La tecla del duende
El cariño ha puesto en mi buzón este mensaje junto a una foto de Mafalda, la niña-genio de las historietas. Hoy, otra niña con tantas «a» en su firma como las que tiene la diminuta de Quino en el nombre, se viste de blanco. Entonces, a la Mafalda cubana dedico estos consejos de la Mafalda argentina...
El mundo está loco. Definitivamente loco… Lo rico, engorda. Lo lindo, sale caro. El sol que ilumina tu rostro, arruga. Y lo realmente bueno, despeina… Hacer el amor, despeina. Reírte a carcajadas, despeina. Viajar, volar, correr, meterte en el mar, despeina. Quitarte la ropa, despeina. Besar a la persona que amas, despeina. Jugar, despeina. Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina. Bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerte tacones altos esa noche, te deja el pelo irreconocible…
Así que cada vez que nos veamos, yo voy a estar con el cabello despeinado… Sin embargo, no tengas duda de que estaré pasando por el momento más feliz de mi vida. Es ley: siempre va a estar más despeinada la mujer que elija ir en el primer carrito de la montaña rusa, que la que elija no subirse. Puede ser que me sienta tentada a ser una dama impecable, peinada y planchadita por dentro y por fuera. El aviso clasificado de este mundo exige buena presencia: Péinate, colócate, sácate, cómprate, corre, adelgaza, come sano, camina derechita, ponte seria…
Y quizá debería seguir las instrucciones pero, ¿cuándo me van a dar la orden de ser feliz? Acaso no se dan cuenta de que para lucir linda, me debo de sentir linda… ¡La persona más linda que puedo! Lo único que realmente importa es que al mirarme al espejo, vea a la mujer que debo ser. Por eso mi recomendación a todas las mujeres y, por qué no, a los hombres: Entrégate, come rico, besa, abraza, haz el amor, baila, enamórate, relájate, viaja, salta, acuéstate tarde, levántate temprano, corre, vuela, canta, ponte linda, ponte cómoda, admira el paisaje, disfruta y, sobre todo, ¡deja que la vida te despeine! Lo peor que puede pasarte es que, sonriendo frente al espejo, te tengas que volver a peinar.
El fin de año huele a compras,/ enhorabuenas y postales/ con votos de renovación./ Y yo que sé del otro mundo/ que pide vida en los portales,/ me doy a hacer una canción./ La gente luce estar de acuerdo,/ maravillosamente todo/ parece afín al celebrar./ Unos festejan sus millones,/ otros la camisita limpia/ y hay quien no sabe qué es brindar.
Mi canción no es del cielo,/ las estrellas, la luna,/ porque a ti te la entrego/ que no tienes ninguna.// Mi canción no es tan solo/ de quien pueda escucharla,/ porque a veces el sordo/ lleva más para amarla. (Estribillo)
Tener no es signo de malvado/ y no tener tampoco es prueba/ de que acompañe la virtud./ Pero el que nace bien parado,/ en procurarse lo que anhela/ no tiene que invertir salud.// Por eso canto a quien no escucha,/ a quien no dejan escucharme,/ a quien ya nunca me escuchó,/ al que en su cotidiana lucha/ me da razones para amarle,/ a aquel que nadie le cantó. (Canción de navidad, Silvio Rodríguez)