SANTA CLARA.— Cada vez que llega el verano, con sus altas temperaturas, se originan con mayor frecuencia intoxicaciones alimentarias en el país, a pesar de las alertas sobre ese peligro y las supervisiones de los especialistas de Salud Pública.
El fenómeno ocurre debido a las fallas en la elaboración, conservación o manipulación de los comestibles en el comercio estatal, de cuentapropistas e incluso, en las propias casas.
Por ejemplo, Villa Clara muestra un alza en los brotes de intoxicación que requirieron hasta la hospitalización de algunas personas, aunque no se han producido desenlaces fatales.
Esto ocurre a pesar del trabajo preventivo de Salud Pública en la provincia, que decretó, entre enero y abril último, la paralización temporal de más de 7 000 servicios por condiciones higiénicas incorrectas.
Además, detectaron la existencia de granos, enlatados y carnes no aptos para el consumo.
Según Gisela Pozo Sicilia, vicedirectora de Salud Ambiental del MINSAP en Villa Clara, se realizaron en el lapso referido más de 12 400 inspecciones en la provincia y se impusieron 2 827 multas.
El muestrario de violaciones abarca una amplia gama que va desde la incorrecta conservación de los comestibles y falta de higiene en el proceso de producción, hasta mantener los productos expuestos al aire libre durante más de dos horas después de elaborados, lo cual está prohibido.
A lo anterior se añade que, por lo general, están destapados, lo cual permite el contacto con el polvo y las moscas; en ocasiones se friegan mal los vasos y platos, y para colmo, el dependiente en muchísimos puestos de venta sirve el alimento a mano limpia, la misma con que manipula el dinero.
Lo peor radica en que esas transgresiones acontecen a la vista de los clientes, quienes, al no evitar el consumo en esas condiciones, se exponen al riesgo de enfermar.