SANTA CLARA.— La prohibición de la pesca con chinchorro a una milla (1,8 kilómetros) del polo turístico del nordeste de Villa Clara y a ambos lados del Pedraplén de Caibarién a Cayo Santa María, favoreció la recuperación de los pastos marinos de esa amplia zona.
La medida fue aplicada desde hace unos tres años ante el gran deterioro de la vegetación en aquella área, que llegó incluso a desaparecer en determinados lugares.
La captura con chinchorro, consistente en una red que se arrastra por el fondo del mar, causó serios estragos a los pastos que forman parte de la cadena alimentaria de las especies marinas y les sirven de refugio.
Esta práctica resulta la más dañina, aunque también fue prohibida la pesca con nasas y la de tranque, es decir, mallas fijadas a postes.
La información suministrada por Ángel Quirós, jefe del Grupo de Ecología Marina del Centro de Estudio y Servicios Ambientales de Villa Clara, precisa que se espera también una recuperación de la fauna marina, lo cual requiere de un tiempo más prolongado.
La experiencia villaclareña confirma lo aconsejable de aplicar esta medida en otras zonas del país donde están vigentes la pesca con chinchorro a poca profundidad y otras maneras de captura perjudiciales.
Como resultado de la labor del Centro de Estudio y Servicios Ambientales de Villa Clara se cuenta desde hace tiempo en el territorio con un mapa de los pastos marinos.
Vale destacar que están ubicados en dos regiones de excelente calidad para la vida marina: uno en Bahía Filipina, dentro del refugio en la franja Picúa, de Cayo del Cristo, y otro en la zona Enfermería, al nordeste de Isabela de Sagua.