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MANICARAGUA.— Más animado que de costumbre está Caballete de Casa, intrincado paraje del Escambray, donde el Comandante Ernesto Che Guevara estableció su puesto de mando en octubre de 1958.
Hasta allí llegan los jóvenes en busca de sus huellas, que a pesar del tiempo transcurrido sobrecogen al visitante, que avanza o se detiene sobre un pedazo de tierra por donde transitó el héroe.
El aniversario 80 de su natalicio fue un buen pretexto para que muchos acudieran al campamento, formado por un conjunto de instalaciones como el anfiteatro, la armería, dormitorios, cocina y almacén.
De allí acaba de regresar un grupo de 80 muchachos villaclareños que realizaron el ascenso desde la comunidad de Gavilanes, otro sitio vinculado a la gesta del Che en el Escambray, caracterizada por la organización de la lucha y las acciones combativas.
Ahora los jóvenes trabajadores, campesinos y estudiantes conocen un poco más de la historia de Caballete de Casa, ubicado a más de 650 metros sobre el nivel del mar, que sirvió también como lugar de entrenamiento a los que se incorporaban a la guerrilla.
Para Gerardo Águila Martín, funcionario de la UJC en Villa Clara, quien estuvo al frente del grupo, aunque se conozca de memoria al Che, estar allí en los parajes que él transitó resulta impactante y acogedor.
Lo que vieron en aquellos sitios y lo que les contaron viejos combatientes, les permitió descubrir de manera más íntima al Che en Caballete de Casa, un pedazo de tierra que todavía está impregnada de su aliento y vigor
