Al triunfo de la Revolución, Pinar del Río era, en lo social, el territorio más preterido de Cuba, lo que le valió el nombre de la «Cenicienta», a pesar de los grandes aportes de su gente más sencilla en el sector tabacalero y minero.
La realidad de entonces acá cambió radicalmente, al punto de ser una provincia con elevados indicadores en salud, educación, deporte, cultura..., y con importantes aportes a la economía nacional, una parte de los cuales se revierte en el desarrollo local. En más de una ocasión, Fidel se refirió a ella como La Princesa.
La provincia más occidental abarca 8 883,74 kilómetros cuadrados (km2); de ellos, 8 816,74 km2 corresponden a tierra firme y 67,0 km2 a cayos, y son Levisa y Jutía los más importantes de estos. Con la más reciente División Político-Administrativa, dispone de 11 municipios.
El conjunto orográfico principal es la Cordillera de Guaniguanico, que divide longitudinalmente a la provincia con dos formaciones montañosas diferentes: la Sierra del Rosario en la zona occidental, y la Sierra de los Órganos.
En la provincia predominan los suelos calcáreos y la morfología cársica, por lo que Pinar del Río cuenta con las mayores cuevas de las Antillas. Alrededor del macizo montañoso Guaniguanico existen llanuras mu
Fuente: Anuario Estadístico de Pinar del Río 2016. Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). Versión digital: www.onei.cu.