24
El acercamiento con la historia local fue uno de los principales atractivos de los jóvenes avileños en el campamento de verano de Sancti Spíritus. Autor: Lisandra Gómez Guerra Publicado: 21/09/2017 | 06:35 pm
El júbilo que se transpira en Sancti Spíritus por ser la sede nacional por el 26 de julio se ha multiplicado durante la tercera semana de este mes, al recibir en el campamento de verano a 100 jóvenes avileños.
Uno de los integrantes del entusiasta y diverso grupo, Migue Orlando Montero Pérez, instructor de arte en la escuela primaria Fe del Valle, reconoce que en todo el territorio se viven días diferentes.
«Desde nuestra llegamos percibimos las consignas en alusión a la efeméride y cómo existe todo un respaldo popular a las acciones de cambio de imagen para recibir el acto. Incluso, nosotros nos insertamos en las de embellecimiento y colocación de las sillas de la Plaza de la Revolución», considera el joven.
Como él, el resto de sus coterráneos han disfrutado de opciones recreativas que han incluido visitas a centros nocturnos y el disfrute del baño en piscinas y playas.
Sin embargo, el goce mayor ha sido el contacto con los diferentes pasajes de la historia local. Un recorrido que incluyó varios sitios como la Casa natal Serafín Sánchez Valdivia, las sedes de las filiales espirituanas de la Sociedad Cultural José Martí y la Asociación Hermanos Saíz, la Casa de la Guayabera, el museo de Lucha contra Bandidos y el Monumento Alberto Delgado llamó la atención del inmenso grupo.
«Llegar a Caballete de Casa y poder tocar con tus manos por donde pasó el Che, así como conocer in situ cuáles son las condiciones del lugar resulta trascendental», expresó.
Igualmente, reconoció que el intercambio con los pobladores del montañoso poblado fomentense de Gavilanes fue una experiencia extraordinaria.
«La vida urbana es muy diferente a la rural y la juventud precisa conocer los diferentes procesos que tienen lugar en esos entornos para poder comprender también el pasado de esta nación», agregó.
Montero Pérez, tras disfrutar de las diferentes opciones que fusionaron la recreación, cultura e historia, asegura que apostará por regresar de repetirse el campamento de verano.
«La experiencia ha sido ideal para los jóvenes que no siempre encontramos propuestas que satisfagan nuestros gustos e intereses, sobre todo porque trascendemos las fronteras de donde residimos. Estoy seguro que muchas más personas querrán sumarse cuando contemos lo vivido en estos días que se han convertido en históricos», concluyó.
