Así quedó la vivienda de Oscar Frómeta, tan dañada como la de otros martienses. Autor: Flora Arencibia Publicado: 05/10/2017 | 08:20 pm
MARTÍ, Matanzas.— El huracán Irma llegó a la costa norte de Martí con categoría cuatro, fuertes vientos sostenidos, una velocidad de traslación de nueve kilómetros por hora, y se estacionó frente al territorio por algún tiempo. Los pobladores más viejos aseguran que nunca sintieron tal estremecimiento durante tantas horas.
Mirta Nazco García, de 76 años de edad, narra sus vivencias del ciclón Flora y repite que jamás había sentido cosa igual a Irma: «Parecía que nos iba a levantar en peso, a pesar de que estaba bien protegida en una edificación segura. Nunca había sentido rachas de vientos tan fuertes sonando en mis oídos; parecía que no iba a quedar nada en pie».
En los poblados 28 de Octubre, Hoyo Colorado, El Deleite, Kindelán, Nueve Caballerías y Valdivieso, lugares más cercanos a la costa, el huracán fue despiadado.
«Doy gracias a Dios por estar vivo», sentencia Oscar Frómeta Romero, vecino de Hoyo Colorado. «Ya he construido una facilidad temporal para guarecerme y esperar por la ayuda que siempre nos ha dado la Revolución, que nunca deja a nadie desamparado.
«El amanecer fue triste, todo devastado. Era tiempo de cosecha de aguacate y aquella situación daba deseos de llorar», cuenta mientras señala hacia el patio contiguo, donde Marlenis Díaz Pérez apunta con su mano derecha hacia el lugar donde estaba su casa y ahora solo quedan pedazos de algunas paredes. «Yo quería salir volando en ese momento y salvarlo todo, porque como trabajo fuera del municipio no tuve tiempo para recoger todas las pertenencias; solo salvé el televisor y el refrigerador», narra.
En la localidad 28 de Octubre, Teresita Martínez se creció ante la magnitud del fenómeno y sin pensarlo dos veces accedió a la evacuación, llevando consigo a su mamá encamada y a su esposo, con grandes dificultades para caminar. Para ella salvar la vida fue el empujón que no la dejó mirar hacia atrás.
Igual sentimiento se apoderó de Aida Corso, la jefa del Destacamento Mirando al Mar, que nunca había sentido miedo ante nada, pero en esa ocasión corrió para llevar, con la ayuda de los vecinos, a su padre Mongo, también imposibilitado de caminar, hasta el transporte que los trasladó hacia el hogar de ancianos de Martí, donde recibieron las mejores atenciones.
En Hoyo Colorado, Katiuska Pompa Contreras y Yordanis Pérez Hernández perdieron sus casas en medio de la noche.
«A la una de la madrugada me asomé, vi que mi casita se estaba cayendo y regresé al lugar de evacuación. Vi también cómo se llevaba techos, casas, árboles, cables de electricidad… Aquí no quedó ni una mata de plátano en pie y la mayoría de los árboles frutales los vimos por última vez volando o hechos pedazos», recuerda Yordanis y afirma: «Ahora construyo una pequeña habitación para ver cómo seguimos pa’lante».
En el local de la antigua discoteca, Katiuska, con un hijo en el servicio militar y otros dos pequeños, se resguarda en una facilidad temporal.
Tras agradecer las atenciones de los vecinos y de las autoridades locales, quienes han estado atentos a las necesidades de la familia, rememoró el miedo de aquella jornada: «Los remolinos eran aterradores y arrasaban con todo lo que encontraban en su camino, bueno… con todo no, porque nadie perdió la vida por aquí, y aquellos que en un primer momento pensaron pasarlo en sus casitas, cuando la situación empeoró salieron corriendo a evacuarse como alma que lleva el diablo, y caramba, ahora también dan las gracias por hacer caso a las autoridades y a los vecinos».
A los pescadores Reinaldo Rizo Castañeda y los hermanos Dubaris Perdomo Lezcano, Alexander Navarro Lezcano y Johan Navarro Lezcano, el ciclón los hizo buscar las amarras más fuertes para proteger sus embarcaciones que fueron trasladadas hacia los canales y hoy regresan al mar.
La huella
Ramiro Ruiz Ruiz, vicepresidente del Consejo de Defensa Municipal (CDM), muestra en su rostro el cansancio de tantos días de tensión y ajetreo; sin embargo, exhibe la satisfacción de que a pesar de los estragos y la destrucción, fueron evacuadas a tiempo alrededor de 3 000 personas, el 75 por ciento de las cuales permaneció en casa de familiares o vecinos, y el resto en locales acondicionados para ese fin.
Los daños resultan cuantiosos en las viviendas, con más de 978 afectaciones totales o parciales. Se cuantificaron serios daños en instalaciones estatales que sufrieron pérdidas de techos, paredes, pisos y ventanas, entre estas escuelas, con énfasis en los consejos populares Hoyo Colorado y 28 de Octubre; este último con la mayor cantidad de afectaciones en las viviendas y en los techos. En las instalaciones de la empresa salinera Bidos, la penetración del mar afectó en gran medida los cristalizadores en plena extracción de la sal.
Ruiz mencionó los daños en 12 cubiertas de los edificios situados en Martí, Hoyo Colorado y 28 de Octubre, incluyendo pérdidas de tanques de agua y tapas de los mismos.
Se refirió a los daños en la agricultura, con pérdidas en las producciones de plátano, yuca, arroz y frutales y en 126 hectáreas de maíz, que se cosechan para alimento animal. Se cuantifica la afectación mayor en la unidad básica de producción cooperativa El Sordo, del consejo popular Carlos Rodríguez, la mejor de su tipo en el país y ubicada entre las de mejores rendimientos en la producción de papa.
Entre los grandes perjuicios se encuentra también la caída de más de 80 postes de electricidad y cientos de kilómetros de tendido eléctrico, situación que provocó un apagón total en el municipio; durante una semana en el consejo popular cabecera, y entre 15 y 17 días en el resto de los poblados, excepto en un grupo de lugares vitales del territorio que poseen grupos electrógenos.
El abasto de agua en la cabecera municipal permitió el llenado de pipas para suministrarla a comunidades del consejo Esteban Hernández, y el resto se solucionó con alternativas y la colaboración de diferentes entidades enclavadas en los consejos populares.
Quedaron totalmente incomunicados por vía celular y telefonía pública, debido a las graves afectaciones en la fibra óptica, situación que se mantuvo durante cuatro días hasta que poco a poco se restableció el sistema de comunicaciones con el apoyo de una brigada de Pinar del Río.
Se habilitaron varios puntos para la venta de comida elaborada por Gastronomía en las localidades de Martí, Itabo, Hoyo Colorado y el batey Esteban Hernández, donde también se priorizó la oferta de pizzas y pan liberado.
Para la recogida de árboles, escombros y desechos sólidos fueron activadas varias brigadas y camiones, y muchas entidades se insertaron en la actividad de saneamiento.
Irma se ensañó contra la playa Menéndez y los baños termales de igual nombre. Allí el mar subió y contaminó con agua salada las pocetas de las aguas minero-medicinales. Fueron cuantiosas las afectaciones en los techos y paredes de ambas instalaciones, que ahora esperan por su regreso a la normalidad.
Martí hoy
Wilfredo González Cruz, presidente del CDM, comenta que ya están restablecidos todos los servicios de salud, incluyendo las consultas de los médicos de la familia. El curso se reinició el martes 12 de septiembre y ya regresó a la normalidad con todos sus estudiantes en las aulas.
El servicio eléctrico se reparó paulatinamente; los últimos en recibirlo fueron los pobladores de Nueve Caballerías, Hoyo Colorado y Kindelán, después de casi 17 días, debido a las graves afectaciones en las líneas de suministro.
En lo relativo al saneamiento, aun cuando quedan algunos lugares por concluir, el municipio exhibe una imagen de limpieza, a partir de la prontitud con que se trabajó.
A las comunicaciones todavía les falta esfuerzo para restablecer el servicio totalmente, y se continúa la distribución de alimentos a la población a través de la red de comercio y Gastronomía, y de varios puntos móviles que han permanecido en las zonas de defensa. Se ha intensificado la venta de carne de cerdo y de pollo, dulces, galletas y dulces en almíbar, tanto por Gastronomía como por la dirección de Alimentos.
El CDM evalúa a diario hacia dónde dirigir los productos alimenticios que llegan, priorizando a las zonas más afectadas y con mayores dificultades, explica González Cruz.
La agricultura continúa la comercialización de los productos recuperados, y hay permanencia en los mercados agropecuarios de boniato, calabaza, arroz y plátano. Se trabaja en la continuidad de la siembra escalonada de diversos cultivos que permitan en los próximos meses obtener producciones de ciclo corto, y en los organopónicos se priorizan las hortalizas.
González Cruz destacó la cohesión entre los grupos que integran el CDM y las entidades de la agricultura enclavadas en las zonas de defensa, las cuales han influido en la atención a las comunidades, tanto en la distribución de agua potable como en la recogida de desechos, para lo cual crearon brigadas mixtas que también ofrecieron su apoyo a la Organización Básica Eléctrica para que el trabajo de restablecimiento del servicio se concluyera con mayor calidad.
Reconoció la actuación de los técnicos, especialistas, linieros y cuadros de esa entidad por el esmero y la responsabilidad al dar solución a cada problema, y exaltó la participación del pueblo en diversas labores con muestras de disciplina y unidad.
Quizá queden muchas cosas por decir sobre el altruismo y la solidaridad del pueblo martiense. Le debíamos esta visita tras el paso de Irma. Allí continúa Martí erguido, desafiando a la naturaleza, pero sobre todo señalando el camino hacia el porvenir, sin derrotismo, con las manos en la obra común.
El litoral del municipio fue duramente impactado por Irma. Foto: Flora Arencibia