Es cierto que habrá que ponerse las pilas, como se dice en la calle, pero la zafra azucarera se iniciará a finales de noviembre, y se incorporarán la mayoría de los centrales a principios de diciembre.
Para que así suceda hay cientos de trabajadores y técnicos movilizados, trabajando día y noche, con el objetivo de restañar el deterioro dejado en más de una veintena de centrales por el huracán Irma.
Como se explicó este miércoles en conferencia de prensa, los estimados deben informarse en próximos días, porque hubo lugares donde las lluvias ocurridas en las últimas semanas cambiaron los cálculos.
En el encuentro se recordó que el ciclón retrasó la reparación de los centrales en la mayoría de las provincias por falta de electricidad, y puso en tensión a todas las fuerzas participantes. Por ese motivo hubo que reorganizar nuevamente el programa.
Liobel Pérez Hernández, director de Comunicación Institucional del Grupo Azucarero Azcuba, precisó que para garantizar la venidera zafra hubo que hacer grandes esfuerzos en lugares como la Fábrica de Calderas y en la Fundición 9 de Abril, ambas en Sagua La Grande, Villa Clara.
Allí las afectaciones provocadas por el ciclón paralizaron durante días los procesos productivos. Hasta esos lugares se trasladaron grupos electrógenos para que pudieran fabricarse piezas para los centrales.
Las mayores urgencias recaen ahora sobre los techadores, pero cuando suene el pitazo les toca a todos los que tienen que asegurar la disciplina tecnológica ajustarse el cinturón, lo mismo en el surco, el tiro, que en el central, para que en medio de tantos perjuicios la zafra resulte eficiente; aun cuando es muy obvio que no se logrará cumplir con los planes.
Irma dejó cañas caídas y partidas. Eso significa que para la zafra que se avecina la materia prima escaseará y vendrá viciada por materias extrañas mucho más que en otros años. Como reiteró Pérez Hernández, habrá ajustes en los sistemas de corte. Y en los centrales se debe multiplicar la vigilancia de cada proceso, porque la eficiencia es lo único que ayudará a compensar las pérdidas.
Será una zafra corta, pero se tratará a toda costa de aumentar la molienda y se aprovechará la norma potencial. Igualmente se concentrará la zafra en el momento óptimo del rendimiento cañero.