Iroel Sánchez. Autor: @vocesenlucha/YouTube Publicado: 18/05/2023 | 08:44 pm
Dedicado hasta su último suspiro, en la tarde de este jueves, a defender las ideas justas, aun en medio de los escenarios muy complejos y hostiles contra Cuba, Iroel Sánchez fue siempre un intelectual de ojo aguzado y comprometido para desnudar las cada vez más sutiles estrategias colonizadoras.
Ingeniero de formación e ingenioso en sus maneras de desmontar los ardides con que el imperio subyuga y manipula, Iroel nunca se anduvo con medias tintas para defender ideas y proyectos emancipadores.
Como mismo usó armas militares para contribuir a la independencia de Angola, luego las cambió por armas ideológicas y estuvo disparando con certeza en todas las plataformas en que encontró posibilidades de difundir el pensamiento contrahegemónico.
No huyó de polémicas ni se gastó en afeites para decir verdades. Cuanto más claras y contundentes, mejor. Las dijo, las escribió y fue consecuente con ellas. Ningún asunto le fue ajeno y a todos los escaneó con hondura intelectual.
Su vida estuvo ligada a trascendentes proyectos culturales, lo mismo en libros y revistas, que luego en escenarios digitales y, por último, se le veía en La Pupila Asombrada, un necesario espacio televisivo que no debe dejar morir nunca la impronta de Iroel.
Dejó su huella fundacional también en Ecured, en la publicación digital cultural La Jiribilla, en Cubadebate y en los programas Mesa Redonda, Cuadrando la Caja y Con Filo. Su blog La Pupila Insomne logró convertirse en referente dentro y fuera de Cuba.
Los principales periódicos de nuestro país y varias publicaciones iberoamericanas de izquierda le sirvieron de tribuna para abordar temas de actualidad política y cultural, los que también reflejó en Telesur.
Es autor de los libros Sospechas y disidencias. Una mirada cubana en la red y Cuba frente al buen vecino. Entre el contrato y la herejía.
Iroel nos deja como legado su convicción, su capacidad creativa y renovadora para fundar proyectos emancipadores y su lealtad a Fidel y la Revolución.
Para él no había imposibles si de defender a Cuba se trataba, y lo hacía con verdades contundentes, pero originalmente dichas. Que su pupila siga insomne y asombrándonos.