La organización debe formar jóvenes austeros, justos, solidarios, que respondan al llamado de la Patria. Autor: Roberto Ruiz Espinosa Publicado: 21/09/2017 | 06:22 pm
Suzanne Santisteban Puerta es una joven optimista, exigente consigo misma y sus compañeros, perseguidora de sueños... Le gusta escuchar música, leer y bailar, aunque no soy muy ducha en esto último, disfrutar junto a sus amigos y estar acompañada de la familia. Admira la modestia, la voluntad, el sacrificio y la responsabilidad. Muchos de sus compañeros afirman que se dedica a mil tareas a la vez.
¿Cómo es posible eso?, pregunto a esta manzanillera de pura cepa, electa Presidenta de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM), en la más reciente reunión del Consejo Nacional de la organización. «Pienso en todo lo que debo y quiero hacer en el día, y me planifico; así, le dedico a cada asunto o tarea el tiempo que merece», dice sin titubeos, en diálogo exclusivo con el diario.
¿Y cómo te las arreglarás ahora con esta nueva tarea que acabas de asumir?, insisto con Suzanne, a propósito del cumpleaños 45 de la FEEM, que sus más de 300 000 miembros celebrarán este 6 de diciembre, con una historia fecunda dentro y fuera de las aulas.
«Esta responsabilidad es un enorme reto para mí y sé que será muy difícil, pero tengo ánimos para cumplirla. Seguiré optando por la planificación para así dedicarle espacio a mis estudios, a la organización y al esparcimiento, aunque a veces este último es muy escaso», asegura.
Ha sido concursante, incluso en escalones nacionales, de Química, Biología, Español e Historia. Escribe cuentos y poesía; hasta ganó un premio literario en un concurso nacional vinculado a la recogida de materias primas; ha hecho programas radiales desde los siete años, fue delegada al V Congreso Pioneril y al X de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC)...
Según cuenta comenzó a tener cargos desde quinto grado cuando fue electa como jefa de colectivo en el seminternado Luis A. Rodríguez Muñoz, y así fue hasta que terminó el noveno grado en la secundaria básica Bartolomé Masó. Al llegar al Preuniversitario muchos fueron los que descubrieron sus dotes como dirigente estudiantil, y depositaron entonces en sus manos el encargo de presidenta municipal de la FEEM, en su natal Manzanillo.
—¿Cómo ves a la FEEM 45 años después de su surgimiento?
—Este aniversario ha llegado para marcar un antes y un después en la historia y el trabajo de la organización, que llega a esta fecha más fortalecida, distinta a sus albores; con una mirada audaz, renovadora y de futuro, pero también con el encargo de continuar educando ideológicamente a la membresía y orientándola hacia el estudio consciente, sistemático y eficaz, como principal deber.
«Igualmente, nos corresponde representar los verdaderos intereses de los miembros, estimular el debate franco en el grupo y contribuir a la formación de valores.
«Desde enero, la campaña El deber nos llama a andar generó un amplio movimiento con diversas iniciativas dentro y fuera de los centros educacionales. Quedan así para la historia y el recuerdo de muchos los 45 años de una organización que renace en estos tiempos con una generación rebelde, con ganas de hacer, creativa, intrépida, de pensamiento controversial, que busca siempre probar lo nuevo y descubrir horizontes diferentes, pero sobre todo una generación que es fiel y firme a los principios de la Revolución.
«La FEEM no solo vive este aniversario, sino que se inspira, a la vez, en importantes acontecimientos que también impulsan su accionar, como el VII Congreso del Partido, la implementación de los acuerdos del X Congreso de la UJC y el aniversario 57 del triunfo de la Revolución. Son esas motivaciones para seguir construyendo entre todos, una organización que sea más activa, dinámica, que utilice códigos diversos y se caracterice por ser vanguardia en garantizar el bienestar de sus miembros».
—Un gran número de estudiantes se muestran apáticos y muchas veces no quieren participar en los principales procesos, movimientos y actividades de la organización o del país. ¿Qué hacer ante esa realidad?
