SANTA CLARA.— Una tragedia de gran magnitud puede sobrevenir en cualquier instante, como lo confirman los 19 accidentes del tránsito, entre enero y agosto último, originados en Villa Clara por los animales sueltos en vías de considerable tráfico de vehículos.
Por suerte, como consecuencia de los percances solo hubo dos lesionados y daños materiales por más de 17 000 pesos, a pesar de estar involucrados vehículos de transportación de pasajeros.
En el tramo de la Autopista Nacional correspondiente a Villa Clara hubo ocho accidentes por esta razón, incluidos tres en los que estuvieron envueltos ómnibus de ASTRO.
Los otros percances ocurrieron en la carretera de Camajuaní, en la circunvalación de esta ciudad, en el vial del Aeropuerto Internacional Abel Santamaría y la Carretera Central.
La peligrosa situación con relación a los vacunos y equinos persiste a pesar del esfuerzo de la Unidad Provincial de Tránsito y otras entidades de la Agricultura, que detectaron 173 animales en las carreteras.
Como medida aplicaron el decomiso y además se impusieron multas a los propietarios.
Según el teniente Eduardo López, primer oficial de Tránsito, la mayoría de los animales sueltos pertenecían al sector privado.
Resulta imprescindible un mayor control sobre ellos para evitar una tragedia como la ocurrida en el 2003, cuando por esta causa ocurrió un accidente en la Autopista Nacional donde perdieron la vida más de 30 personas.
Es obvio que para resolver el problema, más allá de los operativos de Tránsito de conjunto con la Agricultura, los dueños de los vacunos y equinos tienen la obligación de revisar las cercas de los potreros y cuartones. Además, comprobar que esté en buen estado la soga utilizada para amarrarlos, a fin de impedir que se escapan por una deficiencia humana, que puede desencadenar la muerte.
Vale aplicar cuantas medidas sean necesarias, ahora, para prevenir el posible desastre que ya en una ocasión conmovió al país.