La tecla del duende
Érase una vez una hormiga que iba cantando, cargada con un enorme fruto silvestre, cuando un escarabajo le cerró el paso, riéndose de su carga y su trabajo.
No era la primera vez que lo hacía.
La hormiga no le hizo caso: bordeó al escarabajo y siguió andando.
Días después, el escarabajo quedó atrapado en la resina pegajosa de un árbol y pidió ayuda.
Algunos animales, que habían sido víctimas de sus burlas y sus malos modales, no se acercaron.
La hormiga, sin embargo, le tendió una larga brizna de hierba y el escarabajo pudo librarse de la resina.
Agradecido, el insecto le preguntó por qué lo había ayudado, si siempre se burlaba de las cargas pesadas que la hormiga llevaba.
Entonces, esta respondió: «Puedo cargar hasta 20 veces mi propio peso, pero hay una carga demasiado pesada para mí que no puedo ni quiero cargar: el rencor. Por eso intento que este jamás se quede sobre mi espalda, pues la necesito para transportar cosas que son muy importantes para mi supervivencia». (Compartido por Namasté).
Los ocurrentes holguineros sesionaron en tertulia, honrando al Comandante en Jefe en el mes de su ascenso a la inmortalidad. La cita propició la conmemoración del aniversario del periódico ¡Ahora!, que estuvo de cumpleaños durante este 19 de noviembre. Los periodistas, parte ya de la familia teclera, se sumaron felices al jolgorio en la Casa de la Prensa en la ciudad cubana de los parques y contaron con la presencia de Germán Veloz, presidente provincial de la UPEC. Hubo postales confeccionadas por Cary González para todo el equipo. El equipo de Mercy garantizó la logística e Improntu aportó la música.
Mientras tanto, este fin de semana será la cita de los duendes tuneros. Desde las tres de la tarde, el Centro Cultural Huellas recibe a la fraternidad del Balcón del Oriente Cubano. Habrá poesía y música. ¿Habrá canchánchara? Le recomiendo a nuestros lectores de Las Tunas que se sumen, porque siempre habrá un brindis de almas ocurrentes.
Evel: Todos los caminos conducen a donde nos encontramos. No niegues la ruta y dile sí a nuestra razón. Natalia