La dirección del Consejo de Iglesias de Cuba, el Centro Martin Luther King Jr., el Seminario Evangélico de Teología de Matanzas y el Centro de Estudios del Consejo de Iglesias de Cuba pidieron apoyo a sus hermanos norteamericanos para que se haga justicia con el terrorista Luis Posada Carriles, en nombre de los muertos y familiares, entre ellos las 73 víctimas del crimen de Barbados.
Tras conocer sobre la posibilidad de que Posada Carriles estuviera a punto de recibir su libertad bajo fianza, en espera de un juicio, la iglesia cubana manifestó su inconformidad con las decisiones tomadas por la Casa Blanca y definió como inverosímil que Estados Unidos cobije con impunidad a personas que públicamente se han declarado responsables de ejercer la fuerza y la violencia contra seres humanos inocentes.
El mensaje de solidaridad estuvo dirigido al Consejo de Iglesias de Cristo de los Estados Unidos, al Servicio Mundial de Iglesias, la Iglesia Episcopal de Estados Unidos de América, Iglesia Evangélica Luterana de América, Iglesia Presbiteriana de los Estados Unidos de América, Iglesia Discípulos de Cristo, Consejo Mundial de Iglesias y a la Junta General de Ministerios Globales de la Iglesia Metodista Unida.
«Imbuidos de la confianza en la victoria de la Vida, nos dirigimos a ustedes para solicitar vuestra solidaridad con el pueblo cubano».
La carta señala que Luis Posada Carriles es responsable, entre otros muchos hechos terroristas, de la explosión en pleno vuelo de un avión de la línea Cubana de Aviación, donde murieron 73 personas, entre ellos nuestro equipo juvenil de esgrima, que regresaba victorioso al país.
«Es un prófugo de la justicia y ha sido reclamado como tal por el gobierno de Venezuela. Resulta incomprensible que el sistema judicial de un país que se autodenomina antiterrorista y que opera en un país libre y democrático, como se cataloga el sistema de Estados Unidos de América, no escuche el clamor de todo un pueblo y las voces de la comunidad internacional.
«En este mismo espíritu, pedimos a ustedes, hermanos y hermanas en Cristo, que se unan a nuestro clamor por la justicia».