Mayra Orta muestra los daños provocados por el huracán Michael a su vivienda. Autor: Dorelys Canivell Canal Publicado: 10/11/2018 | 09:43 pm
PINAR DEL RÍO.— Mayra Orta Montero creyó que tenía un techo fuerte, pero cuando el viento empezó a soplar casi sin esperarlo en la tarde del lunes 8 de octubre pasado, dudó de su certeza y vio cómo las tejas de fibro de uno de sus cuartos salieron volando y cayeron hechas añicos en un cañaón que hay detrás de su casa.
Ella, que vive en el mismo pico de una loma, camino a Los Portales, en Guane, no pensó que fuera a llover tanto ni que las ráfagas arreciaran esa tarde-noche. «Es que desde el domingo temprano no hubo corriente y todo fue de improviso; no nos enteramos de las fases ni pudimos ver el parte meteorológico. Creo que nos faltó información; el ciclón nos cogió a todos un poco desprevenidos», contó.
«La ayuda va a llegar. No quiero que me den lo que no tenía, sino lo que yo poseía. En otros ciclones he quitado las tejas, hemos bajado la cubierta completa, pero no dio tiempo a nada, hubo que llenar corriendo unos sacos con tierra para poner en la otra parte del techo, porque sabemos que con el ciclón el aire se vira».
Así narraba esta señora la misma semana que Michael dejara sus huellas por el occidente del país. Hasta allí llegamos cuando las aguas del Cuyaguateje permitieron el paso. Su caso es uno entre las 2 245 afectaciones al fondo habitacional que causó el fenómeno meteorológico el pasado mes en la provincia.
Los daños fueron mayoritariamente parciales de techo y afectaciones en facilidades temporales. Ello permitió adoptar una estrategia a partir del apoyo recibido del país. Al territorio han entrado 13 000 tejas de fibrocemento para los derrumbes parciales de techo, 120 módulos de techo metálico y 15 000 tejas infinitas destinadas a las facilidades temporales. También hay 200 metros cúbicos de tabla C y cinco toneladas de puntilla.
Oscar Yumar Alfonso, director de Vivienda en Pinar del Río, explicó que están en condiciones de resolver en lo que queda de año las afectaciones en techos y las registradas en las llamadas facilidades temporales.
Mariano Cruz Ledesma, vicepresidente del Consejo de la Administración Provincial (CAP), comentó que esta estrategia será posible gracias a que la provincia no tenía ningún caso pendiente por este tipo de afectación.
«A pesar de que nos quedan casos de los otros ciclones, ninguno estaba relacionado con el techo en específico; todos son derrumbes totales o parciales de vivienda».
Agregó que a las 776 facilidades temporales dañadas por Michael se les subsidiarán los recursos que llevan para su reparación.
Por su parte, Yumar Alfonso declaró que el procedimiento para hacer las evaluaciones de los daños, así como la asignación de recursos y la compra de estos, es a través de las oficinas de trámites creadas en cada zona de defensa.
«Este mecanismo se ha aplicado en el resto del país, pero nunca en Pinar del Río. Así que estamos capacitando a las personas. Para acceder a los materiales existen varias vías: en efectivo, a través del crédito bancario o por subsidio, según la capacidad económica de cada familia».
El análisis de la forma de pago que correspondería en cada caso se hace a través de un estudio socioeconómico realizado por los trabajadores sociales en los consejos populares y las oficinas que se han creado, las que están conformadas por un jefe, un técnico de la Vivienda, y representantes de Comercio, Trabajo y el Banco, para poder agilizar los trámites.
El Vicepresidente del CAP aclaró que al ser nuevo el procedimiento en la provincia, hay que explicar por qué el país subsidia a personas y no recursos, y que cada ciudadano tiene que sentirse responsable.
Sin embargo, la situación de la vivienda en Vueltabajo no se circunscribe solamente a los daños provocados por el último evento meteorológico. Unos 10 800 casos están pendientes desde que Isidore y Lili azotaran la provincia en 2002, y Gustav e Ike cruzaran sobre el territorio en 2008 con apenas unos días de diferencia entre uno y otro.
Década y media después
Preocupado por cuánto le va a cobrar el dueño del carro de caballos por llevar las tejas hasta su casa, el hombre atraviesa el umbral de la puerta de la oficina de trámites habilitada dentro de la tienda de venta de materiales de la construcción.
Mientras carga las tejas de fibro infinitas que le corresponden según la afectación a su vivienda, dice: «Vivo en una facilidad temporal desde 2002; antes mi casa estaba mala, en los papeles pusieron derrumbe parcial y después derrumbe total. Yo sigo allí, ahora con dos niñas y aún no he podido terminar mi vivienda», comenta.
El análisis fue hecho también durante la visita de Gobierno a la provincia en septiembre último, encabezada por el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, cuando se pidió diseñar un proyecto para resolver los casos pendientes de 2002 y 2008 en un breve período.
Sobre la situación acumulada, Cruz Ledesma comentó que todos los años se aprobaba la construcción de 450 viviendas para damnificados del ciclón por el plan estatal, a las que se les suman los subsidios desde que estos se comenzaron a otorgar.
