Una sencilla tarja recuerda el sitio donde fueron apresados Fidel y los moncadistas Oscar Alcalde y José Suárez Blanco, durante su tránsito por la Gran Piedra. Autor: Miguel Rubiera Publicado: 21/09/2017 | 05:37 pm
Donde no murieron las ideas
En terrenos de la antigua finca El Cilindro, en la zona de Siboney, estuvo el varentierra de Luis Peña, campesino que prestó ayuda y protección a Fidel Castro y sus compañeros durante su tránsito por la zona de la Gran Piedra, desde el 31 de julio hasta el 1ro. de agosto de 1953, cuando fueron sorprendidos y apresados por fuerzas de la tiranía batistiana al mando del teniente Pedro Sarría Tartabull.
En digno gesto, Sarría exigió a sus subordinados no matar a ninguno de aquellos jóvenes con una frase tajante: ¡Las ideas no se matan!
El valor de que hizo gala al enfrentarse al sanguinario comandante Andrés Pérez Chaumont, que exigía la entrega de los prisioneros para su traslado al Moncada, es conocida por todos. Sarría condujo a Fidel al vivac de Santiago de Cuba en un carro propiedad de Juan Leizán, para ponerlo a disposición de la justicia civil.
Refugio de la historia
Situada a 13 kilómetros de la ciudad de Santiago de Cuba, en la carretera hacia la playa Siboney, una construcción de mampostería, pintada de blanco y rojo, y que servía como casa de recreo de la familia del comerciante José Vázquez, sirvió de campamento general de los asaltantes al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953.
En abril de ese año la vivienda fue identificada por Fidel y Ernesto Adolfo Tizol Aguilera como el lugar con las condiciones requeridas para situar el cuartel general de la acción.
La casa cumplió este martes 48 años de que fuera inaugurada como museo el 23 de julio de 1965, llevando por nombre Granjita Siboney. Por su importancia histórica, fue declarada Monumento Nacional el 26 de julio de 1979.
Develan escultura dedicada a Alberto Granado
En el jardín central de la Facultad 1 de Medicina de la ciudad de Santiago de Cuba fue develada recientemente una escultura dedicada a Alberto Granado Jiménez, entrañable amigo del Che y fundador de la Escuela de Medicina de Santiago de Cuba.
Hasta el mismo lugar donde fueron depositadas parte de las cenizas de Granado luego de su fallecimiento, en marzo de 2011, llegaron su viuda Delia María Duque e hijas, los embajadores en Cuba de Argentina, Bolivia y Ecuador; directivos del Ministerio de Salud Pública y estudiantes y profesores de la Universidad de Ciencias Médicas (UCM) para rendir tributo al mítico viajero y científico, frente a la obra erigida en bronce por el escultor santiaguero Carlos Antonio Parra.
La embajadora argentina Juliana Marino expresó el agradecimiento de su pueblo y su Gobierno a la UCM y al pueblo de Santiago de Cuba por este homenaje a su compatriota.
Esta emotiva ocasión fue la culminación de una jornada donde 3 575 nuevos profesionales de la salud —de ellos, 623 de 28 naciones hermanas— recibieron sus títulos de graduados en la promoción 46 de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba.