Que aplicaciones usan los jóvenes. Autor: LAZ Publicado: 06/05/2023 | 09:52 pm
¿Quieres leer un libro? ¿Calcular? ¿Aprender a cocinar? ¿Hacer un meme? ¿Crear tu propio sticker? ¿Cambiar tu voz? Estas son unas pocas acciones de las que puedes hacer con una aplicación en tu dispositivo móvil. Hoy los adolescentes, jóvenes y migrantes digitales se han separado de los medios convencionales para apoyarse en programas que prometen ser más rápidos, eficientes y menos costosos.
Un sondeo aplicado a adolescentes y jóvenes entre 12 y 30 años de edad sobre qué aplicaciones consumen, con qué fin, y hasta dónde son conscientes de sus riesgos y beneficios nos permitió constatar el creciente protagonismo de estas en su vida diaria y estudiantil.
Sofía Miragaya Bacallao, una joven de 21 años, refiere que en el caso de las aplicaciones cubanas emplea MWRutero para saber por dónde van las «gacelas». Sin embargo, últimamente, a veces no le funciona o le sucede que algunas no aparecen en la aplicación. Apunta a Transfermóvil entre sus habituales, porque le ahorra tiempo para recargar el celular, transferir algún dinero y revisar si recibió el salario o el estipendio.
Con el fin de buscar información relacionada con sus estudios universitarios, y de esa forma valerse de herramientas que resulten útiles para resolver sus tareas de clases o ejercicios de investigación, la estudiante de Medicina, Marialejandra Torres Martínez, además de utilizar las populares redes Facebook y YouTube, emplea aplicaciones como el Diccionario médico, Cardiología, Electrocardiograma y Fórmulas médicas.
Muchos usan también el Formulario Nacional de Medicamentos de Cuba. Vea en este video algunos detalles de la App
Cada una de estas, explica, le permite consultar documentos y artículos relacionados con la carrera. Asimismo, destaca el uso de la tecnología —de manera general— para comunicarse con su familia, amistades y pareja; y en el caso específico de Facebook lo emplea para socializar: «Indagar por los amigos en sus estados o publicaciones, felicitarlos en su cumpleaños e informarme sobre las noticias», comenta.
Puedes escuchar otros criterios de jóvenes sobre esta popular red social en uno de los programas de nuestro espacio radial JR Podcast- Más que papel: ¿Puedo vivir sin facebook?
Mientras que Oviel Carreño Crespo, de 28 años, advierte que emplea WhatsApp no solo como aplicación de mensajería, sino como vía de comunicación primaria, ya que le resulta más cómodo contactar con las personas por este canal. Además, utiliza Telegram como nube para descargar y guardar todo tipo de archivos (videos, música, documentos) y Duolingo para aprender otros idiomas.
Por su condición de becado en una de las residencias estudiantiles de la Universidad de La Habana, recurre mucho a la aplicación cubana Viajando para adquirir pasajes de ida y regreso a su provincia en el extremo más occidental del país, y también a MWUrbanos para conocer sobre los ómnibus disponibles en las rutas de transporte urbano en la capital.
Estas primeras vivencias —salvando las diferencias recrudecidas por el bloqueo norteamericano contra Cuba— no están muy alejadas de una investigación del Pew Research Center en Estados Unidos, publicada en 2021 y que concluyó que los adolescentes de 13 a 17 años empleaban plataformas como YouTube, TikTok, Instagram, Snap chat, Facebook, Twitter, Twitch, WhatsApp, Reddit y Tumblr. Las favoritas por los jóvenes son YouTube, TikTok, Facebook, Instagram y Snapchat.
Así lo hacen los adolescentes
El sondeo realizado nos permitió establecer distinciones entre los intereses de quienes tienen más de dos décadas de vida y los adolescentes. Aunque sus preferencias se vinculan, igualmente, al entretenimiento, la socialización y el estudio, se apoyan en aplicaciones diferentes.
