El funcionamiento de la Organización, la formación vocacional para las carreras pedagógicas y la producción de alimentos, fueron los temas más debatidos por los jóvenes matanceros. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 04:55 pm
Joe Michael y Yoan Miguel Matías Ballesteros son expresión, desde su hermandad de sangre y militancia revolucionaria, de un capítulo más de esa raigambre de la juventud cubana —la actual y la de siempre— donde los lazos y la vocación patriota de las mejores familias cubanas son parte indisoluble de la construcción de ese crisol único que es la nación cubana.
Ambos son delegados al IX Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas; uno es el primer secretario de la Organización en el municipio de Varadero; el otro, asesor jurídico de FORMATUR en la Ciénaga de Zapata; los dos de un origen muy humilde.
Cálidos y entusiastas, serenos y profundos, ayer debatían junto al resto de los participantes en la asamblea provincial IX Congreso en Matanzas, los temas más urgentes que la UJC debe enfrentar hoy en un territorio de gran importancia económica, política y social para la República.
Situar a la Juventud Comunista en el centro de los problemas; cambiar para transformar siempre desde el socialismo; fortalecer los comités de base en las esferas productivas y de servicios, de la educación y el resto de los sectores; que el debate y los acuerdos a raíz del Congreso no se queden en las reuniones y actas y se concreten de inmediato…
Fueron algunos de los puntos más álgidos de una reunión donde se reafirmó que la misión de la juventud hoy es garantizar la continuidad de la Revolución, desde el compromiso, la incondicionalidad, la madurez y también, por qué no, desde la hermandad, militante y patriota, revolucionaria e irreductible.
Tarea no para mañana, sino ya, para ahora, como dijo Liudmila Álamo Dueñas, primera secretaria de la UJC.
Maestros
Matanzas tiene un déficit de 2 710 maestros y profesores. En ningún aula se ha dejado de dar clases. Sin embargo, la «importación» de educadores de otras provincias u otras soluciones alternativas nunca garantizarán la calidad y la estabilidad que exige una de las actividades cruciales para el futuro del país, según evaluó Olga Lidia Tapia, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido.
La necesidad de que la provincia (como el resto) cubra con capital humano propio este sector (y todos los demás) y de hacer comprender entre los alumnos las actuales transformaciones en la Educación, fueron reflexiones ineludibles.
Yenis Cuerda Hernández, maestra y líder juvenil en el Instituto Preuniversitario de Ciencias Exactas (IPVCE) Carlos Marx, señaló que la transformación en la Educación, dirigida a una mayor calidad y preparación de los educandos, ha sido un proceso difícil, que ha exigido un constante intercambio de experiencias y criterios para que los estudiantes entiendan su necesidad.
Indicó que el fortalecimiento y el funcionamiento de los comités de base en las escuelas, al influjo del Congreso, repercutirán de forma muy favorable en esta tarea y es algo que no puede dejarse pasar con el transcurso de los meses.
Se debe explicar y convencer en todos los tipos de enseñanza sobre lo adecuado de estas transformaciones (al fin y al cabo se revertirán en una mejor preparación profesional, personal y de vida, y en mayor beneficio social) y en la labor que deben desarrollar los militantes con los alumnos que no comprendan la magnitud de un modelo educacional que ya era imprescindible actualizar.
Al mismo tiempo, explicó Yenis, queda mucho por hacer en la captación y la formación vocacional para las carreras pedagógicas. Una de las fortalezas en este proceso es la experiencia de los mismos estudiantes.
Ellos —porque lo sufren en carne propia, pues muchos de los maestros en la Carlos Marx son contratados— están conscientes de lo imprescindible que es tener más profesores, bien preparados y dedicados a tiempo completo al proceso docente-educativo —decía—. Por lo tanto, la militancia de la Juventud debe sembrarles la semillita de las carreras pedagógicas, del rol que puede desempeñar cada uno de ellos.
Misael Enamorado, miembro del Buró Político del Partido, quien presidió la asamblea, resaltó el papel que pueden jugar los comités de base en hacer entender el porqué de estas transformaciones, para lo que se necesita que las organizaciones de base mantengan un correcto funcionamiento.
Reiteró también la importancia de que cada territorio sea capaz de garantizar, con su propia gente, la fuerza de trabajo en todos los sectores, y en esto, la educación general, y técnica y profesional desempeñan un rol ineludible.
Campesino
La producción de alimentos fue otro tema imprescindible en la asamblea provincial en Matanzas. La tierra tiene y exige manos jóvenes y, también, que la Unión de Jóvenes Comunistas florezca más aún en nuestros campos.
Al proponer el asunto como uno de los principales del encuentro, Yosveny Verdial Castellanos —ratificado como primer secretario de la Organización en la provincia— fue harto elocuente: en el territorio yumurino hay 183 cooperativas de crédito y servicios y cooperativas de producción agropecuarias; sin embargo, solo 22 tienen estructuras de la UJC.
La estrategia es seguir creciendo. Hoy se trabaja con más de 900 jóvenes; pero los retos, y, más aún, las posibilidades, son mayores. Sirva como ejemplo que, amparados en el Decreto-Ley 259 sobre la entrega en usufructo de tierras estatales ociosas, 2 400 jóvenes matanceros han solicitado este beneficio.
Hasta la fecha, en el territorio se han otorgado 88 108 hectáreas. Parecen muchas, pero apenas representan el 60 por ciento de las disponibles. Y cuántos cientos de jóvenes más se podrán sumar…
Yuniel Concepción Macías es el secretario general del comité de base en la cooperativa de crédito y servicios Wilfredo Díaz. Es la única de las 14 que existen en el municipio de Jagüey Grande, que cuenta con esta estructura. Hace diez años, cuando ingresó a la UJC, en su cooperativa solo había tres militantes; hoy son casi una decena y otros nuevos se avistan.
La cuenta está más que clara. Tropiezos y dificultades puede haber muchos, desde la distancia entre una y otra casa campesina, hasta que el plantío reclama tiempo y consagración, desde que amaina la madrugada hasta que cae la noche.
Es un reto. Va desde la atención a los jóvenes campesinos hasta el trabajo de formación vocacional para el ingreso a los institutos politécnicos agropecuarios, pues es en la sapiencia técnica y la hondura de las ciencias, en las que Cuba ha de sostener el desarrollo agrícola. Y esta es una semilla que ha de sembrarse en la niñez, la adolescencia y la primera juventud.
Omar Ruiz Martín, primer secretario del Partido en la provincia, apuntalaba la urgencia. La producción de alimentos, recordó, es primera prioridad para el país, tema de alta seguridad nacional. Nadie puede quedar ajeno, y mucho menos la Juventud Comunista. Esta es tierra en la que falta mucho por arar.