Los que soñamos por la oreja
Inmersos en lo cotidiano del día a día, y acostumbrados a escuchar nuestra música como lo más natural del mundo, a veces no nos percatamos de la huella que a nivel global van dejando los géneros y estilos surgidos entre nosotros. De tal suerte, soy de la opinión de que todavía en el país no hay plena conciencia del impacto que en el plano internacional significara en su momento la Nueva Trova o de lo que representa hoy lo que se ha delineado bajo el rótulo de Canción Cubana Contemporánea.
No se trata solo de la influencia que dicha cancionística ha ejercido en creadores procedentes de América Latina y España, sino que incluso su particular modo de hacer ha calado entre músicos no hispanoparlantes. Ese es el caso de lo sucedido con Tine Bacher, alguien procedente de la fría Dinamarca, un lugar en el que uno no imaginaría que formas de hacer música a lo cubano penetraran en los códigos composicionales de una persona asociada al universo del cantautor.
Hace pocos días, Tine presentó en la Casa Gaia su debut fonográfico, el disco titulado Før du vender om, que traducido al idioma de Cervantes significa Antes que vuelvas, y que es una vivificante muestra de cómo la estética de la canción de autor existente en Cuba desde el siglo XIX, ha trascendido nuestras fronteras para recalar en sitios tan lejanos como la ciudad de Copenhague.
Recuerdo haber escuchado por primera vez a la Bacher allá por el año 2007 o quizá el 2008, como invitada en varias peñas de las que por entonces acontecían en La Habana y en las que ella compartió escenario con figuras como el dúo Jade o la también cantautora Arema. De entonces a acá, Tine prosiguió sus vínculos con músicos de nuestra escena y así se le vio junto a nombres como los de Yolo Bonilla o Raúl Torres. Al mismo tiempo, concluyó sus estudios de Licenciatura y Maestría en Musicología y Política.
Su álbum Før du vender om abarca un total de 14 temas, en los cuales es evidente la impronta de los aires de la música cubana. Ello también obedece a que en el mismo interviene una nómina de jóvenes pero ya destacados instrumentistas de nuestro país. Los arreglos de las piezas corren a cargo de la propia Tine y de un trío de compatriotas, los hermanos Roger y Raúl Rizo Flores (pianista y percusionista, respectivamente), así como del bajista Julio González Ochoa.
Si bien a lo largo de los 14 temas recogidos en la producción se trasluce que estamos ante un trabajo concebido desde la estética del cantautor y, en consecuencia, la guitarra desempeña un rol fundamental a través de todo el material, es muy interesante el elegante toque jazzístico que transmite en su conjunto la grabación. Ello se percibe desde el primer corte del CD, la breve pero muy hermosa pieza instrumental Før du vender om, que sirve de introducción y que, además, da nombre al fonograma. Aquí la voz de Tine Bacher funciona como un instrumento más y así nos deleitamos con una cautivante línea melódica, tratada en un unísono de esos que lo atrapan a uno desde la primera escucha.
Sigue a continuación el track denominado Omkap i natten (Corriendo en la noche), que posee un llamativo solo de guitarra eléctrica. Por su parte, Kysserdinelæber (Besando tus labios) inicia la línea de los cortes emparentados con la música brasileña y que tendrá continuación en otros temas, como Pacifistiskluftlag (Atmósfera pacifista), Mørketfalderpå (Anocheciendo) y Før vi vidstehvem (Antes de conocernos).
Por su parte, la impronta cubana se percibe a las claras en Givdigtid (A tu aire) y en Friheder at forstå (Saber es libertad). En este último ejemplo, incluso encontramos la presencia de nuestra clave tradicional y que al escucharla, mientras la vocalista interpreta el texto de la canción en danés, no deja de sorprender gratamente.
En el buen resultado que denota la ópera prima de Tine Bacher, quien además de cantar ejecuta la guitarra en el CD, mucho tiene que ver la participación de los músicos acompañantes. Entre ellos sobresale la intervención del pianista Roger Rizo Flores, quien realiza un admirable desempeño en el Fender Rodhes. Así pues, de Dinamarca nos llega un disco de corte propositivo, que mucho le debe a nuestra música.