Editores de video como VivaCut y Gatcha Club para crear personajes anime, Vlogger Go Viral, un juego sobre cómo ser youtuber, Sticker Maker y otras se suman, en Cuba, a las aplicaciones que encabezan listas mundiales. Los móviles se han convertido en la principal fuente de información de estudiantes de la enseñanza secundaria y media superior.
Los encuestados para este reportaje reconocieron que los emplean como fuente principal para sus trabajos de clase. En consecuencia, suelen resultar los navegadores —especialmente Chrome—, Wikipedia, Ecured, diccionarios y otras enciclopedias más específicas las principales aplicaciones que escogen vinculadas a su proceso docente.
Eduardo Enrique Espinosa Cortellán, estudiante de 8vo. grado, gusta de las ciencias y ha encontrado en Formulia un buen respaldo. No obstante, los adolescentes son conscientes de las complejidades para comprobar la veracidad sobre todo lo que aparece en internet, así que contrastan criterios con sus profesores en el aula o en sitios oficiales sobre la materia.
Por su parte, Meyli Artiles Lobaina, estudiante de 7mo. grado de la secundaria básica Frank País García, de Cienfuegos, no recomienda para sus coetáneos descargar aplicaciones y juegos para usuarios mayores de 18 años, «porque muestran cosas que no son para nuestra edad, relacionadas con alcohol, cigarros, drogas, simuladores de sexo, violencia, que resultan muy dañinas y afectarían nuestro futuro», expresó.
Ella vivió con un grupo de amigos una experiencia adictiva a un juego que se desarrollaba en el mundo de la prostitución, «se trataba de chicas que le vendían a los hombres su cuerpo, su todo, y ganaban mucho dinero. Era tipo cómic, pero podías interactuar con él. Me pareció muy extraño, me asusté».
Según nos cuentan los adolescentes, Free Fire merece un capítulo aparte. Es un juego diseñado exclusivamente para ofrecer una experiencia premium de Battle Royale —todos contra todos hasta que quede un solo competidor en pie—, y se ha vuelto viral entre nosotros, argumenta Analía García Montero, cienfueguera de 12 años.
Sobre este juego, Roque Jefferson Villaurritia Trujillo, estudiante de Percusión de la escuela provincial de arte Benny Moré, considera que «no es para nada violento. Es para divertirse conviviendo; de hecho, Garena, la compañía que lo creó, retiró los efectos de sangre y los daños se expresan en números».
Precisamente, la Revista Caribeña de Ciencias Sociales publicó un artículo en el que varios sicólogos aclararon que «los adolescentes buscan estos videojuegos para desplegar la agresividad que llevan dentro» y que «pueden desarrollar más sus habilidades cognitivas si lo usan ocasionalmente, caso contrario el hecho que exageren horas dedicadas al videojuego, lo que provocaría un desbalance en su vida cognitiva, emocional y física».
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¿Cómo leen los jóvenes?
Sofía ha encontrado en el entorno digital una vía para aliviar su insaciable deseo por la lectura. Hasta ahora prefiere la aplicación móvil Aldiko, un lector de libros en formato epub que le permite, desde su posición como usuaria, cambiar el tamaño de la letra, los márgenes, la iluminación y descargar muchos clásicos que ya no tienen derecho de autor.
También gracias a la red social Instagram ha mejorado su aprendizaje sobre el idioma francés con los canales de France24, Le monde y Le Parisien. Según comenta, estos tienen una buena dinámica con reels y gráficos que explican detalladamente lo necesario para que a través de la pantalla se aprenda.
Alumnos de secundaria básica prefieren Wattpad, pues conecta una comunidad global de millones de lectores y escritores a través del poder de las historias. Así lo asegura Rachelly Sasson Machado, de 8vo. grado, quien utiliza esta aplicación y ha podido acceder a títulos que no se encuentran a su alcance en formato físico.
Como leemos útiles específicos de una materia, carrera o especialidad, hay aplicaciones que facilitan el trabajo, ya sea por simplificar el traslado o estar libres de costo. Lo comprobamos también en la escuela provincial de arte Benny Moré, la cual ha imbricado a su proceso docente educativo aplicaciones que les permiten sustituir el empleo de pianos y otros instrumentos para estudiar en casa.
