Machado Ventura, Asela de los Santos y familiares recorren interiores del Memorial. Autor: Miguel Rubiera Publicado: 21/09/2017 | 04:56 pm
Vilma es de las personas que rompe el misterio del tiempo. Su delicadeza, su cortesía, su educación, su amor por la belleza y por la cultura, hicieron de ella un modelo para la mujer cubana; por eso el Secretariado Nacional de la FMC ha querido hacer de esta casa no un museo donde todo palidece con el paso del tiempo, sino un centro activo, de estudios, de creación de conciencias, de batalla de género, de admiración por la virtudes: un centro de lucha perenne por el desarrollo de la mujer.
Así definió a la nueva institución el prominente intelectual cubano Eusebio Leal Spengler, al dejar inaugurado el Memorial Vilma Espín Guillois, en el inmueble en que viviera por alrededor de 20 años la Heroína.
Durante la ceremonia, efectuada en la tarde de este 7 de abril, coincidiendo con el aniversario 80 del natalicio de la fundadora de la FMC, Leal destacó la capacidad de organización de la familia de Vilma, su arraigado sentido patriótico y batallar perenne por el desarrollo de la mujer y el cuidado de los niños.
«Para Vilma es este regalo. Recíbalo como un tributo del pueblo de Cuba, de la Revolución, de la organización que ella creó, de la Patria toda. Hoy has vuelto a casa, a la raíz de todo», sentenció el reconocido historiador.
Minutos después, Asela de los Santos, amiga entrañable y compañera de luchas, y Yolanda Ferrer, secretaria general de la FMC, cortaron la cinta que dejó abierto el Memorial.
Frente a los amplios corredores de las casas de San Jerónimo 473-475, entre Calvario y Carnicería, una representación del pueblo santiaguero, dirigentes de la FMC y combatientes que la vieron crecer como audaz revolucionaria, encabezados por el integrante del Buró Político y primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, José Ramón Machado Ventura, sus hijos, nietos y otros familiares y dirigentes protagonizaron este emocionado tributo.
Vilma recibió igualmente el homenaje del arte que tanto veneró. Ahí estaban el Orfeón Santiago: «Mi Santiago, tu Santiago, nuestro Santiago…», y la actriz Fátima Paterson: «¿Cómo explicar que te llamas Vilma, si tu nombre es pueblo…?»
El maestro Frank Fernández evocó desde el piano de la casona la melodía que en otros tiempos le regalara a Frank País, para venerar a la Heroína con el acompañamiento a la dulzura de su voz, desde las cuatro nanas que dedicaba a sus hijos o mientras entonaba El mambí, de Luis Casas Romero.
En un cierre de sorpresas y emoción, Fernández regaló a los asistentes a la ceremonia el estreno del tema Cielito lindo, del mexicano Quirino Miranda, cantado a capella por Vilma, con su acompañamiento y un verdadero trabajo de orfebrería en la edición y reconstrucción de Julio Pulido García.
La ambientación del patio del Memorial con reconocidos temas del pentagrama musical y la inauguración de una exposición del pintor santiaguero Miguel Ángel Botalón, completaron el programa inaugural.
Cuando la noche se adueñó de la ciudad, la Sala de Conciertos Dolores fue escenario de otro obsequio a Vilma: la gala Al nacer la ternura, con guión y dirección de Santiago Carnago, que le ofreció el tributo desde el gesto, el verso, la música y la danza, de un elenco de lujo del patio.
Cerraba así un día de homenajes a la Heroína, que se inició al amanecer ante las montañas de Mícara, con una peregrinación y el depósito de flores ante el Mausoleo que atesora sus cenizas.
Un Panel que mostró la múltiples facetas de la destacada revolucionaria, desarrollado en la Universidad de Oriente, y el cariño tierno de los miles de santiagueros que le hicieron un lugar en el recuerdo, completaron el retrato de una celebración a la altura de una mujer que desborda su tiempo.