—Es cierto y ante esa situación la FEEM tiene que diseñar de forma creativa sus principales procesos, movimientos y actividades, potenciando la utilización de códigos audiovisuales, colocar más contenidos en páginas web y en formatos digitales que logren atraer al público joven, tal como lo hace el Festival de las Tecnologías (propio de la organización), que busca un acercamiento al mundo digital.
—¿Cuánto más hay que seguir estimulando a los alumnos para que comprendan que el estudio no es de un momento o de una prueba?
—Debemos atender sistemáticamen-
te el funcionamiento de las casas de estudio, fomentar el compañerismo en la atención a aquellos estudiantes con bajo índice académico, enfrentarnos al fraude, así como desarrollar con mayor frecuencia los encuentros de conocimientos, talleres de historia, entre otros, pues todo ello aporta a que los miembros de la organización comprendan que el estudio es esencial en la formación.
—¿Logra la organización construir una relación de trabajo coordinada con el sistema educacional?
—Esta relación coordinada se muestra en la participación de nuestros dirigentes estudiantiles en los consejos de dirección a todos los niveles, en los espacios de toma de decisiones y en la implementación de las adecuaciones al Sistema Nacional de Educación, que tributan en gran medida a la canalización de los planteamientos e inquietudes que surgen en las asambleas de grupo, el principal espacio de intercambio de sus miembros.
—¿Cómo la FEEM contribuye a que la escuela logre de una vez convertirse en el principal centro cultural de la comunidad?
—Ello se consigue activando los movimientos: el deportivo, de aficionados al arte, monitores y las sociedades científicas, de forma coordinada y creativa, así como planificando en cada centro, municipio y provincia, la realización de los festivales de artistas aficionados y la Copa Deportiva. Además, promoviendo en diversos espacios la formación vocacional y orientación profesional y desarrollando la investigación científica en nuestros miembros.
«No podemos olvidar que la escuela será realmente el centro cultural más importante de la comunidad cuando todos los estudiantes que en ella se encuentran adopten actitudes cívicas correctas que les permitan ser jóvenes integrales, combativos, responsables, transformadores, propositivos, y en ello es esencial la labor de nuestra Federación».
—Todavía es débil la incorporación de los estudiantes de la enseñanza media a las carreras pedagógicas y a otras especialidades priorizadas por el país...
—El tema de la incorporación a carreras pedagógicas es medular para la organización y lo enfocamos en tres aspectos fundamentales: la atención a los egresados de noveno grado, la utilización de los proyectos de las escuelas pedagógicas de cada provincia y sus fortalezas en el movimiento de monitores para favorecer su inserción en estos centros, y contribuir a elevar los índices de retención escolar. Para las demás especialidades se hace necesario desarrollar con sistematicidad las «puertas abiertas» en los preuniversitarios, pues ello aporta mucho para conocer las carreras y su importancia en el desarrollo del país.
—¿Cuánto le aportó a la organización el X Congreso de la UJC?
—Nos aportó muchísimo, sobre todo en los mecanismos que hoy utilizamos para llegar a los miembros para fomentar el protagonismo estudiantil y para ampliar la participación en la sociedad. De hecho, la organización se involucra en el cumplimiento de 41 acuerdos a través de sus procesos, movimientos y actividades.
—Hace una semana, en la reunión de su Consejo Nacional, Miguel Díaz-Canel Bermúdez les comentaba sobre la gran responsabilidad que tienen los miembros de la FEEM en asumir el relevo de la generación fundadora de la Revolución. ¿Qué percepción tienen los estudiantes de ello? ¿Cómo asumir ese reto?
—Es difícil, pues nos corresponde conocer cuál es nuestro Moncada y asumirlo con responsabilidad. Nos corresponde mantenernos actualizados sobre lo que ocurre a nivel nacional e internacional, sobre todo cómo marcha el proceso hacia la normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, una nueva etapa que nos impone la necesidad de fortalecer la preparación y que tengamos la capacidad de formar estudiantes que aprendan de la historia y continúen siendo auténticamente cubanos.
«Podemos asumirlo, además, contribuyendo al desarrollo de la economía del país y asegurando la formación de jóvenes austeros, justos, solidarios, que respondan al llamado de la Patria, que sean fieles a su historia, consecuentes con su tiempo y continuadores de la Revolución».