Villaurritia Trujillo, futuro percusionista, reconoce la disponibilidad de pianos en el centro, pero la mayoría de los estudiantes no tienen uno en sus hogares, y les resulta indispensable para afinar mientras estudian. Por eso él y otros compañeros emplean Perfect Piano, una aplicación con sonidos musicales realistas.
Cuenta Liván Dariel Quintero Jiménez, pupilo de Trompeta desde 5to. grado, que conoció por sus profesores de Metronome Beats. Consiste en un metrónomo digital que me «ayuda a no irme de tiempo». Aunque él no tiene celular propio, comparte el de sus compañeros para estudiar con otras aplicaciones como Oído Perfecto, útil para el solfeo y la teoría.
Víctor Ricardo Cabrera Soriano, joven profesor de Danza en la escuela sureña, defiende que se provea de los medios tradicionales de estudio a quienes carezcan de dispositivos móviles para hacerlo. Pero, igualmente, reconoce que han sido muy efectivos para la enseñanza. «Actualmente YouTube es nuestra fuente de información de videos sobre el tema», declaró.
Erika Pino Villegas, estudiante de Artes Plásticas, tiene dos soluciones digitales indispensables para encontrar referentes visuales: Instagram y Pinterest. Además emplea Photomath, que resuelve operaciones y problemas matemáticos paso a paso. Con esta última sucede lo mismo que con las inteligencias artificiales: «cualquiera que no tenga como objetivo aprender, las ve como una vía de escape, una trampa para ahorrarse trabajo creativo y salir del paso», valoró.
Responsabilidad, prudencia, educación
Las pantallas roban cada vez más tiempo y presencialidad a las acciones rutinarias con amigos y familia, pues internet ha achicado las distancias y ha resuelto con pocos pasos acceder a un cúmulo de información adecuada —o no— que impacta en las relaciones entre tecnología y sociedad.
En opinión de la Doctora en Ciencias Sociológicas Niuva Ávila Vargas, profesora Auxiliar de la Universidad de La Habana, actualmente existe un sobreuso de las tecnologías. Lo cual tiene dos lecturas: ayudan a que una mayor cantidad de personas se apropie de esos servicios o conducen a una sobresaturación de contenidos debido al alto tiempo de exposición frente a los dispositivos móviles.
«Considerar al uso de las tecnologías como una cuestión de modas sería, incluso, algo positivo, pues estaríamos asumiendo su final. Pero, al contrario, no podemos revertir el avance ya alcanzado, el consumo va en ascenso. Pudiese ser una moda si tenemos como punto de partida que la mayoría de los adolescentes hoy en la secundaria tienen teléfonos móviles y, en ocasiones, es la propia familia quien insiste en que los tengan desde la primaria, cuando no se debería».
Además, asegura, que ahora existe una nueva cultura de las relaciones porque es más atractivo hablar a través del celular. Y ello trae como consecuencia la pérdida de habilidades sociales y académicas, ya que disminuyen los espacios en que los adolescentes y jóvenes leen y se desarrollan con los demás y, por ende, las capacidades cognitivas permanecen inmóviles frente a una imagen que no obliga a pensar, ni a forzar la imaginación.
Para la profesora, en los niños resulta más fácil el control del consumo de las tecnologías, pues ellos actúan bajo la supervisión de los adultos. Sin embargo, resalta el alto grado de ansiedad que desatan en los adultos, quienes a veces no logran autorregularse. «Es un problema social y con ello quiero decir que están inmiscuidos todos los actores, desde los padres, la escuela, la comunidad y hasta el Estado, que desgraciadamente se está
retirando cada vez más de su control».
La lucha debe ser constante, y esta vez lo asegura desde el rol que le compete como madre de dos hijas. Por miles de razones, explica, la familia juega un papel determinante en las conductas que ejercen los adolescentes y jóvenes sobre los dispositivos móviles. «Debemos impregnar en ellos responsabilidad, prudencia y una buena educación para que sea más lo que les aporte y menos lo que les reste».
