En esta joya de la arquitectura y la cultura cubanas, gravemente amenazada, no solo se ejecuta una importante inversión, sino tiene lugar una pelea contra la chapucería y la falta de seriedad en las contrataciones de las obras constructivas
MATANZAS.— Un afán inusitado se aprecia para salvar al teatro Sauto de la recurrente humedad por las filtraciones de la lluvia o el deterioro causado en su madera por las temibles termitas, que lo tomaron como hogar y manjar.
Un reportaje publicado por este diario el 30 de agosto de 2007, titulado Salvar al Sauto, denunciaba a una empresa constructora que no cumplió con la contratación y hasta fue demandada jurídicamente. Hoy baten otros aires sobre el vetusto teatro.
La lluvia de la tarde del martes 27 de mayo pasado fue seguida por el colectivo de trabajadores y los constructores. Con atención se comprobaba si por el techo de la entrada del teatro se filtraba el agua, después que se impermeabilizó con tecnología de avanzada una pequeña área de ese segmento de la instalación.
Para alegría de todos, la lluvia corrió hacia el sistema pluvial, y de este a la calle, y no humedeció a chorros las paredes ni otros sitios, como ocurrió durante decenas de años.
«Hasta ahora estamos satisfechos con los trabajos y la calidad del material que se emplea», manifestó Cecilia Sodis, directora de la institución.
Calidad y seriedadCon la espuma de poliuretano la lluvia dejará de filtrarse. Yovany Álvarez reconoce la peligrosidad. Los trabajos del teatro se emprendieron con mucha seriedad, a criterio del consejo técnico y de las organizaciones del centro. El 24 de abril se abanderó un contingente integrado por 70 hombres, que trabajarán escalonadamente según las necesidades. Esta fuerza tiene un jefe de obra que está a tiempo completo dentro del teatro y es quien responde por la calidad del trabajo de los constructores.
Las labores de una brigada dedicada a la carpintería ocupan un peso grande. Después de la cubierta, la carpintería y la parte hidráulica es lo que más pesa. En el Salón de los Espejos se están montando las ventanas, algunas nuevas y otras que se reparan, a partir del criterio de salvar todo lo que se pueda.
Los herrajes se contrataron con una empresa porque poseen características especiales, debido a las ventanas de grandes dimensiones, por lo que bisagras y pestillos de diferentes tipos deben estar acordes con las medidas requeridas.
«Para invertir este año se otorgaron 600 000 pesos cubanos y 300 000 CUC», informó Cecilia, quien concretó que estas sumas se desagregaron por etapas en correspondencia con las prioridades, como son la cubierta, la carpintería, sistema pluvial y el cambio de los muebles hidrosanitarios, que originaron la reparación del teatro.
NostalgiaA los matanceros les sería doloroso escuchar la noticia de que Sauto cerró sus puertas. Una nostalgia invadiría cada rinconcito de la ciudad. Sin embargo, las circunstancias indican que se acerca el día en que por un breve tiempo, su escenario quedará silencioso.
«Lo hemos mantenido abierto, pero cerraremos en algún momento, sobre todo cuando se intensifique la fumigación y tratamiento de la madera para eliminar el comején, pues se usan materiales tóxicos», explica Cecilia.
Esta mujer le ha dedicado más de tres lustros al palpitar del Sauto. Ella sabe que cuando se llegue al cambio del tabloncillo en el escenario, o cuando se labore en los servicios sanitarios de la platea, también habrá que cerrar el teatro.
La labor de biocontrol es vital, al tratar la madera y eliminar las termitas vivas. Con una empresa de biocontrol del MINTUR para este año se realizó un contrato valorado en 30 000 CUC. Igualmente se trabaja en el diagnóstico de la madera afectada, a cargo de un grupo de especialistas del Instituto Cubano de Investigaciones Forestales.
La Empresa de Proyectos replantea todos los documentos, con más de siete años de confeccionados, mientras que ahora detectan el nivel de las afectaciones y las propuestas de soluciones.
También se revisa el proyecto de climatización, que es para otra etapa, y se busca la mejor oferta.
Preservación y rescate«La decisión fue invertir primero en la parte de preservación y rescate del edificio», comenta Cecilia.
