Foto: Franklin Reyes ¿Quién dijo que la risa no es capaz de alejar cualquier enfermedad? ¿Acaso alguien duda del poder curativo de la música? Quienes no lo crean, que pregunten a los 37 niños ingresados en el hospital pediátrico Leonor Pérez, del municipio capitalino de Boyeros, que este sábado recibieron la visita de los trabajadores del Complejo Pioneril José Martí, de Alamar. Hasta allí llegaron magos, payasos y un sin fin de juegos, acompañados de un hermoso cake.
El agasajo se repitió en numerosos hospitales y salas pediátricas del país, así como en hogares de niños sin amparo filial, adonde la Organización de Pioneros José Martí llevó diversos espectáculos recreativos para celebrar su aniversario 46, y el 45 de la Unión de Jóvenes Comunistas.
El pequeño Karel Estrada, de dos años, se asustó cuando vio al payaso Pelusa. Pero unos minutos más tarde era el que más aplaudía, y hasta parecía haberse olvidado de su molesta otitis. Mientras, Gloria Gean, de 12 años, estaba feliz con sus regalos: un libro de La Historia de Elpidio Valdés y otro con los libretos de La sombrilla amarilla.
También las hermanas Claudia y Celine rieron de lo lindo con el cómico Pinki. Ellas no están hospitalizadas, pero su condición de asmáticas las obliga a acudir con frecuencia a ese centro asistencial. Por eso ayer, su abuelita Carmen, trabajadora del lugar, no quiso privarlas de la celebración.
«Ya es una tradición que cada año —dijo—, al acercarse el 4 de Abril, viene un grupo de artistas y hacen una presentación para los niños que están ingresados. Hay payasos, magos, competencias. A ellos les encanta, porque salen del aburrimiento y se olvidan de que están enfermos».
Puede que el miércoles estos pequeños aún no estén restablecidos, pero el 4 de Abril, ya habrán disfrutado su fiesta.