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¿Bueno o malo?
El joven Alberto Carballosa Soca, profesor de la Facultad de Sicología de la Universidad de La Habana, ratifica que en el mundo actual es inevitable que los adolescentes, jóvenes y hasta los niños utilicen las aplicaciones móviles y redes sociales. «Quiere decir que lo digital es transversal a cada una de las esferas de la vida en la que nos encontramos, como la salud, la educación, el trabajo, la recreación…
«Ello nos lleva a tener en cuenta factores que pasan no solo por el uso instrumental de las tecnologías digitales, sino también por cuestiones sociales, sicológicas, afectivas y cognitivas, es decir, cuánto conozco del empleo que estoy haciendo de las redes sociales, de lo que estoy exponiendo de mi vida en ellas.
«Además, hay que pensar en seguridad y privacidad en el entorno digital, cómo manejar las redes sociales y aplicaciones adecuadamente, cómo expreso mis emociones en los entornos digitales, que en ocasiones se hace de una manera desenfrenada sin saber qué efecto pudiera tener en su vida diaria, a corto, mediano o largo plazo.
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«Y en lo social hay que tener en cuenta cómo me relaciono con otros en las plataformas digitales, con quién comparto cuestiones privadas, a quién acepto la solicitud de amistad o sigo. Estas cuestiones pasan por relacionar distintas personas, incluso, entre diferentes grupos de amigos», señala el también Máster en Sicología Educativa.
Entonces, ¿es bueno o malo el uso de aplicaciones?, interrogamos al profe y al instante responde: «Diría que es importante formar cada vez más ciudadanos digitales. ¿Qué quiere decir eso? Que la propia escuela ayude a la formación en los entornos digitales porque como dice una frase: Como el agua que bebemos y el aire que respiramos, lo digital será conocido por su ausencia, no por su presencia.
«La cuestión es ya no tenerle miedo a los espacios digitales, sino buscar la manera de convivir sanamente con ellos, y debe ser educada, sobre todo en la propia escuela desde las diferentes asignaturas. Se deben aprovechar las distintas maneras que tenemos de llegar a los estudiantes para enseñarles estas cuestiones, que resultan una formación para la vida en interacción con otros fuera del aula, pero también para otras cuestiones: buscar un trabajo o crearse una identidad digital que impacte en cada una de las áreas de su vida.
«Ello requiere también una formación y superación de los maestros acorde al contexto que vivimos, pues en ocasiones tenemos educadores que tienen buena preparación pedagógica, pero no tienen la preparación necesaria en las cuestiones digitales.
«Y en el caso de la familia también es esencial, sobre todo en la adolescencia, por las características propias de la edad. La manera en que el adulto llega a los adolescentes y jóvenes es fundamental. No es lo mismo que un adulto trate de enseñarle el uso adecuado de las aplicaciones de una manera impositiva a que lo haga desde un diálogo abierto, preocupado por sus inquietudes, necesidades, deseos, para que la propia familia u adultos pueda ser como los docentes de las escuelas.
«Algo está claro en este camino y es la certeza de que es necesario formar personas para una vida digital, que es cada vez más amplia, heterogénea y necesaria. Tenemos que aprender a convivir en el espacio digital y respetar las normas de convivencia de las personas de todas las edades».
La mayoría de las estadísticas mundiales sobre aplicaciones se relacionan con las registradas en Play Store, la tienda de Google, que superan los tres millones. No obstante, existe una cifra desconocida de las que se alojan en plataformas como Uptodown, Apkpure, Apkcombo, Apkmirror y otras muchas.
Apklis, la tienda cubana de aplicaciones para dispositivos Android, desarrollada por la Universidad de Ciencias Informáticas, cuenta en la actualidad con 5 900 aplicaciones, con unas 260 000 descargas diarias.
Te invitamos a escuchar este Podcast de JR que trató el tema: ¿Qué aplicaciones móviles desarrolladas en Cuba conoces? ¿Cuáles te resultan más útiles?
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