Este año se deben terminar entre 1 200 o 1 300 casas de damnificados del ciclón por las dos vías, estatal y por esfuerzo propio, que incluye también el subsidio.
«Así nos demoraríamos cerca de nueve años para dar respuesta a todas. En presencia de Díaz-Canel, se nos dio la tarea de hacer un estudio y elaborar una propuesta para ver si en cuatro años podemos solucionar las 10 800 afectaciones que nos quedan pendientes».
El Vicepresidente del CAP advirtió, sin embargo, que aunque se cuente con capacidad para elaborar los materiales de la construcción demandados, la producción está limitada por el plan de la economía.
«Tenemos una capacidad de 9 000 000 de bloques, pero si no tienes áridos no puedes hacerlos, e igual con el cemento. Si los portadores energéticos asignados a la industria de materiales dan para hacer diez metros cúbicos, no puedes hacer 20 aunque su capacidad lo permita.
Esto se debe a cuestiones financieras, a posibilidades reales que tiene el país con una economía afectada por el bloqueo. Hoy se crean capacidades en todos los municipios y los consejos populares de la provincia como parte de la nueva estrategia para enfrentar la cuestión habitacional, pero tenemos que presentarlas junto a la demanda, a fin de que se armonicen, señala el directivo.
«Si necesito 20 000 metros cúbicos de áridos, la industria debería dármelos, pero eso tiene un tope en el plan de la economía. Puedo tener capacidad para hacer diez viviendas diarias, por ejemplo, pero si en el plan solo tengo recursos para hacer cinco, solo puedo hacer esas.
«Eso es lo que está pasando con Pinar del Río. Hoy se puede duplicar el plan de materiales en el caso de la producción local, pero están limitados el acero, el árido y hasta los mismos molinos».
Sobre este tema Yumar Alfonso apuntó que «para el plan, la entrada de recursos se ha comportado bien, pero no responde a la cantidad de viviendas que tenemos pendientes.
«El plan se conforma a partir de un límite, y ello solo ha permitido construir alrededor de 500 viviendas anuales. Este año son 471 por plan estatal, más el subsidio, que depende de la producción local».
En los últimos años, además, se han terminado más viviendas por subsidio que por el plan estatal.
«Generalmente en Pinar del Río hacemos más viviendas individuales que edificios, las que se levantan donde mismo el huracán las derrumbó, aprovechando los servicios que están allí, porque si los mueves creas un problema, pues entonces hay que urbanizar, poner corriente, agua y generalmente donde se derrumbó están esas condiciones».
También se han establecido zonas de desarrollo para evitar los lugares de inundación, fundamentalmente en Pinar del Río, Guane y Mantua, donde se han levantado edificios. Algunos que se iniciaron en los años 90 se han terminado, pero aún quedan unos pocos en la ciudad inconclusos debido a que están invadidos por ocupantes ilegales.
Yumar Alfonso informó también que desde 2013 se han entregado 5 065 subsidios, sin contar los del último mes, cuando se aprobaron alrededor de 200, los que están aún sin certificar.
Estrategia para cuatro años
Ante la situación descrita, una propuesta preliminar se cocina en Vueltabajo: que «todo el mundo» construya, como se hacía antes, cuando todas las empresas levantaban viviendas.
La solución, sin embargo, exige un aumento en la producción local de materiales de la construcción y en la industria especializada, y una mayor participación de las personas en la solución de su problema.
La propuesta implica un cálculo preciso de niveles de recursos y equipamiento. Se prevé dar solución a todos los casos en unos cuatro años a razón de entre 2 700 y 3 000 viviendas anuales, un mínimo de estas por la vía estatal y el resto —la mayoría— con esfuerzo propio.
«Es una estrategia para conciliar con el país. Lleva un nivel de recursos bien grande, y hay que ver hasta dónde se puede llegar, y después ir trabajando con lo que se nos asigne. La propuesta está desglosada por municipios, y con nombre y apellidos de las personas», precisó Yumar Alfonso.
Según cálculos, para esa proyección necesitaríamos anualmente 3 200 000 bloques y 3 000 módulos de ventanas e igual cantidad de puertas que se deben elaborar en la provincia.
Autor: Dorelys Canivell Canal
La capacidad está montada, pero esta sola no basta. Hay que hacer el análisis para saber hasta dónde se puede llegar, pues se requieren los áridos, la transportación, el combustible… Se nos debe asegurar los 3 000 módulos sanitarios, los recursos de terminación como los relacionados con la electricidad, que no se hacen en la provincia, señaló el directivo. Hay que precisar cuál sería el plan definitivo, enfatizó.
Sobre todo sensibilidad
En las conclusiones de la visita de Gobierno a esta provincia, Díaz-Canel reflexionaba: «El tema de la vivienda en Pinar del Río tiene que tener un tratamiento diferente».
Hacia ello va encaminado el estudio que se ha hecho en aras de dar un techo seguro, un hogar confortable, a quienes sufrieron los embates de los huracanes en 2002 y 2008.
La situación, empero, también está mediada por otras cuestiones que no son solo disponibilidad de recursos y voluntad de Gobierno.
