Infografía: Toichi Harada Echevarría. Foto: Roberto Suárez ISLA DE LA JUVENTUD.— El mar parece una laguna dormida de color azul. Nada perturba el silencio de este lugar, ubicado al sur del río Júcaro y a 37 kilómetros al este de Nueva Gerona, la capital de la isla.
Ni siquiera la calma se interrumpe con el zumbido de los seis aerogeneradores del Parque Eólico Experimental Los Canarreos, al punto de que para escucharlos hay que acercarse a su base.
El técnico eléctrico Manuel Hidalgo observa las torres con sus 55 metros de alto. Hidalgo tiene la cara quemada por el sol y las huellas del cansancio en los ojos. Igual pasa con los hombres que ahora recogen sus cosas y se montan en el camión.
«Llevamos seis meses sin ver a Gerona por el día, comenta Manuel. Salíamos por la madrugada y regresábamos tarde en la noche. Desde que llegábamos nos «pegábamos» aquí, primero con el marabú y el monte y luego para la fundición de las bases de cada torre».
Por su parte, Martín Hernández, ejecutor de la obra, recuerda los almuerzos bajo el sol y los trompos cargados de hormigón, que viajaban desde Nueva Gerona para fundir las bases centrales y laterales de las torres.
«La base central se llevó seis metros cúbicos de hormigón. Había que vaciar dos trompos. Las laterales se llevaban un poquito menos, entre tres y cuatro metros. Pero todo bajo un sol que rajaba las piedras», dice Martín con voz seria.
Pero ya todo comienza a ser recuerdo. Los últimos bultos se suben a la cama del camión, este arranca y se pierde por un camino de polvo rojo. No lo dicen, pero intuyen que acaban de abrir un nuevo tiempo en Cuba: la era de la energía eólica.
ELLAS BUSCAN EL VIENTOCon el recién inaugurado Parque Eólico Experimental Los Canarreos, levantado a un costo de 3.4 millones de dólares, el país da un paso adelante en el manejo del viento para la generación de electricidad.
«El montaje me llena de satisfacción. Los cubanos aprenden rápido. Comenzaron a trabajar en agosto y en enero ya tenían la primera máquina sincronizada al sistema electroener
gético local», apunta Marc Vergnet, presidente de la compañía francesa Vergnet, suministradora de la tecnología.
Vergnet señaló que los aerogeneradores emplazados en la Isla de la Juventud se diseñaron para 20 años de explotación.
Por su parte, el técnico Ignacio Luis Moya Álvarez, quien participó en el montaje de las máquinas, explica que cada aerogenerador cuenta con una potencia de 275 kw, con lo que la capacidad total del Parque es de 1,65 mw, lo que permite atender el diez por ciento de la demanda del municipio especial, la cual asciende a 16 mw.
«Todo está automatizado», expresa Moya Álvarez. «Cada aerogenerador posee un autómata, que le permite buscar la dirección de las brisas más óptimas. Cuando alcanzan los cuatro metros por segundo, las máquinas comienzan a funcionar y a los 20 metros por segundo alcanza la curva de potencia máxima de generación».
Otra singularidad del Parque es que sus máquinas son abatibles, lo que es vital en una geografía que desde 2001 ha recibido el impacto de cuatro huracanes y una fuerte tormenta tropical como Wilma.
«Ellas descienden por sí solas ante una indicación desde el puesto de control. Cada una demora 45 minutos en bajar o subir. En tres horas el Parque puede desmontarse y quedar asegurado ante un ciclón», informa Moya.
SEPTIEMBRE, MES DE DESCANSODe acuerdo con los estimados, además de impedir la emisión a la atmósfera de 1 462 toneladas de dióxido de carbono, en su primer año de explotación el Parque recién inaugurado deberá producir 1 800 mw/h de electricidad, ahorrándose 450 toneladas de combustible y los 136 000 dólares que debería pagar el país en el mercado internacional.
Esos datos pudieran crecer este año con la terminación del parque eólico de Gibara, al norte de la provincia de Holguín, donde se montarán seis máquinas españolas de 850 kw cada una, para totalizar 5,1 mw. También se prevé, en esa zona, el montaje de otras seis máquinas de tecnología china.
Eduardo Santé Fernández, coordinador del Programa de Energía Eólica en Cuba, informó que el estudio de prospección del viento en Cuba arrojó que en el país se podrían producir entre 5 000 y 14 000 mw a partir del viento.
«La zona centro-oriental, desde Ciego de Ávila hasta Guantánamo, se ha priorizado en las investigaciones; pues allí se han encontrado las mayores potencialidades para instalar parques eólicos», apuntó Santé.
En el caso del territorio pinero, las condiciones del viento la hacen muy singular en el manejo de este tipo de energía. El licenciado Ramón Rivero Magaña, especialista en climatología del Centro Meteorológico del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), enfatiza que la Isla de la Juventud se encuentra en el centro del camino de los vientos alisios.
«Ellos inciden casi todo el año por el lado este del Municipio especial, que es la zona donde se han encontrado las mayores potencialidades; con vientos entre cuatro y seis metros por segundo de velocidad, como promedio, según las mediciones hechas a diez metros de altura», expresa.
Rivero Magaña, quien desde el 2001 investiga las particularidades del viento en el municipio especial, añade que los estudios han detectado una zona de vientos, catalogada de excelente, pegada a la costa, pero con terrenos bajos; a esta le sigue un área buena —donde se levanta el Parque— con suelos firmes y elevados y luego un área calificada de regular. El extremo sudoccidental de la Isla se encuentra en estudio.
«La temporada de invierno es muy favorable —señala Rivero—. Se extiende de noviembre a abril y los vientos persisten, incluso con valores de hasta siete metros por segundo cuando llegan los brisotes del sur o vientos de cuaresma, como los llamamos aquí. En el verano descienden un poco, entre tres y cuatro metros por segundo, aunque en mayo pueden subir. Cuando casi no sopla el viento en la Isla es en septiembre, porque no existen patrones para su formación. Ese mes es el único en el que el Parque Eólico podrá descansar».
Al inaugurar el parque eólico, el secretario del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, Carlos Lage Dávila, señaló que el país podría en un futuro construir parte de los componentes o la totalidad de esos equipos.