SANTIAGO DE CUBA.— Gisela Marrero Ferreiro, de 54 años, residente en el municipio de Mella, quien llevaba siete meses en tratamiento de hemodiálisis para enfrentar una insuficiencia renal provocada por una enfermedad hereditaria denominada riñones poliquísticos, fue la paciente número mil beneficiada por un transplante renal en este oriental territorio.
El logro es fruto del quehacer del Servicio de Transplante Renal Oriente-Sur, que desde noviembre del 2008 tiene su sede en el Hospital General Clínico Quirúrgico Juan Bruno Zayas, y donde un equipo multidisciplinario de nefrólogos, urólogos, angiólogos, cirujanos y enfermeras especializadas en la cirugía de transplante, se empeñan en la exitosa aplicación de este proceder quirúrgico a pacientes del extremo suroriental cubano.
Simultáneamente a la operación de Gisela Marrero, que duró dos horas y 43 minutos, se intervenía quirúrgicamente para el transplante de un riñón a Luz América Guerrero Villalón, de 61 años, del municipio de Santiago de Cuba, quien desde hace cerca de un año y medio era sometida a tratamientos depuradores en lucha contra una insuficiencia renal crónica causada por una nefroangioesclerosis benigna (endurecimiento de las arterias y de los capilares renales).
El doctor Emilio Ferrer García, nefrólogo del Servicio, explicó a la prensa que ambas intervenciones transcurrieron sin complicaciones. «Ahora lo que queda, precisó el especialista, es esperar la recuperación de la función renal. Después de la fase quirúrgica comienza el tratamiento con inmunodepresores para disminuir la defensa del organismo y que este no reconozca al riñón injertado como ajeno y no trate así, de eliminarlo», explicó.
Según los expertos, la calidad de vida del paciente transplantado es superior a la de los sometidos a la diálisis peritoneal o la hemodiálisis, pues los tratamientos depuradores precisan, inevitablemente, de la máquina para garantizar la vida de los afectados. En tanto, el transplantado solo depende de las tabletas inmunodepresoras y de su propio cuidado y está demostrado que el promedio de supervivencia es superior.
Las dos causas fundamentales de insuficiencia renal crónica son la hipertensión y la diabetes mellitus, a lo que se suman las glomerulopatías primarias (enfermedades propias del órgano), añadió el doctor Jorge Lockhart, jefe del Servicio de Transplante Renal Oriente-Sur.
El primer transplante renal en Cuba se realizó en La Habana en febrero de 1970 y cuatro años después, el 28 de septiembre de 1974, tuvo lugar el primero en el Hospital Saturnino Lora, de Santiago de Cuba.
El injerto de un riñón es un trabajo mancomunado del que también es parte decisiva el desempeño del Servicio Integrado de Urgencias Médicas (SIUM), en el traslado de los órganos y de los pacientes; todo coordinado y dirigido por el Grupo Provincial de Coordinación y Extracción de Órganos de la región Oriente-Sur.
Desde su apertura, el Servicio de Transplante Renal Oriente-Sur ha realizado casi medio centenar de transplantes a personas aquejadas por los efectos irreversibles de la insuficiencia renal crónica, entre ellos, nueve infantes.