Cientos de personas rindieron homenaje póstumo a las víctimas del siniestro del pasado 6 de mayo en el Hotel Saratoga en la vigilia en el Parque de la Fraternidad. Autor: Daniela Fernanda García Gonzales Publicado: 15/05/2022 | 07:07 pm
Nunca se había contemplado en la historia de Cuba, una masa tan voluminosa de personas concentradas en el capitalino Parque de la Fraternidad. Centenares de cubanos permanecieron en el emblemático lugar, este viernes 13 de mayo, en vigilia, como homenaje póstumo a las víctimas de la fulminante explosión en el Hotel Saratoga, el pasado día 6.
Desde las 7 horas de esta tarde, los familiares de nuestros hermanos caídos, sus amigos, sus compañeros de trabajo, e incluso varias personas que sin ningún vínculo parental o afectivo mostraron solidaridad, pasaron al espacio donde como despedida descansaban fotos y objetos de imperecedero valor, de sus seres queridos. Este momento, marcado por un dolor inmenso y lágrimas de muchos, fue quizás el más triste de este día.
La noche calló sobre todos los rostros marchitos y los corazones partidos en mil pedazos. Cada vez acudían más y más personas al evento solemne, quienes se incorporaban de inmediato a la extensa fila para despedirse junto a los recuerdos de las víctimas mortales.
A las 21:00 horas locales las linternas de los celulares de todos los presentes se mantuvieron encendidas y en silencio por el minuto más largo de la noche. Un minuto donde Cuba entera lloró a sus hermanos.
Una mujer, un anciano, un niño, un pueblo, encendieron sus velas y pidieron a los dioses de sus múltiples religiones por el alma de estos cubanos que un siniestro accidente nos arrebatara.
Alrededor de los árboles de este parque, que ha observado por más de cien años la historia de una nación, cada cubano dejó una flor, un recuerdo, un pedazo de sí.
El Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; nuestros dirigentes gubernamentales; nuestras organizaciones políticas, sociales y de masas; estudiantes de todas las enseñanzas; la Unión de Jóvenes Comunistas y aquellos que como el Cuerpo de Bomberos de Cuba, el Ministerio de Salud Pública, la Policía Nacional Revolucionaria, la Cruz Roja Cubana y el Ministerio del Interior, estuvieron durante 168 horas en las labores de búsqueda, rescate y salvamento, también rindieron tributo a las vidas arrebatadas en el terrible suceso.
El parque donde en 1928 fuera trasplantada la Ceiba de la Fraternidad Americana, y abonada con tierra de las 28 repúblicas americanas que participaron por esos días en la VI Conferencia Panamericana, hoy es nuevamente sitio de unión, de hermandad y de solidaridad para nuestra Isla.
Al llegar la media noche, en las inmediaciones del lugar, uno que otro cubano yacía ensimismado ante la vista del inmueble donde sucedió la tragedia. El estado de devastación en el edificio cinco estrellas plus de corte neoclásico, es aún más grande en el pecho de cada habitante de esta nación.