En el municipio de Ciego de Ávila, cabecera provincial, se declararon 56 zonas de la ciudad aisladas, con 1 769 viviendas y más de 5 000 habitantes. Autor: Luis Raúl Vázquez Muñoz Publicado: 14/09/2020 | 10:22 pm
CIEGO DE ÁVILA.— A punto de finalizar la primera quincena de septiembre, las cifras resultan trágicas: 173 contagiados por el SARS-CoV-2 y cinco muertos desde el inicio del rebrote el pasado 25 de agosto, para un acumulado de ocho en esta provincia desde el inicio de la pandemia.
Sin lugar a dudas, y por lo que se contabiliza hasta el día 12, este es el mes negro de la pandemia por este lado de la Isla, y estamos solo en el comienzo.
En una de sus conferencias de prensa, el doctor Francisco Durán García, director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, informó que esta provincia era la de mayor tasa de incidencia en el país, y expresó el convencimiento de que la situación se revertiría; pero con esa voz pausada de padre venerado advertía: «Se va a trabajar en un período con mucha intensidad».
Las cifras de «arrancada» de este rebrote son significativas en cuanto al nivel de reproductibilidad del virus, ante el alto número de contactos y sospechosos detectados, aun cuando los encuestados no declararon en el primer momento una cantidad convincente, una de las razones por las cuales se maneja con reservas la calidad de la encuesta epidemiológica.
Con todo, al redactar esta nota se hallaban bajo vigilancia epidemiológica 3 619 personas en el sistema primario de salud, en tanto 945 clasificaban como sospechosos. En el municipio de Ciego de Ávila, cabecera provincial, se declaraban 56 zonas de la ciudad aisladas, con 1 769 viviendas y más de 5 000 habitantes.
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Es evidente la necesidad de realizar estudios más precisos, pero de entrada las cifras que aporta el rebrote son para meditar; y uno de los datos que llaman la atención, sobre todo al compararlo con la «primera temporada», son los grupos de edades afectados.
De acuerdo con la información del Ministerio de Salud Pública, entre marzo y junio los rangos con más casos en Ciego de Ávila fueron entre los 20 y 39 años, y entre 40 y 50. Ese contagio pudo darse por ambivalencias en los niveles de percepción de riesgos, algo observable en otras formas de contagio, como las que predominan en las ITS (infecciones de transmisión sexual).
Otra posible causa es que las personas ubicadas ente los 20 y 39 años fueron las que actuaron en distintas labores para la contención del virus, y por tanto se expusieron más.
Sin embargo, desde el pasado 25 de agosto comenzó a aparecer una nueva tendencia. Hasta el momento el contagio se mueve con mayor énfasis dentro del rango de edad de los 40-60 años, al tiempo que se observa también un crecimiento en personas mayores de 60 años, con unos 36 contagiados la semana pasada.
¿Qué relación puede tener este comportamiento con el actual rebrote que vive Ciego de Ávila? A nuestro juicio, los adultos fueron en la primera etapa de los que más se protegieron y al mantenerse en un régimen de aislamiento durante unos tres meses acumularon un grupo de necesidades afectivas y materiales.
Controlada la primera «ofensiva» del virus y al pasar el territorio a las fases escalonadas de normalidad, esas urgencias se convirtieron en incentivo para desatar una alta movilidad dentro y fuera de la provincia, para reencontrarse con familiares o vacacionar, con el consiguiente peligro de contagio al disminuir la percepción de riesgo. El coronavirus, en ese momento, estaba en retirada, pero aún al acecho.
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Pero el contagio en esos grupos trae otras alertas, pues en esa franja poblacional se concentran las principales enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), que en el 2019 constituyeron importantes causas de muerte en la provincia.
De acuerdo con el Anuario Estadístico de Salud del pasado año, la tasa de mortalidad más alta del país se concentraba en la edad de 50-64 años, con 19 560 muertes para una tasa de ocho por mil habitantes, y en el grupo de 65 y más, con 81 792 para una tasa de 47,2 por mil habitantes.
También en Ciego de Ávila la mayor cifra de mortalidad se concentró en esos dos rangos 50-64 años (751) y 65 y más (2 934), para una tasa de 8,3 y 46,6 respectivamente.
Foto: Luis Raúl Vázquez Muñoz
Pero lo más llamativo en cuanto a las vulnerabilidades ante el virus, aparece en otros dígitos. En 2019, Ciego de Ávila mostró una alta prevalencia de enfermedades como tumores malignos (823 muertes), enfermedades del corazón (794), enfermedades cerobravasculares (344), influenza y neumonía (461), Diabetes mellitus (90) y enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores (185), que incluyen el asma y las alergias respiratorias, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), enfermedades pulmonares de origen laboral, el síndrome de apnea del sueño e hipertensión pulmonar.
¿Qué nos indican esas estadísticas? Pues, a ojos vistas, que el coronavirus ha atacado al grupo más vulnerable a partir de ECNT que hoy atentan contra la calidad de vida de la población avileña. Por lo tanto no es descartable, a partir de la tendencia actual de contagios, que en los próximos días continúe el indeseado reporte de casos graves o críticos; un motivo más para atender a los llamados y alertas de las autoridades sanitarias.
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Aunque estas inferencias puedan sonar abstractas, la realidad es más cruda. En la conferencia de prensa de la Dirección Provincial de Salud se supo que de los 15 positivos reportados el 11 de septiembre, 12 eran ciudadanos que presentaban sintomatología respiratoria en sus casas y no se habían presentado ante sus áreas de salud.
También trascendió que al momento de reportar contactos, muchos pacientes declararon entre seis y ocho personas en la encuesta epidemiológica, cifra poco verosímil, como se demostró al profundizar en la entrevista; de ahí la exigencia a elevar la calidad de ese documento.
Foto: Luis Raúl Vázquez Muñoz
Pero el mayor aviso es a la necesidad de ser disciplinados y reportarse ante la aparición de los primeros síntomas, porque una atención a tiempo aporta más garantía a la vida, mientras que callarse es un pasaporte seguro a la tragedia.
En resumen, en Ciego de Ávila muchos cantaron victoria al escuchar este lunes 14 que se habían confirmado solo nueve personas. ¿Estaremos en el pico y comenzó el declive lento del rebrote?, pensaron algunos, y así lo dieron a entender en las redes sociales.
Nuestro criterio, a partir de los datos y las reflexiones de especialistas, es que el camino será intenso, y números más altos no se podrán descartar en un futuro muy próximo.