El cuarteles Moncada. Autor: Archivo de JR Publicado: 06/07/2023 | 09:45 pm
Otra vez la causa justa del lado nuestro: iba a librarse contra la infamia el combate de la verdad.
Fidel, La historia me absolverá
Un pueblo se amengua cuando no tiene confianza en sí;
crece cuando un suceso honrado viene a demostrarle
que aún tiene entero y limpio el corazón.
José Martí
El auto número 1 se detuvo a pocos metros de la cadena, y parece más bien sobre la izquierda de la calle. Los ocho combatientes saltaron de él, y Renato Guitart, como se había acordado, gritó con voz fuerte: «¡Abran paso, que ahí viene el general!» Esta frase había sido cuidadosamente calculada para intimidar a los centinelas y llenó a maravilla su función. Viendo surgir de un auto ocho sargentos, y oyendo a uno de ellos anunciar la llegada del general pensaron que se trataba de Batista, o por lo menos de Tabernilla, y aterrorizados de antemano por la idea de ser cogidos en falta se pusieron en atención temblando, y presentaron armas. Su terror aumentó cuando tres de los sargentos, Pepe Suárez, Ramiro Valdés y Jesús Montané, se dirigieron hacia ellos con aire furioso, y les quitaron de las manos sus Springfields. Pálidos y estupefactos, dejaron que les quitasen las armas y retrocedieron al interior del cuartel. Montané y Ramiro Valdés quitaron la cadena. El camino estaba libre, la Posta tres neutralizada. Renato y su pequeño grupo se lanzaron a la escalera y penetraron, armas en mano, en el edificio. (Relatos, compilación del Centro de Estudios de Historia Militar de las FAR. Tomo II El Moncada: La Acción)