Consumir entre cinco y diez vasos de agua al día, e incluso hacerlo antes de tener sensación de sed, ya que la necesidad de ingerir líquido se manifiesta cuando ya existe un cierto grado de deshidratación en el cuerpo, podría ser altamente beneficioso según recomendaciones de expertos españoles.
Un informe presentado por asociaciones médicas de España indica que los síntomas de deshidratación son más frecuentes de lo que se cree, y se evidencian en la sequedad de las mucosas y la piel, la disminución de la cantidad de orina y, en casos más graves, pérdida brusca de peso, orina oscura y concentrada, calambres musculares, somnolencia, cefalea y fatiga extrema.
Entre las personas más susceptibles de sufrir deshidratación están las embarazadas, que deben beber bastante agua al final de la gestación, así como en la fase lactante. También los mayores deben beber con frecuencia pequeñas cantidades de agua u otros líquidos, pues por la edad con frecuencia no relacionan los síntomas con la deshidratación, y la sensación de sed es menor.
Los expertos aseguran que la actividad física en verano requiere una mayor hidratación. En función del tipo de entrenamiento, de las defensas con las que cuente el cuerpo para combatir la deshidratación, así como del tiempo que se dedique al ejercicio físico, se necesita una hidratación específica.
Tampoco se debe exagerar, ya que los especialistas indican que las dietas que limitan el consumo de agua e incluso se circunscriben solo a esto son un error, especialmente en verano, ya que expone a la persona tanto a problemas de deshidratación como renales, por lo que se trata de una «falsa vía» para adelgazar.
La base de la hidratación ha de ser el agua, aseguran los expertos, y ocasionalmente refrescos, ya que la diversidad de sabores ayuda a completar la ingesta de líquido diaria recomendable. También el consumo de frutas y verduras es otro de los medios importantes para lograr una hidratación adecuada, especialmente si se trata de alimentos como el melón, la sandía, la toronja, la naranja o el tomate, los cuales tienen un alto porciento de agua.