En Cuba hay dos millones de hectáreas infestadas de marabú. Foto: Roberto Morejón La cosechadora de marabú Leyca, cuyo nombre funde parcialmente los apellidos de sus padres intelectuales, Rafael Leyva y Enrique Calzadilla, fue el mayor atractivo de la primera jornada de AGROMEC, uno de los congresos que sesiona en el marco de Metánica 2009.
Aunque la criatura todavía está en fase de ingeniería básica, como aseguraron sus creadores, ambos de la Facultad de Electromecánica de la Universidad de Camagüey, ya se especula bastante sobre sus bondades; y como todo proyecto, cuenta con detractores, defensores y con miles de preguntas sobre su capacidad para convertir en biomasa la espinosa planta.
«Podremos generar hasta 13 megawatt a partir de la cosecha de diez hectáreas diarias de marabú que rindan 35 toneladas cada una», explicó a JR el Máster Rafael Leyva, quien aseguró que gracias a esta cosechadora en Camagüey podrían generarse, a partir de la planta invasora, 80 megawatt diariamente, un poco más de la mitad de lo que necesita esta provincia para cubrir su demanda.
Leyva aclaró que para lograr tal propósito harían falta 20 cosechadoras que tributen biomasa de marabú a los ocho centrales azucareros disponibles en ese territorio. «Lo más importante es que para construir esta máquina se pueden usar materiales de segunda mano, y la inversión se recupera en menos de un año al venderse el servicio eléctrico».
En Cuba hay dos millones de hectáreas infestadas de marabú, el 18 por ciento del territorio nacional. Esa máquina sería una solución para el manejo de dicha planta invasora. «La fórmula de esta leguminosa es desorden más indisciplina más negligencia», consideró Leyva, no obstante si se eliminan estos tres factores en 50 años podría ganarse la batalla que hasta ahora parece utópica.
Leyca todavía no tiene fecha de nacimiento, pero sí se afirma que abrirá los ojos en la fábrica de combinadas cañeras KTP, en Holguín, y que tiene muy buenos padres que aseguraron a este diario: «Nunca estamos quietos, siempre tenemos algún proyecto entre manos. Ya estamos pensando en el hijo de Leyca, será una máquina que pueda arrancar las estacas de 20 centímetros que deje su madre, porque esta no está diseñada para extirpar de raíz el marabú, sino para cosecharlo».