Los que soñamos por la oreja
Yo navegué sin ti hasta hoy/ yendo detrás de nadie,/ fui un ademán de soñador,/ un campo de desaires,/ la consecuencia de un sentir/ que precipicia la canción/ que cuidaré,/ que sanaré.
Lo antes reproducido son los primeros versos de Belén, tema compuesto por el trovador Karel García para su compañera. El pasado sábado 2 de diciembre ellos formalizaron su relación de pareja mediante un sencillo acto de matrimonio, efectuado en la sala teatro del Museo Nacional de Bellas Artes. Y para celebrar su boda, Karel ofreció un concierto en la instalación, sin la menor discusión uno de los espacios más acogedores para presentaciones musicales de pequeño y mediano formatos.
En mi libro La luz, bróder, la luz. Canción Cubana Contemporánea (Ediciones La Memoria), al valorar lo sucedido entre nosotros en materia de cantautores durante el decenio de los 90 del pasado siglo, aseguro que uno de los trovadores que en su promoción más rápido maduró, fue Karel García. Él es una suerte de hijo artístico de Vicente Feliú, quien con su presencia y sabiduría le ayudó muchísimo en la etapa inicial de formación. Pensar en aquel momento me hace evocar a gente muy apreciada por mí y también cercana a Karel por la lejana fecha, como son los casos de los escritores Eduardo Frías (hoy todo un Doctor en Ciencias Arqueológicas) y Sergio Gómez.
A García ya hay que agradecerle haber plasmado para la historia de la fonografía llevada a cabo por cubanos (dentro y fuera del país) trabajos como Souvenires del futuro, registrado en compañía del también destacado trovador Carlos Lage para la disquera española Columna Música alrededor de 1999, y el CD Hambre de quimeras, grabado en los Estudios Ojalá en 2004 gracias a la solidaridad de Silvio Rodríguez hacia creadores desfavorecidos en nuestro entorno por las instituciones, a pesar de la calidad de sus propuestas.
Son muchas las composiciones de Karel de hace unos cuantos años que a cada rato me sorprendo tarareando. Entre ellas pudiera mencionar Como en la lluvia, Antídoto para la violencia, Lo sensible se renueva (tema de 1992 o 1993 y que es uno de mis favoritos en su obra autoral), Hambre de quimeras, Souvenires del futuro, Mi otro hemisferio, Mi filosofía y Tarado (estas dos últimas, entre sus canciones que más disfruto).
En el concierto del sábado 2, Karel alternó de manera atinada tanto viejas piezas suyas (incluso, algunas de comienzos de los 90), como otras de reciente aparición, con énfasis en temas grabados en un nuevo álbum bajo el nombre de Luz en flor, que ojalá sea licenciado por uno de los sellos discográficos cubanos.
En la función, García tuvo el respaldo del Grupo Reflexión, dirigido por el guitarrista José Luis Beltrán, y entre otros invitados estuvieron la vocalista Ivette Cepeda, quien en virtud del buen gusto que le caracteriza tiene montado en su repertorio varios temas de Karel; el tresero y trovador Jorge Noel Batista, un para mí sorprendente y desconocido cantaor de flamenco que se hace llamar Chema; y una excelente cantante de nombre Teresa, que ha compartido varias veces escenario con Karel.
Entre todos dieron vida a varias de las composiciones registradas en el CD Luz en flor, material fonográfico en el que hay 12 temas. Una audición rápida del disco permite comprobar que en el mismo se reiteran rasgos ya presentes en un álbum de hace 18 años como Souvenires del futuro, la ópera prima de Karel García.
Tanto en aquel como en este, se nota que a la par de las raíces del más puro sabor trovadoresco (es un trabajo muy guitarrero), se añaden las reminiscencias de formas distintas de concebir genérica y estilísticamente la creación musical. En ello de seguro influye el período que Karel residió en España.
Así, podemos disfrutar de canciones como Labrar la luz, en la que se trasluce cierto aire de lo que se conoce como neoflamenco; En busca del sol, poseedora de un marcado sabor al country y el folk procedentes de Estados Unidos, junto a otras que apuestan por la música tradicional cubana, como ocurre en los casos de Ola que suena y Todo un carácter.
Personalmente recomiendo prestar especial atención a las piezas Al alba de lo bueno, la ya aludida Belén y Confesión, esta con protagonismo vocal a cargo de la cantante mencionada líneas atrás, Teresa. Disco que ratifica a Karel García como una de las voces fundamentales en la canción cubana contemporánea, tanto el fonograma como su reciente concierto, dejan claro que él es un trovador con el permanente empeño de labrar la luz.