En la inversión del bloque Uno se ejecutaron 186 millones de pesos en moneda total Autor: Nelson Rodríguez Roque Publicado: 08/07/2021 | 02:30 pm
Felton, Mayarí, Holguín.— A medida que un ciclón amenaza con acercarse a la región oriental, la certidumbre de que hay que correr a resguardarlo todo se apodera de cada trabajador de la central termoeléctrica Lidio Ramón Pérez, conocida como Felton por el lugar en que está ubicada. Sin titubeos, veteranos y noveles entran en alta tensión en materia de generación de energía y protección del enclave.
Elsa, como similares eventos meteorológicos del pasado, los congregó en el salón de reuniones para puntualizar estrategias y evitar males de cualquier magnitud, máxime que coincidía con el ajuste de la unidad Uno, sujeta a una inversión capital de 186 millones de pesos desde hace dos años, tras una grave avería acaecida en 2016.
Atento a la temporada de huracanes, a la que no es primera vez que se enfrenta en la Lidio Ramón Pérez, el joven ingeniero José Amado Soler, especialista principal de Comunicaciones de la Planta, explica que antes de la inversión el bloque Uno garantizaba 250 megawatts de potencia al Sistema Eléctrico Nacional (SEN), pero su recuperación la aumentará hasta 260: «Número importantísimo en los momentos actuales, toda vez que el país lo necesita».
Según cuenta, la juventud se hace sentir en el rescate de esa unidad, pues más de la mitad de los miembros de la Dirección Integral de Proyectos (creada especialmente para la rehabilitación) son jóvenes, incluidas varias mujeres qye laboran sobre todo en las actividades automáticas.
«Guiados y supervisados por la experiencia de varios compañeros, incidimos en tareas clave en las áreas de caldera, turbina, automática, comunicaciones y otras. Todas las especialidades actúan para unificarse en la generación», detalla.
Lo esencial es el servicio
Ana Iris Rosabal nunca se ha sentido aislada de la importante inversión. A Felton llegó graduada de licenciada en Comunicación Social y prácticamente de cero fue curtiéndose en el conocimiento de gigawatts y megawatts. La especialista en Gestión Documental de la Dirección Integral de Proyectos lleva unos cinco años acá, y manifiesta que está muy conforme con los conocimientos que le ha recibido.
«Nos han insertado en distintas plazas Y hemos dado el paso al frente porque sabemos lo vital que es este bloque para la provincia y el país. Se les han confiado a recién graduados hasta funciones de planificadores e inspectores principales de caldera y sala de máquinas, entre otros objetos; sin miramientos a la hora de dar responsabilidad, porque venían bien formados y fueron aprendiendo más acá a partir de un disciplinado desempeño. En mi caso, me ayudaron mucho mis tutores para ir comprendiendo el funcionamiento de una termoeléctrica», comenta.
Para el ingeniero Osmel Maturell ha transcurrido un cuarto de siglo en Felton, desde que se hizo operario hasta llegar a director general de esta central termoeléctrica. Vino del municipio de San Luis, Santiago de Cuba, y terminó asentándose en tierras mayariceras, donde pasó de aprendiz a conducir puestas en marcha, sincronizaciones y procesos humanos.
«De manera general –destaca Maturell–, apreciamos mucho compromiso. Todos valoran lo esencial que es nuestro servicio en función de eliminar apagones. Restablecer la unidad Uno influirá en la economía del país, porque realmente vivimos momentos difíciles a causa de la pandemia del nuevo coronavirus y la situación financiera nacional, además del reforzamiento del Bloqueo, que nos persigue en varios ámbitos de forma enfermiza».
Toda la emulación
Con el primer rodaje de la turbina nueva (elemento que sustituye a la que tuvo la avería en octubre de 2016), el ingeniero Eric Milanés, jefe técnico del Proyecto de Rehabilitación, ve a una «hija» dar sus primeros pasos:
«Las acciones abarcaron, además, el cambio de las paredes de agua del horno de la caldera y la reparación integral del generador y otros equipos básicos y auxiliares. Sus actuales quemadores y ventiladores de tiro forzado, ambos de relevancia en la combustión, son de buena calidad. Igualmente se modificó todo el sistema automático y el control eléctrico. Es una reconstrucción de última generación», enfatiza.
En aras de instalar una tecnología moderna y poner operativa la Uno, en medio de contracciones económicas derivadas del contexto de la COVID-19 y la presencia del cerco estadounidense, Milanés afirma que en la «Lidio Ramón Pérez» se trabajó a la par en el mantenimiento de componentes que no hubo que reponer.
Ese bloque, cuya generación anual entregará 1 200 GWh (gigawatts hora) al SEN y llevó unos 77 millones de euros por concepto de importación, originalmente disponía de equipamiento de la antigua Checoslovaquia, por lo que ahora se retomaron maquinarias y proyectos de la República Checa y de Eslovaquia.
Hay toda una emulación interna en esta instalación orientada hacia la corrección de cualquier defecto que aparezca en las pruebas, para conservar las condiciones de operatividad. En ese proceso se escucha a la asistencia técnica europea, cuya representación maneja los criterios de garantía.
La filosofía de los eléctricos, recalca Maturell, es vivir siempre en presente: «No podemos guardar energía para darla mañana, ya que es un proceso que ocurre al momento. Acá la pretensión es generar establemente con combustible cubano, mucho más económico que el diésel del exterior. Esta actividad nuestra es fuerte, pero enamora y congratula», concluyó.