CLa Conferencia Mundial de la Unesco sobre Educación para el Desarrollo Sostenible, tras sus debates, deberá adoptar la Declaración de Berlín. Autor: Abel Rojas Barallobre Publicado: 29/01/2021 | 12:05 am
La adaptación de la escuela a las nuevas condiciones creadas por la pandemia de la COVID-19 ocurre cuando teníamos un tramo avanzado, porque el 3er. Perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación nos proporcionó las herramientas que necesitábamos para hacer esas adecuaciones.
Así afirmó la Doctora en Ciencias Pedagógicas Silvia Navarro Quintero, directora general del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas (ICCP), durante un encuentro con Juventud Rebelde en la sede de esa institución, que ha sido centro rector del proceso de actualización del sistema nacional de enseñanza.
«La pandemia nos permitió demostrar la pertinencia de las adecuaciones, porque era preciso organizar la escuela de manera diferente, utilizar la televisión como opción necesaria para continuar el curso escolar en su momento y hacer ajustes curriculares que ya estaban incluidos en el 3er. Perfeccionamiento».
—Una de las preocupaciones de la población son los reajustes de las materias en las asignaturas…
—No es que se dejen de dar contenidos. El diagnóstico que hicimos a partir de la investigación para el Perfeccionamiento (que comenzó en 2010) arrojó que había temas que era preciso actualizar y otros eliminarlos, pues estaban obsoletos o se repetían en varias asignaturas o grados escolares. Además, fue necesario integrar conocimientos e incluir otros que llegaron luego de ser confeccionados esos programas de clases que llevaban muchos años utilizándose.
La alianza profesor-alumno es indispensable para el aprendizaje. Foto: Roberto Suárez.
«En definitiva, poner los currículos de las asignaturas ajustados a los tiempos actuales. Por ejemplo, la Ley de Símbolos, la nueva Constitución de la República, todo ello era preciso añadirlos. Ampliar todo lo vinculado con los virus (algo que ya teníamos pensado y que se refuerza con la aparición del nuevo coronavirus). Había otros aspectos que se repetían en varias asignaturas y que podían impartirse de manera transversal; por ejemplo, el tema del agua puede estar en las ciencias, pero también en una obra literaria.
«Los trabajos prácticos integradores, que se utilizaron como método evaluativo a partir de la situación de la pandemia, son un buen ejemplo de cómo aunar conocimientos. De lo que se trata también, y más allá de los nuevos planes y programas de estudio, que a su vez llevan implícito cambios en los libros de texto y cuadernos de trabajo, es de organizar la escuela de manera diferente. El contenido es el mismo, pero se reducen los tiempos», argumentó.
Navarro Quintero explicó que las clases se organizan a través de un currículo institucional, pero se vence el objetivo a través de un proyecto educativo institucional que construyen los docentes, los directivos, la familia y los alumnos, de acuerdo con el centro escolar y su entorno, porque la escuela tiene que parecerse al lugar donde está y a los estudiantes que tiene.
«Cuando comenzamos la investigación había quejas sobre materias reiteradas en las distintas disciplinas, de programas muy cargados. A los contenidos había que darles salida en dependencia de la disciplina que se impartía y no todos los docentes estaban siempre preparados para ello», detalló.
Por su parte el Doctor en Ciencias Alberto Valle Lima, director de Programas y Proyectos del ICCP, precisó que «para todas estas adecuaciones se tuvo en cuenta la opinión de muchos especialistas. Se elaboraban las propuestas y se iban probando por grados de estudio; se recogían las opiniones y resultados y se volvía a los especialistas, hasta que quedaron elaborados los documentos definitivos. El aporte de los especialistas fue fundamental, también de los maestros y profesores en la base.
«Con los resultados del aprendizaje de los estudiantes que se iban obteniendo durante las clases en las escuelas seleccionadas para hacer las pruebas piloto, volvíamos a reunirnos con los expertos para hacer los ajustes», subrayó.
—Más allá de los ajustes curriculares, el 3er. Perfeccionamiento lleva implícito cambios en la organización escolar.
—Sí, exactamente —expresa la Doctora Silvia—. Ese nuevo concepto de organización escolar es el que estamos aplicando ahora para abreviar los tiempos. Hay temas que pueden abordarse a través de un círculo de interés o mirando un documental educativo, por ejemplo.
«También puede acortarse el trabajo en red, en el que se relacionan centros escolares cercanos y un docente. Un papá o alguien de la comunidad puede ser la persona que imparta determinado contenido. Si hay una escuela con un buen laboratorio de idioma, mejores computadoras, un bibliotecario bien preparado, las instancias municipales o provinciales organizan la manera de que todos puedan acceder. De ese modo se optimizan los recursos materiales, humanos y didácticos».
—Es una manera de que la escuela sea también más divertida...
—Indudablemente, porque se rompe con la monotonía de alumnos sentados siempre en la misma aula.
La superación permanente
Silvia Navarro Quintero, directora general del ICCP. Foto: Heriberto Rodríguez.
Al preguntarle sobre la preparación de los docentes para enfrentar esos cambios, Silvia Navarro destacó que sin una fuerza profesional calificada y preparada no sería posible, y por ello se trabaja constantemente en el proceso de capacitación.
«La superación permanente de nuestro personal es planificada en correspondencia con las características de los que imparten los programas y con la preparación de los directivos y docentes. Tenemos másteres y doctores, también profesores de experiencia y otros noveles. Esa diversidad es buena, pero también constituye un reto, pues es preciso preparar a todos.
«Podemos tener los mejores programas, planes, cuadernos de trabajo y libros de texto, pero si no contamos con maestros preparados y directivos que hagan realidad la concepción curricular estaríamos trabajando a un 50 por ciento», puntualizó.
—¿En qué momento está ahora el 3er. Perfeccionamiento?
Alberto Valle Lima, director de Programas y Proyectos del ICCP. Foto: Yaimí Ravelo.
—Aplicando lo que es posible debido a los ajustes curriculares que fueron precisos para terminar el curso 2019-2020 y comenzar el nuevo período lectivo. Todo está listo para comenzar la generalización del 3er. Perfeccionamiento, y lo haremos igual que se hizo el pilotaje, por grupos de grados escolares.
«Puedo afirmar que el reto que nos impuso la COVID-19 fue más fácil para el sistema de educación porque teníamos las adecuaciones de los nuevos programas de estudio y la concepción de una escuela diferente, menos rígida. Hemos podido comprobar que con una buena organización escolar el sistema de enseñanza-aprendizaje fluye de manera coherente y eficaz».