La tecla del duende
Lily es una de esas tecleras que colecciona columnas ocurrentes y de duendes, desde los años iniciales de Guillermo Cabrera Álvarez. Junto a las trabajadoras sociales del consejo popular España Republicana, resulta una integrante de lujo para esa localidad periqueña. Y hoy me complace publicar esta historia suya, con títulos de columnas nuestras:
Sumar amigos, ¡qué bueno! Y a los otros desconocidos, no se les pregunta de dónde son, si vienen desde Rusia o de Guaracabulla; si llegarán en guagua o andando. Como quiera traerán al joven de la Expedición Planeta, a Lulú, a Ida, a Eddy, que vendrá de la mano de su amiga. Será una feliz coincidencia para multiplicarnos, porque en los encuentros de los tecleros se escucha lo mejor que les ocurre a los duendes en cada tertulia.
Se dice la mejor poesía; en murmullo, se rememoran increíbles historias cubanas. Con nostalgia por los que ya no están, pero con la madurez que cuentas, aprenderás que la comunicación es un hoy eterno. En cada momento, ellos no se cansan de dar lo más grande y compartir uno, dos, tres, cuatro, cinco y seis lazos comunes.
Tenemos deudas con muchos, pero lo principal es que hagamos los sueños realidad. Por eso, te hacemos una invitación a los umbrales del viento, cerca del camino de la mar, allí veremos cómo el Sol ha hecho tanto daño, que tiene la tierra quebrada. En ese lugar sentirás una paz perfecta, porque queremos solo eso: vivir. Haremos una fiesta grande y recibirás un regalo. Nos vemos, con un abrazo a distancia, porque amamos la vida.
Con disciplina, los tecleros matanceros aguardan por el fin de la pandemia. Dentro de los planes a futuro, se coordina el viaje de todos los ocurrentes dispersos por la provincia al encuentro anual de Guaracabulla, cuando este pueda organizarse. Ojalá Margot y Efrén puedan agrupar a los de la tertulia en la ciudad cubana de los Puentes, con Osmelito y Yunierys, con Ayose y Lisandra, con las muchachitas de Ida en España Republicana, con Isuny en Colón y los que desde otros municipios, como Cárdenas, Jovellanos y Los Arabos, siguen nuestra columna. ¿Será?
Alejandro: La ocurrencia de unirnos tiene cuatro años. Los duendecillos tienen dos. Te amo. Lara.