OC: El año pasado me detectaron el VIH. Me han dicho que tengo más de 500 CD4 y, como consecuencia, no necesito ningún medicamento. Mi novia lo sabe. A ella, por suerte, le ha dado negativo. Teníamos sexo desprotegidos, pero desde el mismo momento del diagnóstico hemos usado siempre el preservativo. El caso es que hace un par de meses no me siento excitado cuando tengo relaciones con ella. No sé si es por el hecho del preservativo en sí o porque lo asocio al problema. ¿Qué puedo hacer?
Inicialmente, podrías intentar esclarecer lo que te sucede hace dos meses, que tiene por efecto inhibir el deseo hacia tu novia. El hecho de que no te excites últimamente, a pesar de haber sido diagnosticado el año pasado, nos hace pensar que no son el VIH, ni el preservativo los causantes exclusivos o directos de la dificultad.
Tal vez se deba más a la forma de representarse la relación a partir del diagnóstico que al hecho de ser seropositivo. Pero también pudiera existir algo que no esté funcionando en la pareja, más allá del diagnóstico.
De cualquier modo, estás llamado a detectar aquello que no está marchando como quisieras con esta mujer que ha aceptado tu condición de seropositivo al VIH sin renunciar a la relación amorosa. Inclusive, valdría pensar cómo te sientes con esta aceptación de ella.
Este diagnóstico irrumpe en el curso vital de los sujetos para enfrentarlos a la presencia de su propia muerte. La vida personal y de la pareja dependen del modo en que se le entienda, se le simbolice, se le represente.
Aquello que nos incomoda en las relaciones, cuyo reconocimiento y análisis evitamos por resultarnos penoso, a menudo se hace notar en términos de malestar, traba y distanciamiento. El deseo, el disfrute y el orgasmo son presas fáciles del silencio. Afortunadamente renacen al encontrarse un modo placentero de afrontar contradicciones y desencuentros, propios de la vida en pareja.
*Máster en Psicología y consejera en ITS y VIH / SIDA