Las demoras en los trámites, que pueden volverse engorrosos e interminables, como la legalización de un terreno o la actualización de un título de propiedad, pueden resultar uno de los aspectos más complejos.
Así nos comentaban en una de las oficinas de trámites habilitadas tras el paso de Michael, en la que se depositaron tejas infinitas para las llamadas facilidades temporales. Fue en un consejo popular donde, como en la mayoría de los territorios, los casos más demorados transitan por situaciones de ilegalidades en la vivienda, lo cual no quita que todos aquellos que tengan sus documentos en regla hayan resuelto su problema.
Mariano Cruz Ledesma, vicepresidente del Consejo de la Administración Provincial, nos aclaraba que existen muchos casos que han solicitado legalizar el terreno, pero hasta tanto no se disponga del «número de acuerdo» es imposible presentarlo para subsidio, porque «la prioridad número uno para solicitarlo es tener un documento que acredite titularidad».
Según datos de la Dirección Provincial de la Vivienda, unas 7 700 familias damnificadas en 2002 y 2008 que aún no tienen su casa construida, viven en facilidades temporales, lo que equivale a unas 22 000 personas.
En Pinar urge trabajar con objetividad, pero también con sensibilidad para que el sueño de tener un techo sea una realidad más cercana.
La vivienda, en el centro de la mirada del Gobierno
Como se informó recientemente, en la última reunión del Consejo de Ministros fue presentada la Política de la Vivienda en Cuba, basada en la situación actual del fondo habitacional del país y encaminada a conformar la estrategia para, en primer lugar, detener el deterioro y posteriormente su recuperación y solución total.
El titular de la Construcción, René Mesa Villafaña, explicó que la proyección para la recuperación del déficit habitacional, se estima en diez años, con prioridad en los primeros cinco para las afectaciones climatológicas y las condiciones precarias.
La política concibe que participen en la construcción la mayor cantidad de actores, entre ellos, la familia con necesidad de vivienda, organizada en el movimiento del esfuerzo propio; las organizaciones estatales profesionales de la construcción; el movimiento de cooperativas agropecuarias y no agropecuarias; los centros de trabajo, con posibilidades reales de participación; y el sistema empresarial estatal del país.
Precisó el Ministro que las prioridades para la entrega de viviendas y materiales de la construcción se realizará a partir de méritos sociales y laborales, teniendo en cuenta primeramente a los damnificados de eventos climatológicos y los subsidios para la construcción de células básicas habitacionales a núcleos familiares que estén en disposición de solucionar su problema habitacional por esfuerzo propio.
Se dará prioridad a las personas que viven en condiciones precarias y en asentamientos costeros, así como aquellas con necesidades de vivienda más graves, independientemente de las causas, comenzando por solucionar los casos sociales, y las familias con mayor tiempo conviviendo en albergues.
Acotó el titular que para la edificación de viviendas se utilizarán diferentes tecnologías y materiales, como los sistemas Gran Panel, Sandino y Forsa, y otras formas de construcción más tradicional con bloques, ladrillos, mampuesto y madera en diferentes alternativas, entre ellas la tabla de palma.
La Política establece que el valor de las viviendas no será subsidiado por el Estado y que el beneficiario debe asumir su pago, el cual se podrá realizar en tantas mensualidades como sea necesario, en función del ingreso per cápita del núcleo familiar.
Anteriormente, en reunión del Consejo de Ministros efectuada en el mes de mayo de este año, se había ofrecido una detallada información acerca de la producción local de materiales de la construcción, considerada soporte fundamental, pues acerca la solución constructiva a los territorios, permite la participación colectiva y fortalece el papel de los municipios para resolver sus propios problemas habitacionales.
Trascendió en aquella sesión que en los últimos cinco años la producción local ha ido creciendo anualmente entre un ocho y 11 por ciento y se han instalado capacidades productivas –las llamadas minindustrias– en los 168 municipios. Se trabaja en la extensión de este programa con la activación de nuevas bases productivas en poco más de 230 consejos populares.
Se informó, además, que al cierre de 2017 se habían fabricado en las minindustrias alrededor de 316 000 metros cúbicos de áridos, 13 millones de ladrillos, 40 millones de bloques de hormigón, 1 200 metros cuadrados de mosaicos y baldosas, y 37 000 tanques de hormigón.
Al respecto, el Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, consideró que el incentivo de la producción local es uno de los caminos fundamentales para ir resolviendo poco a poco los problemas de vivienda que se han ido acumulando, por lo cual resulta imprescindible chequear el asunto cada vez que se visiten los territorios.
Comentó que aún quedan potencialidades por explotar en el programa de viviendas, y es determinante apoyarse en las investigaciones que en materia constructiva se realizan en institutos y universidades del país.
Tenemos que trabajar con varias alternativas, con diferentes tipologías de viviendas, porque lo que puede funcionar en un territorio no necesariamente va bien en otro, dijo. En ello pueden ser factibles, acotó, los polígonos experimentales para la edificación de viviendas a pequeña escala, donde se introduzcan nuevos materiales y formas estéticas.