Hay diferentes tipos de chequeos del estado de la obra, uno interno casi diario, otro los miércoles y viernes con todos los jefes de cada empresa para analizar el cronograma y las dificultades. El sábado se hace una reunión con el Presidente del Gobierno de la provincia, y que en varias ocasiones ha contado con la presencia de Pedro Betancourt García, primer secretario del Partido en el territorio.
Los constructores tratan de respetar todo lo que existe original en el teatro. Ya hay presupuesto para comprar la madera dura. A diferencia de otros teatros, en el coliseo matancero casi todo es de madera, excepto la cantería exterior.
El portal se ha diagnosticado por fuera, ahora corresponde hacerlo desde arriba, desprendiendo varias tablas del salón de los espejos, para saber la cantidad de vigas que habrá que sustituir, aunque se calcula preliminarmente que hay que cambiarlas casi todas, que suman 40.
El sistema contra incendio cuenta con un proyecto, que no entra este año, pero sí el sistema de pararrayo, contratado con SEPSA, para el que se discute el contrato. Todo tiene garantía, con certificado de calidad como en la carpintería, que se otorga a criterio de las valoraciones de los especialistas.
Peligrosa laborSubir al punto más alto del teatro Sauto es un reto. Una caída desde esa altura sería mortal. Hasta allí llegó un equipo de este diario, para compartir unos minutos con la brigada de la empresa Refritel, encargada de la impermeabilización de la cubierta.
Yovany Álvarez, con un pulóver que le cubría cabeza y rostro, aplicaba el poliuretano en el techo cuando ascendimos, agarrados de sogas y no sin alguna que otra posibilidad de un resbalón: «Estamos acostumbrados a trabajar en las alturas, y a pesar de eso no dejo de reconocer que el Sauto es peligroso».
Parecía una pintura aplicada al techo de zinc con una pistola a presión, pero casi instantáneamente una capa de más de dos centímetros crecía, parecido al conjuro mágico de la levadura. El desagradable olor a química, el aerosol de partículas de ambos productos, el calor, viento y las condiciones extremas de seguridad, brindan la medida de la compleja empresa en que se involucra esta brigada. Mediante este producto, llamado espuma de poliuretano, seguro se dejará de hablar por largo tiempo de filtraciones en esta instalación declarada Monumento Nacional.
El ingeniero civil Juan Carlos Ruz Zubirí, jefe de la brigada, nos dio pormenores de la sustancia química que se emplea, consistente en la unión de los productos poliol e isocianato, el cual, entre los siete y diez segundos posteriores a su aplicación se endurece y permite el paso y trabajo normal del operario.
«Se logra alta productividad, de hasta 1 200 metros cuadrados diarios; y luego, encima de esa sustancia, se aplican dos capas de otro producto para la protección del poliuretano del sol, ya que los rayos ultravioletas lo deterioran», especifica Juan Carlos.
El costo por metro cuadrado es de 14,92 CUC y 4,30 en MN, aparentemente alto, aunque por su larga duración y garantía de diez años, no deja dudas de la buena inversión. Entre las ventajas se destaca que no añade peso a la cubierta y se aplica en cualquier tipo de superficie.
En cinco años de experiencia no hemos tenido problemas con la calidad ni quejas de los clientes, reiteran los operarios Ariel y Alberto Baliela, hermanos hasta en esta peligrosa aventura.
Eficiencia en escenaBuscando eficiencia, los trabajadores opinan y velan porque se destierre la chapucería.
Lázaro García, de la Dirección Integrada de Proyectos, afirma que los especialistas de la EMPAI decidieron que la impermeabilización fuera con espuma de poliuretano expandido, por la rapidez en su aplicación y durabilidad, además de que asegura una mejor acústica del teatro e impide el calor.
La cubierta cuenta con 2 393 metros cuadrados, que cuestan 35 703 CUC y 10 289 pesos cubanos, y abarcan todo el techo y las dos terrazas. «Estamos en la etapa de suministro y contratación; por primera vez veo en la obra avance, intención y preocupación por todas las partes», resume Lázaro García.
Miguel Pérez, representante del MICONS, explica que se trabaja en esta primera etapa en la cubierta, drenaje pluvial, reforzamiento de la estructura, y en el almacén y el sistema hidrosanitario.
Especialistas y trabajadores confiesan que aprecian calidad en la ejecución. Cuando vemos y oímos que las cosas andan bien, como en el Sauto, todos dormimos sosegados, porque legaremos la custodia de este generador de cultura, y más que eso, las maneras de hacer bien todo lo que toquemos con amor.