Las tres del domingo
DAVE Alexander, vecino de Ontario subió a un sitio de subastas en la web una hamburguesa de queso de la McDonald’s. Si el «objeto» era de por si inédito en EBay, una característica lo hacía mucho más extraño y excepcional: el paquete llevaba guardado en su alacena desde el 6 de junio de 2012. Alexander explicó para lograr comercializar el plato —ahora más que chatarra—: «Las papas fritas son increíblemente aptas. Las papas fritas parecen compradas esta mañana». Y aunque no lo crea, la subasta que comenzó en 22,91 dólares, a los seis días había alcanzado un precio de 62,65, porque en este mundo hay gente para todo.
La foca no lo pensó dos veces, nadó de un lado para otro entre algunos botes de pesca, hasta que por su propia voluntad saltó al de la nave capitana y se acurrucó casi junto al motor. Era del mal, el menor, pues unas orcas o ballenas asesinas querían hacerla su comida cerca de Campbell River, en las aguas de la Columbia Británica. Los marinos le pusieron por nombre Lucky (afortunada), pero les fue imposible devolverla al mar cuando se alejaron los depredadores, pues el mamífero saltaba una y otra vez hacia el refugio encontrado, que solo dejó cuando el bote pasó por un lugar de aguas poco profundas frecuentado por focas que, al parecer, reconoció.
El fenómeno no tiene explicación hasta ahora, pero sigue lloviendo caca sobre las cabezas de los canadienses. Transport Canada ha recibido 18 reportes de personas, vehículos y viviendas «víctimas» de una sustancia carmelita y maloliente en los meses recientes. Las autoridades de la aviación aseguran que las heces no tienen rastro del líquido color azul que distingue a los desinfectantes utilizados en la aviación. Pestilente misterio, y en Twitter algunos se preguntan: ¿Aves?, ¿extraterrestres?, ¿quién?