En el parque de diversiones El Mambisito, del Valle de Mayabe en Holguín, se devolvió la vida útil a la mayoría de los equipos. Autor: Héctor Carballo Hechavarría Publicado: 21/09/2017 | 05:52 pm
HOLGUÍN. — Una niña pide con insistencia probar ahora las «bicis voladoras» mientras el padre se rasca la cabeza y no precisamente por la travesura que los rayos del astro Rey suelen gastarse a esa indecible hora del día.
Por el carrusel anda muy espabilada una mamá, con unos mellizos a cuestas que se disputan el mismo caballito blanco de crines amarillas.
Los padres se aglomeran aquí y allá junto a sus retoños, quienes desean lo mismo navegar en círculo a bordo de los botecitos que experimentar la rara sensación de parecer despegar hacia el cielo sobre una silla voladora.
Hay música infantil, golosinas, sonrisas a montones. Son diversas las opciones para los niños, también, para quienes ya no lo son tanto y ello todo es una feliz novedad.
Maritza Reyes, una joven trabajadora de la salud, nos confiesa que aunque su hijo acaba de cumplir los seis años de edad es esta la primera vez que viene con la familia al parque El Mambisito.
Su apreciación casi coincide con la cantidad de años que este importante espacio estuvo cerrado a la población a causa del precario estado constructivo, falta de mantenimiento, e incluso el embate de al menos dos ciclones, cuyas huellas parecen haber quedado borradas para siempre.
Lo cierto es que lo que anduvo de bote en bote este domingo no fue solamente el Parque de Diversiones El Mambisito. En total once instalaciones de las pertenecientes al Parque Turístico y de Recreación Popular, José Martí, reabrieron sus puertas al público tras varios meses de intensas labores de reparación y reanimación.
Emplazado en uno de los pulmones verdes que bordean la ciudad de Holguín, el pintoresco Valle de Mayabe, buena parte de los locales o servicios que le hicieron distinguirse por años en el país permanecieron cerrados o funcionaban a «media máquina», por similares causas que las que sumieron al referido Mambisito en un lastimoso letargo.
La buena nueva para los holguineros este verano es que el polo recreativo más grande de la capital provincial holguinera ha vuelto a cobrar vida y se suma a las ofertas recreativas para la población y no solo en el actual periodo estival.
Para logarlo se volcaron de sol a sol y durante jornadas nocturnas trabajadores de cuarenta entidades constructivas de toda la provincia y una brigada de cuentapropistas, en una muestra, ante todo, de gran voluntad política y mancomunada cooperación entre las administraciones.
Héctor Lázaro Suárez Sánchez, director general del Grupo Empresarial de Comerció informó que esta constituye la inversión de mayor complejidad de las realizadas en el polo recreativo, desde su inauguración, en los años setenta del pasado siglo.
En el también reconocido comúnmente como Parque Mayabe se disponen de alrededor de quince instalaciones, diseñados para prestar servicios gastronómicos especializados en un área que abarcas varios kilómetros cuadrados.
Considerado también como el mayor de los inversores en este propósito, solamente el grupo de Comerció empleó de su presupuesto correspondiente a reparaciones y mantenimiento más de un millón de pesos, de ellos 300 000 en pesos convertibles
Entre las obras reanimadas figuran restaurantes como el Rincón Campestre y su tradicional parrillada de ahumados, el Cabaret Flor de Teca y el Bar Piscina, cuya alberca, una de más grandes del país, comenzó a prestar servicios para niños y adultos, en una primera etapa.
La contribución puntual de organismos como el Citma y el INDER, permitió igualmente el rejuvenecimiento de establecimientos como el restaurante del Jardín Botánico y el rescate capital del Club de Cazadores. Este último permaneció por varios años sin prestar servicio tanto a sus asociados como al público.
Como una novedosa oportunidad para disfrutar en familia se construyó el complejo Guajiro Natural, un sitio para reverenciar nuestras tradiciones campesinas y que cuenta con un área exterior de exhibición de especies animales.
Acciones de menor envergadura se realizaron, además, en el El Rincón de la Juventud, el minirestaurante El Dagame y el Rincón del Recuerdo.
De gran trascendencia para la estabilidad de las ofertas al público y la atención a los trabajadores resultó la restauración capital del Centro de Elaboración de Alimentos del parque.
En el parque recreativo José Martí marcha viento en popa la reconstrucción de otro representativo enclave como es La Patana, cuyo servicio de bar fue reabierto. La «embarcación» flotante a orillas de las aguas de la presa Mayabe próximamente incluirá servicios de restaurante en su nivel inferior.
Otros objetos de obra en los cuales se trabaja actualmente son el Restaurante El Castillito, un centro que por años figuró como la imagen insigne del parque y que junto a otros locales se prevé concluir en el venidero año.
En la apertura de estas obras Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del Partido en la provincia de Holguín, exhortó a los colectivos de cada lugar a trabajar por brindar un servicio de excelencia y calidad y velar por la preservación de los recursos.
Y es que después de tanto esfuerzo y trabajo provechoso, de ver los tantos rostros de alegría, satisfacción y expectativas que volvieron al Parque José Martí no hay mejor respuesta para dar.