VIÑALES, PINAR DEL RÍO. - Desde hace algunos días la rutina en casa de Claudia Reytor Crespo cambió considerablemente. Ahora las jornadas se tornan más complicadas, sobre todo para ella y su suegra, quienes tienen la responsabilidad de velar por la limpieza de su casa de renta, ubicada cerca de la calle principal del turístico municipio pinareño.
A menudo podemos encontrarlas con guantes, nasobuco y desinfectante en mano, baldeando el piso con agua caliente, detergente y cloro, o pasando paños con lejía a casi todos los muebles de las dos habitaciones que tienen disponibles para los visitantes procedentes de otros países.
«Sabemos que nos toca extremar las medidas de precaución ante la amenaza que representa la COVID-19, enfermedad que ahora mismo está acechando a gran parte del planeta. Tenemos que hacer todo lo posible por protegernos y proteger a quienes nos rodean», asegura esta joven vueltabajera que desde hace algunos años se acogió a la modalidad de trabajo por cuenta propia.
«Nos han explicado queantes y después de la salida de un cliente debemos limpiar bien los cuartos, ventilarlos bastante y, sobre todo, mantener una vigilancia sobre las personas, conversar con ellos para saber de dónde vienen, qué lugares han visitado en las últimas semanas… y es eso precisamente lo que estamos haciendo», agrega.
El suyo no es un caso aislado. En este territorio del occidente cubano, autoridades sanitarias de la provincia ofrecieron una capacitación a propietarios de las más de mil habitaciones de renta existentes, con el objetivo de prepararlos y evitar la transmisión del virus.
Laafluencia de turistas deviene motivo de alerta para todos los arrendadores de viviendas de este territorio y, por las características del lugar, aquí además se realizan charlas y conferencias en entidades estatales, para que los trabajadores conozcan cómo proceder en cada caso y velen mejor por su propia salud.
Voces en sintonía
«Comenzamosa accionar en correspondencia con las audiencias públicas, con el apoyo de la Federación de Mujeres Cubanas y los Comités de Defensa de la Revolución»,explicó a JRla intendenta municipal, Noelia Collado Domínguez.
«Por supuesto, hacemos mucho énfasis en las zonas donde mayor cantidad de turistas se concentran. Además, tenemos un control de los extranjeros que entran al municipio, su procedencia y los lugares donde se hospedan -ya sea en casas particulares u hoteles- lo cual nos permite mantenernos al tanto de su salud».
Uno de esos cuentapropistas, Tomás Sixto Rodríguez, comenta: «Si a mi casa llegara un turista con algún síntoma, enseguida llamaría al número que me dieron en Higiene y Epidemiología, porque eso fue lo que nos orientaron en la reunión que hicieron con nosotros».
«En los CDR hemos participado en las capacitaciones, y nos hemos informado bastante con los médicos de la familia. Ya tenemos claro, por ejemplo, que debemos estar alertas y ante cualquier síntoma gripal del visitante o nuestro —dígase tos, fiebre, falta de aire, etcétera—, informarlo rápidamente», puntualiza Enrique Veras Domínguez, otro viñalero que siente la responsabilidad de velar por la seguridad de su familia y su pueblo.
«Por supuesto, siempre tenemos que reportar los extranjeros que llegan a nuestras habitaciones, sobre todo si vienen de España, Alemania o Italia, que sabemos figuran entre las naciones más afectadas por el virus; y si alguno presenta malestar gripal, pues le aconsejo que asista a la clínica Internacional que existe en el municipio, donde están los especialistas», afirma Ludia Rodríguez Fernández.
«Como prevenir es la mejor forma de acabar con el coronavirus, yo ya le informé a mi familia todas las medidas que debemos adoptar, cómo debe hacerse la limpieza y lo seria que es la situación. Así lo estamos haciendo, en comunicación muy estrecha con las autoridades sanitarias del territorio», dice Caridad González León.