Querido Presidente José Eduardo Dos Santos:
Estimados compañeros angolanos y cubanos:
Es para mí un honor y un momento de especial significación encontrarme una vez más en este querido país, que simboliza mucho para todos nuestros compatriotas. En especial, porque a lo largo de duros tiempos fuimos capaces de forjar una hermandad indestructible, resultante del sacrificio y el legado de miles de vidas de angolanos y cubanos, ante los innumerables desafíos que juntos asumimos en la salvaguarda de la independencia, la soberanía y la integridad territorial de este país hermano.
Es una feliz coincidencia iniciar nuestra visita, cuando se cumplen exactamente 48 años del inicio de la lucha armada de este heroico pueblo contra el colonialismo portugués, encabezada por el MPLA, bajo la dirección del entrañable compañero y amigo Agostinho Neto.
Dos meses y medio posteriores a esa acción revolucionaria del MPLA, en Cuba se libraban igualmente grandes batallas en defensa, en este caso, de su independencia y su soberanía. Precisamente los días 17, 18 y 19 de abril próximos, también se celebrará el 48 aniversario de la gran victoria de Playa Girón, frente a la agresión imperialista mercenaria de aquellos días.
La hermandad histórica entre Cuba y Angola es indestructible. Fue forjada en la lucha común contra el colonialismo y el apartheid, bajo la guía de dos hombres excepcionales: Agostinho Neto y Fidel Castro.
En 1988 cambió radicalmente el curso de los acontecimientos en el África Austral. La victoria alcanzada en Cuito Cuanavale y fundamentalmente la ofensiva en el frente sudoccidental, preservó la independencia de Angola, permitió que Namibia la obtuviera y asestó al apartheid un golpe mortal, preámbulo imprescindible para el nacimiento de una nueva Sudáfrica.
Hoy los tiempos son otros. Cuba y Angola avanzan en el camino del desarrollo y el bienestar de sus pueblos, y se insertan con éxito en un mundo cada vez más complejo.
La cooperación bilateral por el desarrollo económico y social que hoy nos enorgullecemos de incrementar de manera constante, tuvo un impulso decisivo con su presencia en Cuba, compañero José Eduardo, en septiembre del año 2007. En esa oportunidad usted expresó:
“Angola y Cuba son pueblos hermanos. Tuvieron amistad en los momentos más difíciles de la lucha por la independencia y sus lazos han sido forjados con sangre y sacrificio”.
Nos satisface constatar la realidad de paz y el compromiso del MPLA, el Gobierno y el pueblo angolanos con la reconstrucción económica y la profundización de la unidad nacional, de Cabinda a Cunene, como sentenciara el inolvidable Doctor Agostinho Neto. En alcanzar ese máximo objetivo ha sido decisivo su papel personal, compañero José Eduardo.
Aprovecho esta oportunidad para reafirmar ante usted y los cuadros políticos y del Gobierno, el compromiso de contribuir modestamente a la reconstrucción económica, con el aporte de nuestros especialistas y trabajadores internacionalistas.
Cuba enfrenta retos importantes y la permanente agresión de un férreo y vengativo bloqueo. En el 2008, tres poderosos huracanes dañaron seriamente la economía y la infraestructura de nuestro país.
Expresamos una vez más nuestro agradecimiento al Gobierno y pueblo angolanos por su generosa ayuda en ese difícil momento, gesto que nunca olvidaremos.
Estamos seguros de que esta visita redundará en beneficios palpables para nuestros pueblos, que bien lo merecen por haber enfrentado con decisión, valor y constancia grandes desafíos para alcanzar la independencia, preservar la paz y fomentar el desarrollo.
Reitero el agradecimiento del pueblo cubano, de la Dirección de nuestro país y el mío propio, por la solidaridad que nos brinda Angola, y usted en especial, estimado Presidente.
Reciba usted, y en su persona todo el pueblo angolano, el saludo fraterno de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, y sus mejores votos para que toda la buena obra ya hecha y la que está por venir en esta tierra hermana, se consolide y crezca.
Muchas gracias.