J.R.: Tengo 7 años de casado pero si uso preservativo no eyaculo aunque logro la erección. Sin él disfruto a plenitud. Esto es molesto ya que no puedo protegerme. Tengo recelo al realizar el coito con otras parejas que no son la mía por las consecuencias que puede traerme. Tengo 26 años.
No existen recetas para eyacular con preservativo. Primero habría que determinar aquello que te pasa por la mente cuando lo usas, para luego crearte un modo de disfrutar con su presencia y no a su pesar.
Quizá reviertas la situación al superar el problema que podría constituir dejar de sentir exactamente igual en situaciones donde es el goce a toda costa el imperativo, solo por evitar infecciones posibles pero no palpables.
La dificultad eyaculatoria asociada al condón expresa una inconformidad vivenciada respecto a su uso. Tal vez, inconscientemente, te resistas a verter un semen que no cumplirá su cometido.
El mantenimiento de la erección indica que el preservativo no anula el placer. Por eso sugiero valorar la hipótesis de que no es solamente el contacto físico del condón con el pene lo que limita tu disfrute, sino el modo en que se representa en tu mente su presencia. Para que la respuesta sexual llegue a su fin es preciso que nuestra psiquis se colme de señales de placer. Basta con una idea disociadora para su inhibición.
No obstante, si el condón constituye un problema insoluble y quieres protegerte, la monogamia y sinceridad de la pareja también aseguran orgasmos. Siempre podemos protegernos eligiendo una pareja cuyos análisis médicos hayan resultado negativos durante seis meses o más, sin ningún contacto de riesgo en ese período. Salud, fidelidad recíproca y placer también pueden ir de la mano.
El uso del condón, como cualquier otra práctica, debe realizarse con convencimiento, coherencia y disposición. De no ser así, pronto se hará notar en nuestro actuar o disfrute. Mariela Rodríguez Méndez. Máster en Psicología y consejera en ITS y VIH /SIDA