Y.O.: Cuando estoy haciendo el amor con mi pareja todo va bien hasta que llego a la primera eyaculación. Luego esperamos unos minutos y nos preparamos para la segunda función. Es ahí donde está el problema. No tengo la segunda eyaculación. Mi erección es normal, me excito y todo está bien hasta que mi pareja llega al orgasmo. Incluso ella ha tenido dos orgasmos y yo sigo sin volver a eyacular. Hemos conversado acerca de esto, pero no le encuentro solución. Ella dice que seguro es un problema psicológico, aunque, como ya le dije, me siento normal durante el segundo acto de la noche e incluso el tercero. Ya me he quedado varias veces sin eyacular por segunda vez. Necesito que me oriente.
El amor sin límites encuentra en el cuerpo sus fronteras. Aunque el organismo masculino siempre está produciendo esperma o semen, dispone de una cantidad limitada para eyacular. Generalmente es suficiente para una o dos eyaculaciones solamente.
El término «esperma» proviene del griego y significa ‘semilla’. De modo que el cuerpo administra sus semillas para la germinación. A los menores de 30 les otorga el privilegio de eyacular mayor volumen. Pero la cantidad de esperma es menor después del primer orgasmo, si es que queda para más.
Desde la primera polución hasta los 30 aumenta la cantidad de semen producida. Luego va disminuyendo con la edad, aunque el hombre puede eyacular toda su vida.
Es importante destacar que la cantidad de líquido seminal varía de un hombre a otro y de una vez a otra. No todos los organismos, ni todos los días son iguales. El volumen medio de semen de una eyaculación se estima de 3 a 5 mililitros, como máximo se expulsan unos 15. La cantidad es proporcional al grado de excitación durante el coito y a la abstinencia sexual previa.
La erección se mantiene porque obedece a mecanismos diferentes a los de la eyaculación, cuya producción es regulada. Pueden preparar varias funciones, pero el telón no siempre caerá igual.