Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Las casas del Congreso de la Juventud

Cuatro villas con diversas facilidades y comodidades acogen desde este viernes a los mil delegados e invitados a la magna cita juvenil, que tendrá lugar en la capital entre los días 3 y 4 de abril

Autor:

Mayte María Jiménez

Con el de pie justo a las seis de la mañana comienza el día en las villas IX Congreso, las cuales acogen desde este viernes a unos mil jóvenes, entre delegados e invitados a la magna cita, que tendrá lugar en la capital entre los días 3 y 4 de abril.

En las escuelas superior y provincial del Partido Ñico López y Olo Pantoja, respectivamente, la Julio Antonio Mella, de la UJC, y la Lázaro Peña, de la Central de Trabajadores de Cuba, ya se alojan los jóvenes en un ambiente de alegría y expectativa, que durante dos días permitirá junto a la sede principal, el Palacio de Convenciones, el intercambio de experiencias, anécdotas y añoranzas sobre las realidades más acuciantes de las nuevas generaciones.

Dormitorios con televisión, salón de belleza, zapatería, y telefonía pública son algunos de los servicios que tendrán a su disposición delegados e invitados, facilidades a las que se unen espectáculos nocturnos, con presentaciones de grupos humorísticos, para que los jóvenes disfruten de una amena estancia.

Si ocurriera alguna emergencia, los Servicios Integrados de Urgencias Médicas (SIUM) estarán activados las 24 horas, además de carros de guardia y cuerpo de médicos y enfermería.

El doctor Dagoberto Pérez, en la Escuela Nacional de Cuadros de la UJC, explicó que el sistema médico se encuentra listo, con equipamiento para atender cualquier urgencia. Además, los hospitales cercanos están alertas para atender cualquier complicación, incluyendo centros ginecobstétricos, para la atención a las embarazadas y sus bebés, en caso de tener lugar un alumbramiento.

Más allá de las facilidades creadas, es difícil mantenerse durante tres días enteros sin poder ver a la familia. La delegada Nirka Pedroso es madre de un pequeño de dos años. «Siempre lo extraño, pero sé que está bien con mi familia. Creo que esta convivencia más directa con jóvenes de todo el país es una fuente muy rica de conocimiento, y sobre todo nos permite saber cómo pensamos», comentó.

Así también opina el delegado Yoandrys Leyva, quien confesó estar casado y sabe que apenas tendrá tiempo para poder hablar con su pareja. «Pero sé que debemos aprovechar todos los espacios para interactuar con los delegados, contar vivencias y sacar el mejor provecho de los saberes de todos, y eso se logra no solo en el Palacio, sino también desde las villas».

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