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Perra amamanta a cerdito

Al parecer los perros no solo son los mejores amigos del hombre, sino también de otros animales. Hace pocos días informamos de una carnerita alimentándose de una perra en Cienfuegos, y ahora...

Autor:

Juventud Rebelde

Foto: Leticia Arango MATANZAS.— El pequeño Totico la emprende a hocicazos contra los pezones y la ubre de Niña. Así, en apenas una línea nadie entendería nada, pero si le decimos que Totico es un cerdito blanco de poco más de un mes de nacido, y que Niña es una perra devenida madre adoptiva, entonces ya es otra la historia.

Todo comenzó el 23 de diciembre pasado, cuando una enorme puerca parió 14 cerditos, a los cuales mató a medida que nacían. Posteriormente, a las cinco horas, vio la luz un cerdillo muy pequeñín, blanco como el algodón y hambriento. Pudo salvarse de las fauces de su madre por pura casualidad.

La anciana Benedicta Alonso Rufín lo acogió en su hogar, dentro de una caja de cartón. Sin embargo, los aullidos de la perra y los gruñidos del puerquito enloquecían. Sin proponérselo, soltó al nuevo huésped, pensando que sería solo por un rato, y sucedió «un milagro».

La perra se acomodó en el suelo, lateralmente, con todas sus tetas al aire, y con la mayor naturalidad Totico empezó a mamar de varios pezones hasta saciarse.

Luego vendría lo insólito. Niña acometió a lametazos el hocico mojado de su propia leche, y más adelante siguió lamiendo el resto del cuerpo peludo del cerdito.

A partir de ese momento, ambos mamíferos establecieron una familiaridad digna de contar. Ninguno de los dos se pierde ni pie ni pisada. Se han convertido en seres inseparables. Niña complace a Totico durante todo el día, pues este muestra ya un apetito creciente. «Es increíble como lo amamanta, sin una queja, a veces hasta acariciándolo con sus patas y lengua», nos cuenta Benedicta.

Pero a la hora de dormir, Totico se acuesta encima de la perra, que no se molesta por el peso y los movimientos de la cola y las orejas de su «ahijado», azorando algún insecto.

«Cuando salgo a la bodega u otro lugar, la perra siempre se escapa y me acompaña, pero se lo he prohibido a Totico, porque si lo dejo también anda detrás de mí por el barrio», sonríe esta mujer de 73 años, que se ha encariñado con estos seres.

«Ya estoy preocupada, porque todos en la casa le hemos tomado cariño. Totico crecerá y no me gustaría sacrificarlo», admite la anciana.

Lo cierto es que la vivienda marcada con el número 6302, en la calle Compostela, en la ciudad de Matanzas, se ha convertido en centro de atención de los curiosos.

La ciencia no ha dicho la última palabra en estos casos. Pueden ser instintos naturales de los animales o simplemente casualidades. No importan las causas de esta extraña convivencia, que sí es una lección para quienes andan diariamente de prisa, corriendo, sin distinguir quién nos necesita o a quién debemos extender la mano.

Delia, una vecina, nos cuenta que durante tres semanas una perra Pitbull amamantó durante el mes de junio del mismo 2006 a una cachorra de león nacida en el zoológico Safari Park, de El Vergel (España).

La cría de león fue rechazada por su madre después del parto y estaba a punto de morir, cuando esta perra apareció, ya que pertenecía a una empleada del zoológico y justo estaba amamantando a una cría. Así que probaron ponerle a la leoncita y la aceptó de inmediato.

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