Las investigaciones del Censa sobre diagnóstico y control de enfermedades y plagas, seguridad alimentaria, protección del medio ambiente, entre otros, inciden en los programas económicos y sociales del país. Autor: Cristian Domínguez Publicado: 21/09/2017 | 06:01 pm
SAN JOSÉ DE LAS LAJAS, Mayabeque.— El 15 de enero de 1960 el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz, expresó que el futuro de Cuba tenía que ser, necesariamente, de hombres de ciencia. Por ello, no es casual que los investigadores de la más joven de las provincias cubanas se empeñen en enaltecer con su labor la meridiana idea del Comandante en Jefe.
Mayabeque cuenta con más de 4 mil trabajadores en la actividad científica, distribuidos en 14 centros. En 2014 la provincia alcanzó 22 premios conferidos por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma). Por la sistematicidad en la gestión del trabajo y el alcance de los resultados, lo que lo ubica como puntero a nivel de país, el territorio resultó sede en este 2015 del Acto Nacional por el Día de la Ciencia cubana.
Entre las entidades sobresalientes en la provincia merece especial mención el Instituto de Ciencia Animal (ICA), donde se halla el Consejo Científico Juvenil, primer y único órgano de su tipo en Cuba, que agrupa a un universo de investigadores jóvenes con quienes se garantiza de manera especial la formación acelerada de noveles profesionales para el relevo de los más experimentados.
Otras instituciones prominentes en el escenario científico mayabequense son el Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria (Censa), el Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA), el Centro de Isótopos, el Instituto de Investigaciones Hortícolas Liliana Dimitrova (IIHLD), el Centro Nacional de Biopreparados (Biocen) y la Universidad Agraria de La Habana Fructuoso Rodríguez Pérez.
Los resultados se reflejan en una veintena de productos con impacto en diversos ámbitos de la sociedad, entre ellos vacunas, fertilizantes y semillas. De ese total, el 60 por ciento es nuevo o se encuentra entre su primer y tercer año, y el 70 por ciento tiene alta significación socioeconómica para el país.
Investigación saludable
La gestión de varias entidades de la provincia está enfocada en mejorar la calidad de vida de las personas. El Biocen, por ejemplo, introdujo en el mercado y en el Sistema Nacional de Salud las vacunas alergénicas sublinguales.
El centro es también el suministrador nacional de la mayor cantidad de medios de cultivo, sobre todo los empleados por el Ministerio de Salud Pública (Minsap) en los estudios de laboratorio. De esa manera, se contribuye a la detección de enfermedades y a su posible tratamiento.
Cerca del 45 por ciento de la fuerza laboral del Biocen está conformada por jóvenes, quienes materializan los resultados de investigación a escala productiva y permiten obtener el aporte económico esperado.
«Entre los retos de la entidad está el cumplimiento de los planes productivos y contratos con instituciones y grupos farmacéuticos como el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, el de Ingeniería Molecular y el Instituto Carlos J. Finlay.
«Aspiramos a fabricar los medicamentos necesarios para cubrir la demanda nacional y continuar con los diferentes proyectos de investigación, sobre todo los referidos a vacunas alergénicas, antianémicos y reconstituyentes», explicó el ingeniero Julio César Portuondo Vázquez, director de la mencionada entidad.
Por su parte, el Censa produce Surfacen, medicamento empleado por el Servicio de Neonatología Nacional desde 1995 para tratar el Síndrome de Dificultad Respiratoria del Recién Nacido o Enfermedad de Membrana Hialina.
La venta de 6 879 bulbos de Surfacen permitió cubrir la demanda nacional, y se realizó la primera exportación de 1 500 bulbos a Angola, en alianza con Farmacuba. Las embarazadas con riesgo se benefician de antianémicos producidos por Biocen como Trofín y Neotrofín, comercializados en las droguerías del territorio y cuya venta se ha incrementado.
Además, se ha logrado validar una estrategia para el proceso de diagnóstico confirmatorio del VIH y la certificación de productos biotecnológicos de aplicación médica como la vacuna contra la hepatitis B, eritropoyetina, HeberProt recombinante, candidatos vacunales contra el cáncer de cabeza, cuello y pulmón, e insulina.
Del laboratorio a la tierra
Entre los resultados positivos de la ciencia aplicada a la agricultura se destaca el cumplimiento del plan de producción de semilla básica del INCA. Hasta diciembre de 2014 se produjeron dos toneladas de simientes de arroz, 30 kilogramos (kg) de calabaza, 40 kg de habichuelas y 4,3 kg de tomate.
De acuerdo con el Doctor Ramón Rivera Espinosa, director de investigaciones del INCA, el 40 por ciento de la papa en Cuba debe lograrse con semillas nacionales. «Para ese programa contamos con dos variedades principales: Grettel y Yara», aseguró.
El quitomax, un bioestimulante activador de la fisiología de las plantas, se destina a ese tubérculo y al maíz, pero principalmente a la campaña de frijol. A toda la leguminosa sembrada en Mayabeque se le aplican, además, los biofertilizantes EcoMic y Azofert.
El primero se utiliza junto a bioinsumos en paquetes tecnológicos de cultivos varios (maíz transgénico, frijoles, yuca, así como pastos). El azofert, en cambio, se usa, fundamentalmente, en el cultivo de la soya y el frijol.
Trascendentales por su labor, los Laboratorios de Control de Calidad de los Alimentos (Cenlac), pertenecientes al Censa, acreditaron 21 ensayos para garantizar la inocuidad de productos y materias primas de importación y exportación, destinados al consumo humano y animal, entre ellos destaca el de la detección de salmonella.
Especial mención merecen las nuevas variedades de semilla híbrida como la de tomate (Alty), pimiento (LPD-5) y melón (Jandro) aportadas por el IIHLD a la agricultura nacional.
También el uso del Stabilak, producto utilizado para conservar los parámetros de calidad de la leche cruda y fresca que se destina al consumo humano, entre ocho y hasta 30 horas después del ordeño, en dependencia de factores como la calidad y la temperatura.
La menos longeva va por más
«En la actualidad el 86 por ciento de los resultados de la ciencia se aplican en el territorio gracias al trabajo de los centros de investigación, que se proponen lograr mucho más», subrayó Yanetsi García Gozada, directora del Citma del Consejo de Administración Provincial en Mayabeque.
Si bien Mayabeque es una provincia joven, ha potenciado el quehacer de la comunidad científica desde su nueva forma de gobierno.
El Citma es uno de los cinco organismos que conforman la Dirección General de Infraestructura e Inversiones de la nueva forma de gobierno en Mayabeque, cuyo objetivo fundamental es proyectar y dirigir el desarrollo del territorio.
Para lograr tal cometido la función de la ciencia es trascendental, pues impulsa y sostiene, desde sus resultados, los indicadores económicos y sociales. El Citma, como organismo, incide en la efectividad y generalización de los resultados científicos vinculados a la producción y los servicios.
Ulises Fernández, director de Ciencia, Tecnología e Innovación del Citma, ha trazado los desafíos actuales para el territorio: «El año 2015 tiene que ser un período de transformaciones funcionales e institucionales, lo cual implica un reto para la administración pública. Hay gigantes que se quedan dormidos, pero Mayabeque es un pilar con resultados apreciables».