La Vicepresidenta del Consejo de Estado y contralora general de Cuba, Gladys Bejerano, consideró la LX Asamblea General Ordinaria de la Organización Centroamericana y del Caribe de Entidades Fiscalizadoras Superiores (Occefs) realizada en El Salvador como una buena reunión de trabajo. Autor: Juan Moreno Publicado: 21/09/2017 | 05:42 pm
Desde el año 2009 hasta la fecha, durante la realización de las comprobaciones nacionales se han detectado innumerables hechos delictivos y de corrupción, lo cual evidencia que aun con los escasos recursos que tenemos, si los controlamos mejor, si evitamos su mala utilización, podríamos hacer mucho más a favor del pueblo.
Así expresó en su informe a la Asamblea Nacional del Poder Popular, Gladys Bejerano, contralora general de la República de Cuba, quien aseguró que no hay cosa que le haga más daño a la Revolución hoy, que la existencia de personas inescrupulosas quienes llevan una vida irreal con el dinero que le roban al pueblo.
No se trata de imponer un igualitarismo —la gente sabe distinguir cuando una persona es honrada o no—, sino de acabar de comprender que estos hechos muchas veces se producen como resultado de un proceso de descomposición, que tiene su origen en las negligencias y la falta de control, que es la batalla más importante de hoy, expresó.
A su vez apuntó como otros denominadores comunes que facilitan estas acciones negativas los problemas en la conducta de los directivos, ya sea por falta de conocimientos y preparación, malos hábitos de trabajo, negligencias, irresponsabilidad o deterioro de valores éticos.
Igualmente destacó la influencia que tienen las indisciplinas, las violaciones a la legislación vigente, así como el hecho de que la contabilidad no constituya una herramienta para la toma de decisiones, o las irregularidades existentes en las negociaciones y contrataciones con proveedores extranjeros, por solo citar algunas de las dificultades existentes.
Es necesario que impere un ambiente de disciplina, control y eficiencia, lo cual es una de las principales misiones de la Contraloría General de la República, aseguró su máxima directiva.
No es solo sancionar a los implicados en estas acciones, aseguró, lo más importante es evitar que ocurran, y por ello la falta de gestión de riesgos y de prevención constituye uno de los problemas más graves que actualmente enfrentamos, explicó.
En su detallado informe a los diputados, Bejerano enfatizó la importancia de establecer el ejercicio del autocontrol, el control y la exigencia de los jefes, «porque no puede haber auditorías en todas partes y a toda hora».
El control debe llevar rigor y profundidad, y estamos convencidos de que sí se puede lograr que impere la moral y la ética en la actuación de los funcionarios y de los dirigentes, pues esas son las bases en las que se asienta el prestigio de la Revolución, subrayó.
Bejerano también explicó que se ha trabajado en atemperar las Normas cubanas de Auditoría a los estándares internacionales, así como en la capacitación de más de 7 000 auditores, los cuales a su vez han firmado un Código de Ética, pues «el que tiene la responsabilidad de controlar tiene que tener una ética que lo caracterice».
Tras el informe de la Contraloría, Esteban Lazo, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, llamó a los diputados a ser los primeros en asumir una posición ética en el desempeño de sus funciones tanto como delegados, como en su quehacer diario al frente de sus diferentes responsabilidades.
Lazo significó también el papel educativo que hoy tiene la Contraloría, y llamó a preguntarse si los problemas se suceden porque no tenemos conocimientos, o por la falta de exigencia, control y rigor en un campo tan importante para defender la Revolución.
El debate que siguió a la presentación del Informe evidenció la preocupación entre los diputados por desterrar la impunidad ante los hechos de corrupción y, a su vez, por analizar las causas y circunstancias que propician estos casos.
Al respecto, Esteban Lazo puntualizó que «una batalla como esta no se gana si no es con el pueblo, con los trabajadores, y partiendo del ejemplo que deben dar, en primer lugar, los cuadros y dirigentes a todos los niveles».