ARTEMISA.— Desde cerca de las tres de la madrugada comenzó el movimiento en la casa de Bárbara Berhondo, convertida el domingo 3 de febrero en el puesto de mando de los radioaficionados de San Antonio de los Baños, una tropa voluntariosa que llegó hasta los lugares más intrincados, sin servicio telefónico, e hizo posible las comunicaciones durante los recientes comicios electorales.
En el colegio número 1 de la circunscripción 45 de la UBPC Ubaldo Díaz, encontramos a Héctor Carcajal, un joven de 22 años que asumió la responsabilidad de transmitir los partes del colegio cada dos horas.
Desde hace dos años entró en el mundo de la radioafición y está vinculado al Radio Club de su municipio. Aunque normalmente labora en una finca y la radio es un entretenimiento, asumió esta tarea con responsabilidad. «Lo hago porque me gusta, y sé cuán importante es para el país nuestro trabajo, no solo durante las elecciones, sino también ante situaciones excepcionales de cualquier tipo y magnitud».
El joven, quien permaneció desde bien temprano en su colegio, valoró las elecciones de dinámicas. «Desde bien temprano, pese a la lluvia, las personas acudieron a las urnas con entusiasmo y disposición».
Cerca de allí, Mayko Durán Salazar, con solo 15 años, se estrenaba como radioaficionado. «No tengo edad para votar, pero doy mi aporte al proceso de esta manera y ayudo con mis conocimientos a mantener las comunicaciones».
A su lado, Armando Pérez Jácome, con unos años más de experiencia, lo adiestraba. «He participado en varios momentos importantes para el país, manteniendo el flujo constante de información desde lugares de difícil acceso y sin servicio telefónico».
Pérez Jácome, miembro del ejecutivo del Radio Club de San Antonio de los Baños, refiere el aporte de este movimiento a las comunicaciones. «Los equipos son nuestros, muchos los hemos recuperados y son de fácil manejo, confeccionamos casi todas las antenas y desde el día dos de febrero las montamos en los lugares para que nada fallara durante las elecciones».
Del otro lado, desde el puesto de mando, Bárbara y su esposo establecían los nexos, recibían partes y hacían las veces de intermediarios entre unos y otros.
Con cinco años de experiencia ya son varias las misiones que esta fémina ha cumplido con éxito. Entró en ese mundo por embullo y se quedó. Forma parte del equipo que imparte capacitación a los interesados en la Academia de Estudio Municipal y tanto ella como su esposo poseen licencias de radioaficionados para operar estaciones fijas y móviles terrestres.
Como más de 400 en la provincia, estos ariguanabenses demostraron cuan importante es el movimiento de radiaficionados para el país en situaciones en las que la comunicación es imprescindible. Ellos, con empeño y voluntad, rompieron este tres de febrero el silencio de muchas zonas apartadas del país, para dar a conocer desde cada rincón los detalles del proceso electoral cubano.