Paso de la Caravana de la Libertad con las cenizas de Fidel por San Jose de las Lajas. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 06:43 pm
Cuentan que a su paso por Zaragoza, muy cerca de Catalina de Güines, un repique de campanas cortó en dos la mañana. La gente, a un lado y otro de la carretera, agitaba manos, fotos, flores. Alguien levantó el puño apretado y gritó con una voz aguijoneada por la emoción: «¡Hasta siempre, Comandante! Mayabeque no te fallará».
El pueblo de una de las provincias más jóvenes de Cuba no podía ser menos en el homenaje a Fidel. Desde muy temprano hicieron un cordón gigante, desde el primer punto del territorio, Jamaica, hasta Ceiba Mocha, el último.
En San José de las Lajas manos de todas las generaciones empuñaron miles de banderas cubanas. Las había grandes, tan inmensas como las ideas del hombre al que rindieron tributo en su travesía hacia la eternidad. Igual sucedió en Madruga y las demás localidades del territorio por las cuales transitó el cortejo.
Pero en esa tierra de grandes poetas improvisadores, no hay mejor crónica de tributo a Fidel que los versos octosílabos escritos por dos de sus hijos.
Vibra mi suelo natal,
va un gigante abriendo paso
y yo, firme en mi pedazo
de carretera central.
Hincadas de lagrimal
no me irritan el pañuelo,
porque en su rebelde vuelo
el ángel de Ángel avanza:
grano de luz y esperanza
que le da esta tierra al cielo.
(Héctor Gutiérrez)
Sobre dos metros de acera
atrinchero mi familia,
y una lágrima en vigilia
me amenaza cada ojera.
Nueve y cinco en carretera
se mueve un Granma rodante,
me pasa el sol por delante,
una bandera lo viste,
¡Qué pesadilla más triste!
Despiérteme, Comandante.
(Aramís Padilla)
La familia unida en el homenaje.
Seguiremos tu ejemplo, Comandante.
Las mujeres despiden a quien tanto hizo por ellas.
Los habitantes de San José de las Lajas rindieron honores a Fidel.
Con tristeza en los rostros rindieron tributo en Mayabeque al líder histórico de la Revolución.