenia, hasta donde llegó la presidencia para depositar flores ante el monolito que atesora las cenizas del Comandante en Jefe Fidel Castro, el líder de aquella expedición y la tumba de la familia País García, desde donde sigue siendo luz y ejemplo el joven maestro Frank País, artífice del levantamiento.